Un tema muy personal que tengo, independientemente del mundo del tabaco, es que no soporto la adoración y culto a figuras que nada tiene que ver con lo que venden. La admiración de distintas figuras de la historia que son ampliamente celebradas por estándares que pueden o no ser verdad, cuando también eran personas viles y responsables de miles de muertes o abusos, pues de verdad me choca cuando lo veo. Precisamente por eso creo que nunca hubiese comprado un cigarro con el símbolo del martillo y la hoz porque el mismo representó tantas miserias que el pueblo ruso pasó durante la época soviética. Si bien podemos argumentar que en realidad el símbolo soviético incluye una estrella y que este simplemente celebra a la Rusia industrial del norte y la agraria del sur, el hecho es que la mayoría de la gente va a relacionarlo con el tema ruso/soviético/socialista/comunista.
Pero el hecho es que lo adquirí porque fue bastante recomendado, incluso siendo parte del Top 25 de Cigar Aficionado en 2015 y, posteriormente descubrí, parte de varias listas de los mejores cigarros con capa Connecticut. Pero no es solo eso, el Tradición Serie es el resultado de combinar tabacos dominicanos en tripa con 3 años de añejamiento con una capa Connecticut americana añejada durante 5 años. Su construcción es sólida, sin sensación de mayores «baches» de aire en su capa, aunque con algunas venas de tamaño mediano y una sensación semi oleosa. Aunque los aromas son sencillos, no es un cigarro que se defina como Connecticut de entrada, con aromas en la capa de paja y madera, que se repiten en la tripa. Al picarlo la calada en frío presenta aromas de madera, pimienta y cuero.
El Tradicion Serie comienza con un buen elemento de pimienta que, una vez más, lo aleja del concepto de Connecticut, sobre el cual se siente un sabor tipo mosto y de cuero. Al poco tiempo le siguen sabores de tierra y dulce, y el tiro es perfecto. La cantidad de humo en cada calada, su densidad y lo «pegajoso» de los sabores me hacen apreciar este cigarro y disfrutar lentamente la fumada.
Durante el primer tercio el sabor de tierra muestra distintos matices, pero nada que pueda describir al nivel de detalle como otras reseñas que he visto que describen sabores de hongos y hasta describen qué tipo de champiñón es… a mí me sabe a tierra y aunque tiene un sabor ‘fresco’, no me atrevo a describir eso más allá, aunque con gusto incluyo en la descripción sabores dulces, pimienta y una sensación muy cremosa.
Aunque la intensidad ha estado un poco por debajo de media, en el segundo tercio se coloca en media sin mayor problema, con un final largo y casi masticable. Aparece un sabor a anís en este segmento y le acompañan sabores de café, cerezas y nueces, que son lo mínimo que esperaría luego de casi un año de humidor. En este punto debo insistir que más allá de la recomendación que me habían hecho del cigarro, no sabía que se trataba de un capa Connecticut, y lo que había disfrutado hasta el momento no me había demostrado que se tratara de un Connecticut, pues ciertamente la intensidad y variedad no era consistente con un Connecticut per se, aunque la falta de ‘golpes’ de sabor y nicotina lo hace obvio ahora. También este fue el primer cigarro de una tarde/noche con amigos, por lo que ahora caigo en cuenta que fue la elección perfecta… cuando vayas a fumar varios cigarros en una noche, siempre debes comenzar con el más suave.
A partir de la mitad el Hammer & Sickle presenta sabores de nuez moscada con más tierra dulce, que de verdad le dan una nueva dimensión y profundidad a este cigarro, mucho más allá de lo que esperaba de él. También se siente como el sabor de cuero se hace más intenso y hasta se siente un sabor ahumado. El humo sigue siendo cremoso y abundante y el final pegajoso en el paladar. De verdad estoy disfrutando bastante este cigarro, siendo uno de esos que no quiero que se terminen.
En el último tercio el Tradicion Serie se convierte en un cigarro diferente, con sabores frutales, desapareciendo el sabor a cuero y con solo trazas mínimas del sabor a tierra en el paladar, pero siendo el sabor principal en el retrogusto. Sigue siendo cremoso y pegajoso en sabores, por lo que no quiero que se acabe sino que siga en su línea tan suave. Al final tuve que dejarlo, luego de un poco más de hora y media fumándolo y siendo sorprendido por todo lo que detestaba de este símbolo, que se tradujo en una calidad excepcional de cigarro. Lo compré en Cigar House en Puerto Rico, donde me costó mucho más de lo que realmente vale, pues por los $15 que pagué este cigarro es bastante deplorable, pero por los $8 que en realidad cuesta, está espectacular.
Humo y Tabaco 