Romeo y Julieta – Romeo San Andrés

Entre tantas marcas de origen cubano que hoy existen con producción en Nicaragua, Honduras y República Dominicana y cuya originalidad invito a discutir en otro hilo, en la gran mayoría de los casos estas marcas son como ‘de relleno’ sin mucha identidad propia y sin mucho producto destacado. Sin embargo, en los últimos años tanto Montecristo como Romeo y Julieta han producido cigarros nuevos, atrevidos y diferentes, entre ellos el Espada y el Romeo, este último en distintas variaciones como son el Romeo, el Romeo 505 y en este caso el Romeo San Andrés que, aunque es más como una extensión de una extensión, y es la cuarta edición de un producto creado entre Abdel (AJ) Fernandez y Altadis USA, siendo Gispert Intenso, Monte by Montecristo y H Upmann by AJ Fernandez las previas.

 

El Romeo San Andrés tiene una capa oscura, casi negra y ligeramente corrugada (toothy), la anilla combina perfectamente con la capa y le da una apariencia más imponente al cigarro, haciéndola también distintiva de las demás ediciones del Romeo by RyJ. Esta capa tiene un aroma muy parecido al de un aserradero, pero con un toque de chocolate y tierra mojada. El cigarro se siente bastante rígido, pero al picarlo me da una calada en frío bastante suave y sin mayor problema. Esa calada en frío apenas presenta un aroma a madera y no mucho más.

 

El Romeo San Andrés comienza con una combinación de sabor de madera, tierra y pimienta, pero al cabo de unos centímetros comienza a variar en intensidad, habiendo comenzado relativamente suave y pasando a ser de intensidad media. Cuando llega esa primera variación también se sienten sabores de chocolate mientras que la pimienta baja su intensidad. Bastante variado para estar dentro del primer tercio solamente, pero son estas las variaciones que espero en un robusto.

 

Hacia el final del primer tercio el cigarro presenta un sabor que no termina de ser agradable, como de tiza, que me deja una sensación pastosa y escasa en la boca, pero al poco tiempo esta se funde con el chocolate y se convierte en un sabor como de chocolate en polvo, como ese que usábamos para mezclar con leche pero que los gorditos no nos esperábamos sino que comíamos directo del tarro. En el fondo de los sabores se sigue sintiendo madera y tierra, mientras que la intensidad del cigarro está fija en media. El tiro es perfecto, aunque durante este tercio no lo podía dejar tranquilo mucho tiempo por miedo a que se apagara.

 

En el segundo tercio siguen incluidos el sabor de tiza con chocolate pero la madera se siente más fuerte y la tierra parece haber desaparecido. Un poco más adelantado y hacia la mitad del cigarro el chocolate se desvanece bastante pero la tiza sigue ahí, aunque no la calificaría como un sabor desagradable, sino más como una variación de un sabor mineral. La madera también tiene intensidad, sobre todo en el retrogusto.

 

En la mitad del cigarro, la tierra regresa con intensidad, incluso dejando en segundo (o tercer?) plano a la madera que había sido bastante fuerte hasta este momento, mientras que la intensidad del cigarro se coloca entre media y fuerte, pero con mayor tendencia hacia media. Revisando un poco veo que el cigarro tiene 9 meses en el humidor, por lo que debe estar perfectamente en su punto y, siendo un robusto, creo que estos sabores son exactamente los que el master blender buscaba lograr. Si es así, el Romeo San Andrés mantiene esa tradición de excelencia que los otros Romeo que he probado tienen.

 

En el último tercio los tres sabores predominantes se destacan con la misma intensidad: tierra, madera y tiza, aunque quisiera que el chocolate tan presente al inicio estuviese aquí para darle un poco de densidad a estos sabores. Al avanzar un poco en este segmento, la tiza comienza a desaparecer, sustituida por un sabor de musgo, tanto en el paladar como en el retrogusto, sabor que mantiene hasta el final, con 65 minutos de fumada. Aunque el cigarro comenzó como terminó, en algunos puntos presentó chocolate que fue muy agradable y hasta hubiese querido que se mantuviera, pero por lo demás los sabores de este cigarro no son demasiado especiales sino más bien típicos de un cigarro con capa San Andrés, por lo que seguramente sea una buena adición a la disponibilidad de productos para los fanáticos de esta capa. A mí me gustó, pero esperaba más en sabores, por lo que no creo que vaya con demasiado afán a buscar uno nuevo.