Faltaba que hiciera una reseña hablando de las desventajas de fumar un cigarro con cepo muy grande para que la siguiente sea con el mismo cepo. Casualmente fue un tema de coincidencia, pero lo peor es que los dos o tres cigarros que siguen también son de cepo grande. Este Partagas dominicano me lo regaló un buen amigo a cambio de un cigarro que le dí una vez que vino a casa para una fumada y se dio cuenta que había dejado sus cigarros en casa. El nombre de este cigarro no lo sé, pues lo he buscado en varias páginas y aparece como Yellow Band/Label, pero también se le llama Partagas #10 aunque hace algunos años cambió de empaque y banda, optando por esta de color amarillo bastante llamativa.

El cigarro sin duda se ve bastante singular y el contraste con el amarillo le queda de lo mejor. La capa es brillante y oleosa, con muy pocas irregularidades y el cigarro se siente bastante sólido, sin ninguna parte esponjosa. En frío la capa tiene un intenso aroma de chocolate con distintos matices del mismo, partiendo desde chocolate con leche hasta torta de chocolate. En el pie se aprecia pimienta, suficiente para hacerme estornudar aunque en realidad no es taaaan fuerte… debe ser que se fue por el camino viejo. En la calada en frío se aprecia mucha más pimienta y torta de chocolate.

El Yellow Label (así lo voy a llamar) comienza con pocos sabores pero bastante ricos, destacando pimienta, chocolate y crema, de hecho una densidad en el humo bastante notable y casi que tiene textura. El retrogusto comparte la misma sensación cremosa y añade sabores de pan tipo pumpernickel, ese que te dan con el salmón. Sin embargo, no es un cigarro potente como mencionaba en frío, quizá por el cepo se diluye un poco, sin entrar en detalles repetidos sobre el tamaño del cigarro vs. la intensidad que demuestra. Hacia el final del primer tercio se comienzan a sentir notas de café, principalmente en el retrogusto, pero no me impresionaría si aparecen en el paladar hacia el segundo tercio.

Hacia el segundo tercio los sabores se mantienen más o menos iguales, con esa nota de café efectivamente apareciendo en el paladar también, pero no es la única nota que aparece aquí, pues también se sienten notas de tierra mojada. Entre ellas, el café ya está en un punto tan intenso como el chocolate, aunque también es porque el chocolate redujo un poco su riqueza, mientras que la pimienta ya se coloca entre los sabores medios, fiel a su origen dominicano. La intensidad es media y en términos técnicos se comporta de maravilla, con un buen tiro, excelente cantidad de humo y sin requerir mayor retoque.

Para la mitad del cigarro aparecen sabores de nueces y no mucho más. Lo bueno es que hasta el momento ningún sabor parece reemplazar al otro, sino que se van sumando a la experiencia general. Sí hay variaciones de intensidad de los sabores, pero ninguno que hasta el momento me parezca dominante ni que desaparezca. Por otro lado, me pongo a revisar más sobre este cigarro y ni siquiera aparece en la página de Partagas, a menos que este se trate del diseño antiguo y sea el nuevo el que aparece en la página, pero no mencionan nada de un rediseño. En fin, yo lo disfruto y ya veré si me da por comprar más.

Para el último tercio la anilla ya ha desaparecido, pero la construcción se mantiene perfecta, con un anillo de combustión prácticamente recto, buen tiro y buena quemada uniforme. En el último tercio no hay sabores nuevos, sino que es prácticamente una repetición del segundo tercio, alternando intensidades pero nunca existe un sabor que domine sobre los demás de manera permanente. El tiempo total de fumada rozó las dos horas, y con un cigarro de estas dimensiones esto es un tiempo normal para mí, aunque tengo amigos que se fuman estos en una hora y 15 minutos.
El Partagas Yellow Label o #10, dependiendo de dónde lo vean se trata de un buen equilibrio en temas de precio, sabores, intensidad y construcción. No es un cigarro que te va a «patear», pero tampoco va a pasar desapercibido. Me hubiese gustado encontrar un poco más de información sobre él, pues todo lo que leo me dice que tiene capa Camerún y sus sabores los relaciono más con una capa habano, pero me remito a las pruebas. Por otro lado, la fumada es consistente y sin mayor problema, algo para disfrutar siempre que no esperes demasiados sabores o intensidades.
