En este intento propio de probar el mismo cigarro en vitola distinta, me he encontrado con muchas sorpresas, y es que hay vitolas que son considerablemente distintas entre sí y tiene sentido que incluso con la misma liga, tengan sabores, intensidades y fortalezas distintos, incluso convirtiéndose en fumadas diferentes. Sin embargo, siendo escépticos, podríamos argumentar que entre un toro 6 x 52 y un robusto 5 x 52, la diferencia apenas es una pulgada de largo y ha sido esa una de las razones por las que no he hecho esta reseña, aunque adquirí un 5-pack de este robusto hace más de un año y todavía me queda un par de cigarros. Pero sin salirme demasiado del tema, este Enclave lo reseñé en toro hace un buen tiempo, en mayo de 2017. Tiene una capa Habano Rosado ecuatoriana sobre capote Camerún y tripa Piloto Cubano y Nicaragüense, de fincas de AJ Fernandez.

Aparte de la pulgada más corta, hay muy poco del Enclave que diferencie visualmente del toro, puesto que ambos tienen el mismo cepo. Sigue teniendo el pie cubierto y desprendiendo aromas de café, nueces y crema pastelera en la capa, con notas de nueces, chocolate y madera en la calada en frío, así como un fuerte componente de pimienta, o al menos una sensación picante. Ya en este punto y bastante acostumbrado a este cigarro, me dispuse a encenderlo con una llama suave y con mucho cuidado. Dado que la capa cubre el pie del cigarro, se dice que este tipo de torcidos deben encenderse directo en boca, sin tostar el pie.

El Enclave tradicionalmente es un cigarro que comienza fuerte y lo he probado en toro y en figurado y ciertamente lo es, pero en robusto comienza muchísimo más fuerte, al punto que me tuve que alejar el cigarro un momento y calcular bien la siguiente calada, porque realmente me dolió. Al cabo de unas caladas comienzan a aparecer sabores a chocolate, cedro, nueces y una nota cremosa o de crema pastelera. Sin duda es agradable, pero es un cigarro para tomarlo pausadamente. Los sabores de chocolate son los primarios, mientras que las nueces y el cedro son los que más se destacan entre los secundarios y hacia el final del tercio ese sabor de cedro tiene una nota dulce también. El retrogusto desde el inicio ha sido de pimienta blanca, pero en esa frontera con el siguiente también incluye madera de cedro. La fortaleza es media-alta, con una intensidad muy similar, quemando muy bien y el tiro fenomenal, como esperaba de esta marca.

En el segundo tercio los sabores de cedro superan al chocolate, por una mayor intensidad y no porque el de chocolate haya reducido mucho su intensidad, pero para el punto medio del Enclave, tanto el chocolate como el cedro están muy bien equiparados, al tiempo que la crema pastelera y las nueces se mantienen entre los secundarios. La construcción sigue siendo soberbia y el Enclave prueba ser un cigarro de bajo mantenimiento durante la fumada. En general, fumada de fortaleza media-alta en este segundo tercio, con intensidad alta, sin mucho más que agregar.

Definitivamente lo que se llama una fumada ‘sin desperdicio’, en donde cada calada es bien aprovechada y desprende todos los sabores que tiene el Enclave que ofrecer. El último tercio, incluso para ser un robusto, tiene sabores agradables y nuevos, o al menos la desaparición el chocolate se puede considerar como un cambio, pero es porque la pimienta en el paladar se vuelve mucho más fuerte y lo supera, haciendo que este segmento sea de sabores a cedro y pimienta. También pasa que las nueces y la crema, que se ubicaban entre los secundarios, desaparecen por completo y aunque son menos sabores en el último tramo, la intensidad llega a alta, con una fortaleza media-alta.
Habiendo probado el Enclave en tres vitolas distintas, todas de cepo 52, me impresiona que si bien las tres fumadas tienen un hilo conductor (obviamente), son considerablemente distintas. Sin embargo, el robusto es el más fuerte de los tres que he fumado y quizá el que menos me ha gustado, pues si bien robusto es una de mis vitolas preferidas y éste lleva el estilo de la vitola, creo que se vuelve demasiado fuerte para disfrutarlo bien. Una vez me dijeron que la particularidad de AJ Fernandez es que, a diferencia de muchos fabricantes que toman al robusto como vitola central, AJF lo hace a partir del toro. No sé si sea cierto, pero la verdad es que son los toros de AJF los que disfruto más que robustos. Leyendo un poco la experiencia de la reseña del toro, me parece que el robusto es más fuerte pero menos complejo, como si esa fortaleza no dejara apreciar tantos sabores. La diferencia de precio no es tanta y si bien este es una pulgada más corto, la pausa que tienes que tomar entre calada y calada prácticamente asegura que el tiempo de fumada es igual o muy similar. Una hora y 40 minutos en promedio, para ambas vitolas.

Ficha Técnica:
Fabricante: AJ Fernandez
Marca: AJ Fernandez
Modelo: Enclave
Dimensiones: 5 x 52
Tamaño: Robusto
Origen: Nicaragua
Capa: Ecuador (Habano rosado)
Capote: Camerún
Tripa: Nicaragua (Selección de AJ Fernandez, Piloto Cubano)
Precio: $8,50
Puntuación: 88
Un comentario en “AJ Fernandez – Enclave (Robusto)”