El Flying Pig se trata de una vitola seleccionada por Steve Saka, cuando era presidente de Drew Estate en 2009. Saka escogió la vitola a partir de un libro de 1895 en el que aparecía el cigarro. Desde entonces, han aparecido algunas versiones de Liga Privada en esta singular vitola, que combina la forma de un doble figurado con un cepo casi uniforme de 60 y un «moño de señora» sobre la cabeza. El cigarro es adornado por una capa Connecticut Broadleaf, que cubre un capote Mata Fina brasileño y tripa nicaragüense que consiste en 5 hojas distintas. Aunque es una edición que aparece todos los años, es de producción limitada, lo que hace que obtenerlo sea medianamente difícil.

Entre los dedos se siente mucho más grande de lo que se ve en las imágenes, también porque existen muchos cigarros con formas en este estilo y todos tienden a ser pequeños, con contadas excepciones. Pero este, aunque tiene un cepo de 60, que no es pequeño, tiene un largo de 5 3/8, que es algo más grande que un robusto. La capa está llena de irregularidades de tamaño, pero muy pocas de color y un brillo notable. Los aromas de la capa incluyen manzana, cuero, chocolate y café, mientras que en la calada en frío se aprecia más café espresso, dulce y cítrico.

El primer tercio del Feral Flying Pig tiene esos sabores intensos y ligeramente ácidos de café espresso, combinados con chocolate negro, cedro y un retrogusto que incluye chocolate y cuero. Tiene una sensación picante en lengua, pero nada que sea abrumador y ésta aparece esporádicamente en el retrogusto. Como sucede con casi todos los productos de la línea Liga Privada, el Feral Flying Pig desprende una cantidad asombrosa de humo desde el pie pero también en cada calada. Este humo es denso y rico y pareciera no querer irse, por lo que el room note se siente achocolatado y delicioso también. Pero tanto la fortaleza como la intensidad son medios, cosa que no esperaba y que siento con mucho agrado.

Para mi sorpresa, el segundo tercio no es más intenso que el primero. Incluso, la sensación de pimienta, sobre todo en el paladar, tiende a ser menor y para la mitad del cigarro cas desaparece por completo. En el retrogusto se mantiene muy dominante, pero el mayor cambio se encuentra en la fortaleza. Siempre imaginé que sería un cigarro fuerte, pero para finales de este tercio estaba casi obligándome a fumarlo al tiempo que alcanza la fortaleza alta. Los sabores no aumentaron al mismo grado, pero sí hubo mayor participación de los sabores dulces, lo cual hizo que el Feral Flying Pig se sintiera muy distinto y, aunque no del todo agradable, al menos sí daba bastante en cada calada.

En el último tercio habían sabores de cedro, café espresso y cuero como los dominantes, mientras que la sensación dulce agrupaba todo lo que los sabores secundarios podían ofrecer, incluso con una sensación cremosa y oleosa en boca y paladar. Tuvo algunos momentos que se sentía demasiado picante en los labios, pero precisamente por la alta fortaleza que presentaba, me hacía salivar más y eso hacía que impregnara un poco cada calada. La solución fue secarlo con los dedos y dejarlo enfriar y secarse un poco sobre el cenicero. Al cabo de un par de minutos se sentía como una nueva fumada, con la misma fortaleza y la misma intensidad del café. Fueron necesarias dos horas y 10 minutos para acabar con este cerdo volador salvaje.
Algo interesante que leí sobre el cigarro mientras lo estaba fumando fue que el «moño de señora» que lleva sobre la perilla del cigarro debe ser retirado para fumarlo, sin picarlo ni nada, solo removiendo esa parte. Un poco tarde lo leí, pero me llama la atención que la marca asegura que no hace falta cortarlo. En cuanto a la experiencia de la fumada, antes de encenderlo esperaba que fuese fuerte, pero hasta el final del primer tercio pensé que sería tan suave como lo era hasta ese momento. Como si me estuviese midiendo, el cigarro se hizo instantáneamente muy fuerte en el segundo tercio y es ciertamente tan fuerte como lo esperaba. Al final de la fumada no quería ni pensar en tabaco. Efectivamente, según la marca, es el Flying Pig más fuerte que se ha lanzado. Pero aunque es fuerte, no es realmente complejo, pero sin duda es una buena fumada. Como los Liga Privada acostumbran ser.

Ficha Técnica:
Fabricante: La Gran Fábrica Drew Estate
Marca: Drew Estate
Modelo: Liga Privada Feral Flying Pig
Dimensiones: 5⅜ x 60
Tamaño: Figurado
Origen: Nicaragua
Capa: USA (Connecticut Broadleaf)
Capote: Brasil (Mata Fina)
Tripa: Nicaragua
Precio: $15,00
Puntuación: 88
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