La serie Preferidos de La Aurora busca, principalmente, rendir tributo a los tabacos de antaño, por eso las ediciones más especiales vienen todos en un tubo de aluminio y son en formato perfecto. Eventualmente, y gracias al éxito obtenido, fueron haciendo versiones en vitolas más habituales como toro. Así como el Preferidos Connecticut que fumé hace poco, éste es lo que se conoce como flagship de la marca, o el producto bandera. En su auge, estuvieron disponibles en siete ligas distintas y el Platinum es uno de los de mayor renombre gracias a su capa Camerún ecuatoriana. Todas las hojas de capa de estos tabacos son añejadas en barricas de roble y tienen una producción total limitada anualmente a 200 mil unidades.
Esta versión Platinum tiene la capa Cameroon ecuatoriana que mencioné, sobre un capote dominicano del Valle de Cibao y tripas de Valle de Cibao, Brasil y Camerún, éste último el real del continente africano. Siendo un perfecto, tiene en su parte más ancha un cepo 54, con un largo de 5 pulgadas. Las venas en la capa son mínimas, ligeramente oleoso y muy firme, con aromas a paja, cuero y un leve establo. En la calada en frío me encuentro con notas de nueces, paja y algo de mantequilla.
Aunque me recibe una nota ligeramente ácida en las primeras caladas, no tardó mucho en cambiar positivamente y darme sabores más agradables a madera de roble, tierra y un toque dulce de nueces, mientras que en el retrogusto me encuentro con sabores dulces de tierra y una nota ligeramente cítrica. La quemada es muy buena y produce una ceniza que con pocas ganas dejé caer, pues se notaba bastante sólida pero siempre me la voy a terminar echando encima. La intensidad es media, con una fortaleza media-baja.
El segundo tercio muestra una clara evolución de los sabores, en donde entra en juego la complejidad del blend, destacando sabores de canela, galletas dulces y un toque de pimienta, mientras que en el retrogusto me encuentro con los sabores dulces de tierra que vienen del tercio anterior, así como el cítrico. La quemada se tuerce un poco, por lo que un toque técnico con el encendedor fue lo más propicio. Sin embargo, la intensidad de los sabores se redujo un poco y la coloco en media-baja, con una fortaleza similar a la del tercio anterior.
El sabor de madera en el último tercio se sintió más como de cedro que de roble, y le acompañaron notas de café, mientras que el retrogusto se mantuvo en los mismos sabores del tercio anterior y del primero. La intensidad afortunadamente aumenta a media nuevamente y se mantiene en ese punto hasta el final de la fumada, que llegó marcando una hora y 15 minutos después de encendido.
El Preferidos Platinum en ningún momento se plantea como de una intensidad o fortaleza altas, sino más bien como una experiencia sutil y elegante, con una cantidad respetable de sabores, a tono con ese estilo de tabaco dominicano de antaño. Por eso, no son cigarros para fumar de segundo o de tercero, sino de experiencia única y apenas con un destilado muy suave, o incluso sin él. Yo lo fumé con agua gasificada. Teniendo esa elegancia en cuenta, el Preferidos Platinum tiene un precio a ese nivel y termina costando alrededor de $25, al menos por el perfecto que viene en el tubo de aluminio. No es lo que suelo fumar, pero como fumada puntual y en un ambiente propicio, terminó siendo una fumada muy agradable, aunque suave.