Hace unos meses tuve la oportunidad de ser parte de la organización de la velada de lanzamiento para Kukenan Tobacco en Venezuela, la empresa autorizada por Habanos S.A. para la distribución y venta (al mayor) de habanos en este país. En esa ocasión lo que hice fue proponer las bebidas que tomar junto con el habano que Kukenan colocaría. Aunque en la propuesta final este habano fue el H. Upmann No. 2, en la propuesta original estaba este Montecristo de la reseña. Sin embargo, luego de probarlo, los amigos de Kukenan me dijeron que mejor no, pues en ese momento el cigarro no estaba listo. El cigarro tiene dimensiones de 4,7 pulgadas y un cepo 52, que al ser habano solamente es identificado el país de origen de las hojas pero no qué parte de la planta son. Coincidentemente, este cigarro es hecho en la misma fábrica que el H. Upmann.

Se trata de un cigarro pequeño, con un cepo decente pero no deja de parecer una fumada corta. Es en realidad lo que necesito hoy. Se ve muy bien torcido, aunque la capa tiene múltiples detalles o más bien imperfecciones. Los aromas de la capa son escasos y apenas si identifico notas herbáceas y cuero. Cuando pruebo en el pie, los aromas son casi inexistentes y la calada en frío, luego de una picada con la doble hojilla, presentan notas igualmente escasas pero con mejor contenido que antes, incluyendo canela, herbáceo (más bien vegetal), paja y madera. Listo para darle fuego, me dispongo a probar de los pocos habanos a los que tengo alcance, pero que estoy seguro que pronto habrá más.

El Petit No. 2 comienza interesante, con una cantidad asombrosa de humo, buena quemada y sabores que no son muy complejos pero no carecen de calidad, como madera mojada, nuez moscada y caramelo. Son sabores tenues, por lo que trato de no darle caladas muy seguidas a fin de que una quemada más caliente me los opaque. La ceniza se sostiene bien, aunque torcida, pero el cigarro tiene un buen tiro que no es tan común como uno quisiera en un habano. Quizá su pequeño tamaño colabore a esto, pero la intensidad de los sabores es media-baja y la fortaleza es igualmente media-baja.

Quizá no se note mucho en la foto, pero coincide con una lluvia bastante fuerte que había en casa y la uña del dedo medio tiene una gota encima en la imagen, así como otras partes de la mano. Casualmente, el tiro es bueno y me ha pasado en ocasiones anteriores que una alta humedad en el ambiente hace que el cigarro se sienta más apretado de lo normal. Aparecen unas ciertas notas florales en el segundo tercio que son las que le dan un toque más complejo a la fumada y los sabores se hacen mucho más interesantes pero también más variados, incluyendo nueces tostadas, madera y pan, así como una sensación más dulce. El retrogusto es de café en granos con pan tostado también y la intensidad alcanza media-alta con una fortaleza media. La ceniza sostiene una buena carga, aunque en la imagen aparezca con poca.

Los sabores en el último tercio siguen la tendencia de muchos cigarros y se vuelven un ‘grandes éxitos’ de los dos tercios anteriores, destacando nuez moscada, madera, toques de café y nueces tostadas. El retrogusto incluye una nota picante junto con el café en granos que es el mismo del paladar. La ceniza sí sale presentada como ha sido hasta ahora la fumada y el final del cigarro llega, eventualmente, marcando exactamente 40 minutos de fumada, que es relativamente rápido para un cigarro, pero fue una quemada uniforme y no algo que se descontroló en algún momento y me preocupara. La intensidad termina igual que en el tercio previo, en media-alta, con una fortaleza media.
El Petit No. 2 de Montecristo hace todo lo que un habano históricamente ha hecho: una fumada ligeramente compleja, buena quemada y sabores agradables. Lamentablemente no es la tendencia de muchos habanos últimamente, pero siempre aprecio cuando puedo fumar un habano como debe ser y no como se ha convertido. Dicho esto, también se trata de la distribución y la garantía que estoy consumiendo un producto original y no lo que hasta el momento ha sido el mercado venezolano de habanos, en el que han habido originales pero también ha habido mucha falsificación. Actualmente siguen existiendo las falsificaciones y creo que no dejarán de existir, pero el hecho que Kukenan Tobacco es autorizado por Habanos SA ya da una garantía. La calidad, mano de obra y control de calidad cubana ya es otra cosa que Cuba debe remediar en su momento, pero la fumada de este Montecristo sin duda fue de las buenas.
