
No soy yo el de la foto, pero sí el del contenido. Luego de 12 años fumando cigarrillos y 13 años de haberlos dejado, hace un par de años (2014) comencé a fumar de nuevo, pero esta vez tabacos. Fruto del aburrimiento en unas vacaciones con mi papá en Mérida (Venezuela) y porque siempre me ha gustado fumar, pero el cigarrillo como tal me estaba destruyendo. Entonces, desde hace un tiempo fumo tabaco.
Comencé fumando distintos tipos, con mucha ignorancia y poco sentido del gusto. He fumado tabacos muy buenos, tabacos muy malos, tabacos falsos, tabacos originales, tabacos caros y muchos muy baratos. Todavía me encanta y lo hago casi a diario (5 semanales, en promedio), y en cada ocasión que tengo, aprovecho para comprar un buen tabaco o un mazo de buenos tabacos que no sean demasiado caros y me funcionen para admirar el sabor del producto.
Otra cosa que me gusta mucho del tabaco además de apreciar su sabor, es el momento de tranquilidad, de desconexión y de absoluto disfrute, en el que me puedo concentrar en una sola cosa, en silencio y sin interrupciones. Creo que se trata de eso: conectar.
Cuando fumo con amigos, también hay una conexión y es compartir ese momento de conversación y disfrutarlo en conjunto. Cuando era niño lo hacía con los videojuegos, hoy en día es con otro tipo de diversión.
En 2019 hice un diplomado en rones y en 2024 hice otro. Eso me llevó a apreciar todo tipo de destilados e incluso a reseñarlos y presentarlos. He tenido la suerte de encontrarme con muchas personas increíbles en esta travesía, que me han compartido la oportunidad de probar más productos y a todo eso trato de hacerle justicia y destacar cada experiencia.
A propósito, este blog será para compartir un poco sobre lo que siento cuando fumo cada tabaco, tomo algún destilado o disfruto de las experiencias. Voy a hablar sobre los tabacos y destilados que consigo, los que pruebo y lo que me parezca interesante de ellos. Si estás leyendo esto, gracias por llegar hasta aquí.