Romero Mendoza – Tarazona

Durante mucho tiempo estos cigarros fueron hechos en Venezuela. De hecho, el que estoy probando hoy fue, efectivamente, hecho en Venezuela y lo dice en la anilla. Cabe destacar que durante un buen tiempo de su fabricación nacional, no eran productos fáciles de conseguir. Entre la precaria existencia de tabaco nacional y la escasa producción, no eran cigarros fáciles de conseguir. Durante un tiempo tuvieron capa Cameroon, pero no sé de qué origen. Sin embargo, también eran considerablemente caros y asumo que por eso mismo. La marca está ligada al abogado Alfredo Romero, quien también es activista de derechos humanos y dirige una ONG llamada Foro Penal.

Pero su comercialización actual se encuentra en la ciudad de Miami y los cigarros tienen una composición de tabacos nicaragüenses y americanos, así como una más eficiente red de ventas, que atiende rápidamente cada solicitud. Antes había que escribirles un email o por Instagram y con suerte respondían en menos de 2 semanas, diciendo que no tenían cigarros o que costaban el doble de un cigarro nicaragüense normal. Pero a lo que vamos, porque este es el cigarro venezolano, que era fabricado por Don Quijote y era «el difícil». Yo CREO que era un puro venezolano, pero en verdad no tengo nada que lo confirme ni lo niegue. En la capa tiene aromas de madera, tierra seca y algo de galletas de soda. En el pie se sienten toques suaves de madera y algo más fuertes de cuero, y finalmente después de picarlo con la guillotina en V, la calada en frío tiene aromas de madera vieja y cuero seco.

Confieso que tengo pocas expectativas por el cigarro, porque sé que es un cigarro sencillo y siempre lo ha sido. El hecho que tenga unos años en el humidor no van a mejorar esa experiencia, sino suavizarla más. Efectivamente, desde las primeras caladas los sabores son de madera vieja y paja seca, con pocos matices y siempre esa nota que va entre ácida y amarga de alguna variación herbácea seca. A lo largo del tercio también hay sensaciones de vainilla y galletas de soda, pero nunca es un sabor que uno diga «hmmm este cigarro tiene sabores a…» sino que es más como un «si me esfuerzo un poco puedo decir que este cigarro tiene un dejo de…». La fortaleza y la intensidad son bajas, pero al menos quema bien.

Al menos quema bien, y según el maestro Cándido Rosario un cigarro que queme bien, parejo y a buen ritmo es un cigarro bien construido. Por tanto, es un cigarro bueno, porque los sabores son subjetivos. Quién seré yo para contradecir al maestro Cándido, pero este Romero Mendoza estará bien construido, pero es carente de sabores, así de simple. No hay gran variación en el segundo tercio o más bien, es como seguir fumando el mismo cigarro cambio alguno, salvo que es más pequeño. El anillo de combustión no es perfecto, pero al menos no se me ha apagado y el humo es decente.

Finalmente llegamos al último tercio y los sabores, aunque casi iguales, no son exactamente iguales. Hay sensaciones más picantes, típicas del final de un cigarro, especialmente de esta forma que va concentrando los sabores y la fortaleza, claro. La quemada sigue siendo decente y eso denota una buena construcción, pero más allá de ser un toque más corto, no hay una transición que varíe en gran parte los sabores. La lengua pica un poco más pero no se trata de pimienta, sino de concentración de humo y fortaleza por el tamaño que el Tarazona tiene en este momento. Al cabo de 55 minutos, este Romero Mendoza llega a su fin.

El hecho que este cigarro ya no se haga implica que no tendrá puntuación, y en este caso podríamos decir que fue «salvado» por eso mismo. Sin embargo, este cigarro tiene un buen tiempo en el humidor y eso también ha sido determinante en la suavidad y pérdida de sabores de este cigarro. No obstante, los he fumado con menos tiempo de humidor y en su «punto», en donde tampoco ha sido un cigarro que destaque por su sabor, intensidad o fortaleza, pero eso es algo que caracteriza a muchos productos venezolanos. Sería interesante probar la nueva versión de este cigarro, hecho en Nicaragua, creo, pero vendido en Miami en todo caso. No por compararlo con éste, pero para ver la evolución de la marca, que sin duda sus compradores son compatriotas.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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