Black Rhino – Maduro

Quedando dos cigarros Black Rhino en mi ‘maratón’ de la marca, caigo con el único puro nicaragüense de la marca, con un nombre y diseño que, nuevamente, parece de la primera generación de Black Rhino. El cigarro llegó como parte de ese sampler que me envió la marca gracias a la entrevista que les hice, que al final siempre creo que resulta beneficiosa para ambos y por ello hago estas reseñas con gusto, pero con la salvedad que serán honestas y justas, alejadas de las típicas de «es el mejor cigarro que me he fumado en mi vida». Pero la actitud de Germán Nuñez, el dueño de la marca, me ha demostrado que si tienes un buen producto y lo sabes, las opiniones de los demás simplemente van a alimentarlo.

Precisamente, este Maduro tiene una capa bastante oscura, o al menos más oscura de lo que son el resto de las capas de la marca. Incluso, tiene un cierto índice de oleosidad atractivo. Sin embargo, en la capa se siente un aroma que solamente puedo describir como ‘perro mojado’, y estoy claro que no es la descripción más amable, pero es lo primero que me viene a la mente. Cabe destacar que ese término es bastante común con las capas maduras, así que tampoco es algo negativo, pero afortunadamente le acompañan también aromas a madera, chocolate y un cierto toque suave de notas florales. En la tripa se aprecia cuero, madera y muy suave de pimienta y, finalmente, en la calada en frío se aprecia madera, pimienta y tierra seca.

El Maduro comienza con una fuerte nota predominante de pimienta, que es acompañada de madera al cabo de unas 3 o 4 caladas, pero que se mantiene intensa de pimienta durante buena parte del primer tercio. A lo largo de este primer segmento se aprecian también notas suaves de canela, vainilla y chocolate, mientras que en el retrogusto predomina la pimienta. Hasta los momentos el cigarro se describe técnicamente como uno de alta intensidad y sabor medio. Aunque la tendencia con la marca es que comienzan con una intensidad media-alta y finalizan acercándose a media, así que ahora apunto al segundo tercio a ver como van las cosas.

Como pensaba, el cigarro efectivamente pierde algo de sabores e intensidad cuando llego al segundo tercio, siendo más simplista, por decirlo de alguna manera y menos matizados los sabores. En general los sabores son de chocolate, madera y una nota corta de café que apenas dura un rato en el paladar luego de soltar el humo. Afortunadamente el anillo de combustión, tiro y velocidad de quemado se comportan de maravilla, pero realmente no hay una transición relevante en la mitad del puro, por lo que no marqué ese punto en la reseña.

Sin embargo, gratamente puedo marcar un punto justo al final del segundo tercio o comenzando el último, en donde sí ocurre una transición interesante, pues los sabores principales de madera y chocolate se mantienen presentes y duran, francamente, hasta el final del cigarro. Pero también hay un sabor a café suave… no porque el sabor sea suave, sino que es como café americano, que se siente suave. Igualmente, le acompaña un sabor herbáceo y húmedo, que creo es el que me dio la nota de perro mojado en frío. Esta nota herbácea se repite en el retrogusto, aunque sí debo mencionar que ninguna de ellas es ‘perro mojado’ como tal. El cigarro se mantiene en una escala de sabores cada vez más suaves hasta el final, a donde llega luego de 50 minutos de encendido.

Conversando un poco con Germán cuando me preguntó qué me habían parecido los cigarros que había fumado hasta el momento, y decirle que si bien me parecían buenos, algunos más que otros, me parecían similares. Germán me dijo que él trató de conseguir una intensidad predecible en los cigarros de una liga a la siguiente y ofrecerlos con distintas capas, a fin que el consumidor pueda discernir entre las distintas opciones, y esa es la razón principal por la que cada uno de sus productos lleva el nombre de la capa que lo cubre. Esto no es algo que hagan muchas marcas y me parece digno de aplaudirlo, porque ciertamente está evitando caer en el tema de «mi cigarro es el mejor del mundo» y permitiendo que sea el mismo gusto del consumidor el que permita descubrir el mejor, pero al mismo tiempo destaca que todos tenemos gustos diferentes. Cuando comencé esta travesía de probar sus productos, creía que cada uno era más diferente entre ellos, pero son esas pequeñas diferencias las que más me han gustado y es la razón por la que hay que probarlos todos.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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