Probablemente no todo el mundo lo sepa y lo digo porque fue hace poco que me enteré, pero Don Carlos Cigars dejó de llamarse así y ahora se llama Reserva 1955. Esto viene después de un largo rato discutiendo con marcas más grandes por el nombre Don Carlos. El que sepa de tabacos lo verá como que existen muchas marcas llamadas Don (algo), pero también sabrá que hay una marca con una línea muy famosa llamada, precisamente, Don Carlos. Pero dado que su nombre previo rendía tributo al padre del dueño, aunque ambos se llaman Carlos, esta nueva iteración pretende rendir tributo a la misma persona, pero a partir del año de incursión en la industria tabacalera, que fue en 1955. El logo sigue siendo el mismo y los cigarros llevan el mismo nombre: El Placer; solo que éste es identificado con el sufijo de la capa que lo cubre.

Precisamente, Carlos Perez (hijo) me hizo llegar esta nueva liga que está lanzando en vitola gordo (6 x 60, creo) y en este robusto (5 x 50) que fue el que decidí probar para reseña. Para su construcción estamos hablando de una capa Broadleaf americana, sobre capote nicaragüense y tripas Piloto Cubano dominicana y nicaragüense de Estelí. El resultado es una capa más lisa de lo que esperaba, pero muy uniforme y con aromas a chocolate y caramelo, especialmente como ese caramelo que tienen las golosinas americanas. En el pie aprecio madera de roble y canela, y finalmente lo pico con la doble hojilla y me encuentro con aromas a caramelo y madera en la calada en frío.

Un encendido cuidadoso resulta en lo que finalmente es un encendido uniforme y esa es una particularidad de esta capa, que como es más venosa y resistente, hay que darle fuego un rato más. Pero también le pasa que es un cigarro muy fiel a sus aromas en frío, especialmente por la influencia de esta capa tan rica en sabores y durante el primer tercio los sabores destacados son de caramelo, chocolate, notas tostadas, almendras y almidón, como de un dulce. El retrogusto es de madera y café, todo con una intensidad media y una fortaleza similar. Llama la atención que la capa Broadleaf suele utilizarse en blends fuertes y por lo mismo tienden a ser cigarros con intensidad picante desde el inicio, pero este El Placer Broadleaf pareciera ser la excepción. Excelente construcción y un tiro muy bueno hacen que el primer tercio se consuma en unos 35 minutos.

No hay grandes sorpresas en el segundo tercio, pareciendo más como una continuación del primero, en donde me encuentro con una ausencia de las sensaciones picantes y una gran cantidad de sabores de caramelo y chocolate. El mayor cambio es la posible ausencia o al menos mucha menos intensidad dulce, por lo que este tercio es más aromático y el retrogusto me permite probar casi todo. Precisamente, la madera sigue presente en el retrogusto, pero le acompañan granos de café, mientras que el resto de los sabores incluyen madera y una sensación de pan tostado. En construcción todo sigue muy bien y no ha habido necesidad de retoques, con una intensidad media y una fortaleza igual.

En el último tercio hay grandes cambios y eso es algo inesperado, pues el segundo tercio me engañó. Mejor dicho, la tendencia suele ser que el segundo y último tercio son muy parecidos, pero este El Placer Broadleaf tiene más similitud en el primero y segundo tercio. En el último aparecen notas picantes y es la primera vez en esta fumada que la pimienta forma parte destacada de la fumada. Con ella aparecen también sabores de cerezas, principalmente esos bombones de chocolate rellenos de cereza, pero sin licor. El retrogusto sigue siendo de madera y café, al igual que en el tercio anterior, pero la fortaleza aumenta a media-alta, y sorpresivamente la intensidad le sigue el ritmo. Me toma un poco más de una hora y media acabar con este El Placer Broadleaf, lo cual hice con mucho gusto.
Son muchas las marcas de algún país que mandan a hacer sus cigarros en República Dominicana, Nicaragua, Honduras o cualquier otro lugar. Es algo que ocurre en todos lados y puedo pensar en al menos tres marcas venezolanas que lo han hecho. Una de ellas es Reserva 1955, aunque tengo entendido que también tienen productos hechos en Venezuela, que no he probado. Hago esta aclaración porque hay quienes piensan que eso no es posible y ven esta y otras marcas que lo han hecho, como un producto 100% venezolano. Más allá de lo que es y no es, sí hay que destacar que una liga no es algo que se hace y se le pone la anilla y se vende. Es el resultado de distintas pruebas, sugerencias y licitaciones, y la consecución de este producto El Placer Broadleaf es solo una de ellas. Hubiese querido una uniformidad en la fortaleza del cigarro, porque estoy acostumbrado a esta capa y me gusta, pero esa variación es adrede. Hay gente que le puede tener miedo a una capa Broadleaf, precisamente porque tienden a ser fumadas muy fuertes, pero aplaudo a Carlos Perez por conocer a su público y hacer un cigarro acorde a lo que la gente le gusta, más allá de sus gustos personales. En otras ocasiones he probado los cigarros de esta marca y me han parecido muy decentes, pero en esta ocasión debo decir que es algo que con gusto tendría en mi humidor.

Ficha Técnica:
Fabricante: Tabacalera La Palma
Marca: Reserva 1955
Modelo: El Placer Broadleaf
Dimensiones: 5 x 50
Tamaño: Robusto
Origen: República Dominicana
Capa: USA (Connecticut Broadleaf)
Capote: Nicaragua
Tripa: República Dominicana (Piloto Cubano), Nicaragua (Estelí)
Precio: N/D
Puntuación: 89
Un comentario en “Reserva 1955 – El Placer Broadleaf (Robusto)”