¿Nunca te ha pasado que pruebas un cigarro y te parece horrible, pero luego buscas información de él en internet y todo el mundo dice que es lo mejor que han probado? En lo personal me he visto de ambos lados de esa situación, probando cigarros que me parecen cualquier cosa y luego los veo en listas de los mejores productos del año, o que amigos y conocidos me digan que probaron tal o cual cigarro porque vieron que le di buena puntuación y les pareció terrible. Precisamente me ha pasado con este Criollo de Camacho, que probé originalmente en 2016 en vitola toro y me pareció horripilante, al punto de darle 61 puntos. Pero porque tengo mala memoria y aparentemente no sé diferenciar algunas palabras, cuando vi una oferta por 10 de estos cigarros, pensé que se trataba del Camacho Corojo y la compré. Desde que llegaron he fumado algunos y he regalado otros, pero dado que es una vitola distinta no quise dejar pasar la oportunidad de reseñarlo.

Este estilo de Camacho de las anillas gigantes y no hechas para zurdos comenzó hace exactamente 10 años y aunque me parece que le da un carácter e imponencia a los cigarros, creo que ya se han vuelto muy normales, o al menos no tiene ese carácter atrevido que prometía hace una década. En cuanto al cigarro, la capa tiene un color claro, o al menos más claro que el resto de la familia Camacho con excepción del Connecticut, pero también es comparablemente más clara que la del Padilla Criollo 98 que fumé hace poco y que lleva básicamente la misma capa. Esa capa tiene aromas a madera, cuero y una cierta nota floral que se aprecia también en el pie, con toques de pimienta. Luego de picarlo, un pedazo de la perilla se rompe un poco, y esto es algo que me pasó con el último cigarro que reseñé también, pero ambos fueron guardados en lugares distintos y cortados con guillotinas diferentes. Es una coincidencia muy rara pero al igual que en la otra ocasión, no parece dar problemas. Sí puedo destacar que de todos los que he probado, no me había pasado antes. La calada en frío da notas dulces y de pimienta.

El Camacho Criollo comienza con sabores prominentemente terrosos, con un fondo dulce que va a venir siendo lo más permanente que tiene el cigarro. También hay notas suaves de chocolate y pimienta, que no llegan a ser muy sobresalientes, sobre todo en este primer tercio. El retrogusto es de pimienta y de miel, con una gran participación de la parte picante y poco de la dulce, pero un contraste agradable. La ceniza se comporta muy bien y es más o menos para el punto de la imagen que la dejo caer con algo de estímulo, mientras que el humo es abundante y la fortaleza media, con una intensidad igualmente media.

La pimienta y la tierra se vuelven los sabores principales en el segundo tercio, mientras que la miel aumenta su intensidad en el retrogusto, pero en general el Criollo se mantiene con los mismos sabores del tercio anterior, aunque al superar el punto medio aparecen notas de tierra en el retrogusto y el «aura» dulce se sigue manteniendo a lo largo de todo el tercio. Por su parte, el sabor a chocolate se siente muy disminuido comenzando el tercio y desaparece por completo cuando supero la mitad del tabaco. La intensidad y la fortaleza siguen estancados en media, pero en cierto modo no quisiera que aumentaran, pues los sabores se sienten algo secos y no quisiera mayor intensidad de esos sabores. En cuanto a la construcción, no me ha dado ningún problema, ni siquiera la perilla medio rota.

La tierra ya no es un sabor principal en el último tercio y el dulce de la miel ahora ocupa su lugar junto con la pimienta. Sin embargo, no parece haber una unión de estos sabores, sino que más bien cada uno va por su lado. La quemada varía un poco en este último tercio, aunque es ya para cuando me quedan algunas caladas y en vez de darle un retoque, lo que hago es dejar que se apague solo, a fin de no quemarme innecesariamente. Me tomó una hora y 15 minutos fumar el Criollo y al final la intensidad se mantuvo en media, con un ligero aumento de la fortaleza.
Creo que en términos de disfrute este Criollo no fue tan distinto a la vitola toro que fumé hace unos años. No obstante, creo que desde entonces me he vuelto más considerado y paciente con los cigarros de sabores sencillos y menor complejidad, o al menos no tan lapidario cuando el producto se vuelve olvidable. En el aspecto positivo, éste dura menos, pero voy a insistir en que no es una fumada mala. Puede que sea aburrida, pero para una fumada en la playa va de maravilla, sobre todo esas que estás hablando con amigos y con una brisa algo fuerte y en verdad no te preocupa mucho del tabaco. Sin duda hay momentos para todo y este Criollo tiene su momento cuando no le tienes que hacer mucho caso. Mejor que el Scorpion Sun Grown, pero es otra calidad, aunque ambos sirven para el mismo propósito, si a eso vamos.

Ficha Técnica:
Fabricante: Davidoff Group
Marca: Camacho
Modelo: Criollo
Dimensiones: 5 x 50
Tamaño: Robusto
Origen: Honduras
Capa: Honduras (Criollo 98)
Capote: Honduras (Corojo)
Tripa: Honduras (Corojo), República Dominicana (Piloto Cubano)
Precio: $7,00
Puntuación: 78
Un comentario en “Camacho – Criollo (Robusto)”