Black Star Line – Rosewood 1923

En la eterna búsqueda de los nombres más tétricos que ilustren una fumada de alta fortaleza, Black Star Line se apuntó con el nombre Rosewood, refiriéndose a la Masacre de Rosewood ocurrida en 1923, que marcó uno de los primeros disturbios raciales de Estados Unidos. Para hacer este cigarro, BSL contactó a una fábrica con la que siempre habían querido trabajar: Oveja Negra, más conocida por ser la fábrica de marcas como Dissident, Emilio, Black Label Trading y Black Works. Sin duda la palabra Black se repite mucho. El Rosewood 1923 viene únicamente en una vitola corona de medidas 6 x 48, con una capa San Andrés mexicana, capote ecuatoriano y tripa de República Dominicana y Nicaragua.

La verdad es que antes de probarlo y cuando lo vi pensé que se trataba de un cigarro saborizado, principalmente porque lo primero que pensé fue en la marca Deadwood. Afortunadamente es algo completamente distinto y ya en mis manos es obvio, así como también es obvio que la capa es de las más oscuras que he visto. También es opaca y con aromas intensos a pimienta, junto con madera mojada y fogata. El tiro después de picarlo está decente pero no ideal, y sabores más suaves de lo que esperaba, destacando muy poca pimienta, jengibre, madera y notas dulces.

El tiro no es un problema y eso se nota con el humo denso que suelta en cada calada, pero sí se siente algo más apretado de lo que me gusta y a veces pienso si estoy perdiendo sensaciones de sabor por ello, pues no es un cigarro de mucha intensidad y eso es algo inesperado con estos colores, esta anilla y su origen. Sin embargo, mientras voy avanzando en el tercio sí se va abriendo un poco más, hasta llegar a donde estoy cómodo. Los sabores son de pimienta, por supuesto, notas de crema, algo que me recuerda a la leche condensada, miel y luego jengibre y canela. La intensidad al final del primer tercio se coloca en media, con una fortaleza similar y una quemada que no parece tener problemas más allá de ese tiro inicial.

Recuerdo hace unos años que probé una cerveza en Estados Unidos que tenía un alto componente de avena y una nota ligeramente láctea y eso es exactamente a lo que me recuerda una parte de este Rosewood 1923; una nota láctea, malteada y de cereales. El índice de crema que percibo también es impresionante, junto con sabores a tierra seca, pimienta, leña/fogata y esa nota cremosa que a partir de la mitad se va disminuyendo. La quemada es irregular y hay momentos en que dejar el cigarro un rato en el cenicero significa tener que darle un retoque cuando lo vuelvo a tomar, pero la intensidad se mantiene en media, junto con la fortaleza.

En el último tercio no hay un gran cambio, salvo que a mediados del mismo comienzo a sentir que el cigarro aumentó notablemente su fortaleza, lo cual tomo como una señal para fumar más lento e ir considerando dejar el Rosewood 1923 a un lado. Las notas de madera del cigarro se sienten como de madera mojada en este último tercio y creo que es lo más destacado del sabor que puedo mencionar. Más allá de todo eso, la construcción se comporta muy bien y se mantiene encendido sin problemas, incluso dejándolo en el cenicero un rato. El humo y su densidad son igualmente ideales. Luego de una hora y 45 minutos, esta corona llega a su final.

Para ser la primera colaboración entre Black Star Line y Oveja Negra, creo que funciona como un super preámbulo para una próxima edición. Fue una fumada muy decente y de esas que no se valen de una fortaleza inmensa para llamar la atención. En mi caso, se valen de que me gusta la marca Black Star Line y me gustan los productos que hace Oveja Negra, así que ya estaba trazado. La variación de sabores desde el principio es muy interesante y esa combinación de pimienta con notas cremosas y hasta lácteas me pareció muy llamativa, así como la progresión de esos sabores. En lo particular me parecía que el nombre estaba un poco terrorífico, pero leyendo un poco sobre la historia y el significado y el hecho que el dueño de Black Star Line sea negro le da mucha más importancia al evento, más que a la muerte.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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