Luego de que la marca Camacho fuese adquirida por Oettinger Group, que son los dueños de Davidoff, en 2008, Christian Eiroa se mantuvo como parte del equipo hasta 2012, que decidió dejar a la marca continuara sin él. En vez, decidió crear C.L.E. Cigars con sus iniciales, junto con la fábrica El Aladino. Basados en Danlí, Honduras y con dos ligas en su haber, la compañía comenzó con mucho auge y mucho potencial para explotar y explorar los límites del Corojo hondureño, algo que incluso hoy en día lo mantienen. Una de esas dos ligas iniciales fue la que se llama Corojo y en 2020 lo probé en robusto. El tema que tuve en ese momento era que este puro hondureño carece de la fortaleza habitual que caracteriza a cigarros de Nicaragua, por ejemplo y que poco a poco República Dominicana ha emulado. Sin embargo, una gran parte de las marcas hondureñas parece seguir apostando por la complejidad y la suavidad de sus ligas. Pero como conseguí este Corojo en vitola corona, con medidas 5¾ x 46, que suele ser más fuerte, decidí probarlo de nuevo.

Las venas sobre la capa son notables aunque no deja de ser una capa lisa, con un color muy uniforme y la mitad del cigarro viene cubierto con un papel encerado, pero por alguna razón también incluía celofán sobre todo el cigarro, que no suele ser común en cigarros de esta marca. Hubiese pensado que alguien se lo puso por protección, pues el cigarro se lo compré a un amigo que tenía 3 años con él guardado, pero estaba cerrado por una pegatina con código de barras oficial de la marca. El cigarro no tiene muchos aromas, más allá de una sensación de musgo y café suave, mientras que la calada en frío me da aromas de mandarina y madera.

El CLE Corojo comienza con notas de masa madre, más como ese pan que está activamente fermentando antes de ser horneado, pero a lo largo del tercio también se aprecian madera de cedro y mermelada de naranja, siendo éste un sabor que se siente también en el retrogusto, donde es acompañado por pimienta. Manteniendo la fumada aún en el primer tercio, también me encuentro con sabores más sutiles de caramelo, que van aumentando pero no llegan hasta los principales, al menos no en este tercio. La quemada es más o menos, con algunos cachitos fuera de lugar, pero nada que requiera corrección. Mientras que la ceniza rápidamente se cae sola y me quita cualquier indicio de intención de mantener una alta por el tiempo de guarda que tiene el cigarro. La intensidad es media, con una fortaleza media-baja.

En el segundo tercio hay pocos cambios y esa era una de mis quejas con respecto al primero y esa aparente falta de transiciones y complejidad que pueden o no ser consecuencia de una fumada tan suave. No obstante, esta no es una fumada suave per se y aunque los cambios no son muchos, sigue teniendo una buena cantidad de sabores en el segundo tercio, que incluyen madera y un sostenido sabor a caramelo que venía aumentando desde el tercio anterior pero aquí finalmente se sitúa justo por debajo de los más intensos del Corojo. También hay notas de mermelada de naranja y madera, mientras que el anillo de combustión mejora marginalmente, mientras que la ceniza mantiene su negativa de sostenerse mucho tiempo sobre el cigarro. Pero va bien, con una fortaleza media y una intensidad similar.

En el último tercio se mantiene esa poca variación de sabores, pero además no aparecen sabores nuevos. Por lo mismo, la fumada alterna entre notas dulces y de caramelo entre los sabores principales, o lo que podría describirse mejor como un caramelo dulce, pero pasa que no es exactamente así por una falta de complejidad en el cigarro que creo sería más posible si estos sabores estuviesen más amalgamados. En realidad el caramelo se siente más intenso en el retrogusto y es suficiente en paladar como para sentirse como otro sabor secundario. Entre esos secundarios también hay madera y una nota lejana de cáscara de naranja. Pero la verdad es que en términos de construcción sigue muy bien y el anillo de combustión tiende a ser recto y el humo abundante, por lo que el cigarro va muy bien hasta que cumplo una hora y 35 minutos y lo dejo a un lado.
Una rápida lectura de esta reseña te dará a entender que no me gustó mucho la fumada, pero la realidad en el detalle es que lo disfruté bastante. Sí, es sencillo y con pocas transiciones, pero la fortaleza va aumentando y eso me lleva a no querer que la experiencia termine porque cada calada tiene más sabor que la anterior y quiero poderlos apreciar todos. Pero creo que precisamente esa tendencia lineal del cigarro hace que muchos lo ignoren o lo fumen una sola vez, cuando en realidad es algo que me gustaría tener a la mano regularmente, al menos en esta vitola que concentra mucho más los sabores.

Ficha Técnica:
Fabricante: Tabacos Rancho Jamastran
Marca: C.L.E.
Modelo: Corojo
Dimensiones: 5¾ x 46
Tamaño: Corona
Origen: Honduras
Capa: Honduras (Corojo)
Capote: Honduras
Tripa: Honduras
Precio: $8,00
Puntuación: 86
2 comentarios sobre “C.L.E. – Corojo (Corona)”