Saint Luis Rey – Natural Broadleaf

No estoy del todo claro si esta gente que hace los Saint Luis Rey fuera de Cuba tiene un mal concepto de los tamaños o si lo hacen solo por echar broma, pero la última vez que probé este cigarro fue en 2021 y la vitola se llamaba Rothschild, a pesar de tener dimensiones de 5 x 56, que viene siendo más como un robusto extra o incluso más. En esa ocasión el cigarro formó parte de un pack mensual de Rumbullion Club, pero esta vez la verdad es que no estoy del todo claro cómo llegué a él. Es en una nueva vitola, por lo que no lo califico como una recata, y esta vitola es realmente impresionante, con medidas de 7 x 58 y calificado como un Churchill según la marca, que nuevamente no es lo más correcto y me hace pensar otra vez que no tienen un buen concepto de las vitolas.

Recuerdo que en su momento me pareció algo más fuerte de lo que debería ser, o muy fuerte para ser disfrutable y eso hizo que pospusiera varias veces la ocasión de fumar este Churchill. El cigarro es realmente imponente, no solo por sus dimensiones, sino por lo marmoleado de su capa, las múltiples venas y el box press tan pronunciado que, por un momento, me hace pensar que su cepo es menor. En su capa tiene aromas a chocolate y establo muy pronunciados, seguidos de té negro y chocolate en el pie. Por último, luego de picarlo con una guillotina de doble hojilla y realmente darme cuenta de las dimensiones del cigarro, la calada en frío me permite apreciar aromas de cáscara de limón, chocolate y pimienta.

Es durante la fumada que realmente pongo en perspectiva las dimensiones del cigarro y me doy cuenta que me va a tomar un buen rato fumarlo, y que curiosamente son varios los cigarros de dimensiones grandes los que me han tocado en esta lotería de fumadas que suelo tener para reseña. Por su gran cepo me toma un rato encenderlo, además que lo hice con fósforos y me quemo los dedos antes de haber encendido la mitad del Natural Broadleaf. Eventualmente logro hacerlo bien y desde las primeras caladas los sabores son de chocolate con leche, azúcar morena y cuero viejo, mientras que en el retrogusto encuentro notas de pimienta y ese mismo cuero. Para el tamaño que tiene y especialmente el cepo, así como el hecho que es box pressed, el Natural Broadleaf quema relativamente bien, con un tiro muy correcto y el hecho que el humo alcanza mi boca con una baja temperatura, lo que alarga el disfrute entre calada y calada. La fortaleza está en media, con una intensidad similar, pero un toque más alta.

En el segundo tercio todavía no me he encontrado con una fortaleza destacada, cosa que por un lado me parece extraña porque mi experiencia previa fue la de una cigarro mucho más fuerte, pero al mismo tiempo lo agradezco porque no quisiera un cigarro de estas dimensiones y que además tenga una fortaleza mayor. Los sabores incluyen el mismo chocolate con leche del tercio anterior, pero las notas de azúcar son mucho más suaves y son las notas de madera las que se acercan al nivel protagónico, con la misma pimienta en el retrogusto, pero esta vez con sensaciones de madera y de almendras. En cierto modo se siente un poco lineal, con pocos cambios, pero eso también es algo muy típico de un cepo como este y con 7 pulgadas de largo, tampoco espero cambios muy radicales. La fortaleza se mantiene en media, pero aunque tiene más sabores, los presenta con una intensidad reducida, que se coloca igualmente en media. Quema muy bien, con un buen tiro, pero no mucho humo.

En el último tercio me pasa lo que sabía que me iba a pasar. Mejor dicho, esperaba dos posibles resultados de esta fumada: 1) me iba a aturdir, o 2) me iba a aburrir. La fumada se acerca más al segundo escenario, pero entre esos dos esperaba que fuese el número 2 más que el 1, pues puedo seguir fumándolo y me puedo levantar, que son dos cosas que espero de cualquier cigarro. Los sabores no tienen una gran variación, salvo que ese sabor de madera se coloca de segundo y es acompañado por una nota de café americano. El sabor principal sigue siendo de chocolate y en el retrogusto sigue participando la pimienta y algo de madera, pero fortaleza e intensidad se mantienen en el mismo punto que el tercio anterior, con un tiro igual de bueno que ya produce más humo.

Me tomó dos horas y 15 minutos fumar el Natural Broadleaf y aunque fue una fumada placentera, no es una fumada que repetiría. Al final los Churchill me gustan y puedo fumar tranquilamente algo de cepo 58, pero la combinación de los dos se traducen en una fumada muy larga y muy similar. Dicho eso, ni los Churchill ni los cigarros de cepo 58+son mis preferidos. Pero en general el Natural Broadleaf en Churchill puede ser un buen obsequio siempre que compres uno y el hecho que no es un cigarro carolo hace ideal, aunque me iría más bien por algo de menores dimensiones. Viendo la puntuación que le di en la última prueba, creo que le daría más en esta, pero quizá porque lo disfruté más. No estoy claro cuál fue el problema entonces que le mereció 78 puntos, pero más allá de lo relativamente normal que fue, no le puedo encontrar defectos, es solo que no tiene grandes virtudes. Sí, tiene un precio extraordinario, pero no es el único.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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