Mucho ha cambiado desde la última vez que fumé un «Domingo Lopez» para reseña. Para empezar, ya no se llaman Domingo Lopez, aunque en verdad nunca se llamaron así. Yo les puse ese nombre porque era quien me los entregaba y uno de los torcedores. Bien pude haberles puesto Jorge Pupo, que es otro de los torcedores. Pero Domingo tiene un nombre más catchy, me pareció. El hecho es que hace unos tres años finalmente se establecieron con el nombre de Casa Trianon, aunque el cigarro era prácticamente el mismo, con algunas diferencias de vitolas. Desde principios de 2021 han comenzado a crear cigarros con capas diferentes y tamaños nuevos, de los cuales este Robusto 60 es uno de ellos, también tienen torpedos y otros estilos de robustos, pero pareciera que van apuntando a cepos mayores.

En lo personal esta anilla me gusta mucho, primero porque el diseño tipo 8-bit me encanta y me parece que combina factores tipo art decó en la tipografía y la casa que aparece en la anilla es muy parecida a la casa de mi abuela, que efectivamente es art decó de principios de los años 40. La capa ecuatoriana es de las que crecen a la sombra, pero no me atrevería a decir que es Connecticut per se, pues tiene una oscuridad que no es normal, pero al igual que el Baron Duluc que fumé hace poco, puede ser de la misma planta de Connecticut, pero una hoja que recibe más sol. En la capa se sienten aromas de cuero, fruta fermentada y notas florales, mientras que en la tripa, que es venezolana, se aprecian notas de cuero, madera y pasas. Finalmente lo pico y la calada en frío presenta notas de cuero, madera y notas florales.

El Robusto 60 comienza modesto, más suave de lo que la capa medio oscura te haría pensar, pero con la intensidad propia que en realidad esa capa representa. Los sabores son de madera, notas herbáceas y un trasfondo de pimienta que se identifica más con la especia que con la sensación picante, por lo que es más apreciable por la nariz que por la lengua o el paladar. A medida que voy avanzando dentro del tercio siento notas de caramelo en cada calada y notas suaves de canela que no necesariamente acompañan la calada sino que se sienten en el retrogusto general de esta sección del cigarro. El mismo quema muy bien, con un anillo de combustión que tiende a ser recto y una columna de ceniza muy respetable.

Precisamente, tan respetable es la columna que la imagen del segundo tercio la hago al inicio, porque quiero dejar constancia de la ceniza, sobre todo porque un par de minutos después se cayó sola. Pero no es el primero de estos cigarros que me fumo y en todos he podido mantener una ceniza de buen tamaño, siendo esta, precisamente la más corta… ley de Murphy que es a la que le hice la foto. En el segundo tercio los sabores de pimienta son más prominentes, quizá también porque los de madera son más escasos y la pimienta se destaca mejor. Se mantiene esa aura de canela del tercio anterior, pero desaparece el sabor de caramelo. Superando la mitad del cigarro aparecen también sabores de tierra seca y nueces verdes, sutiles y sin mucho que destacar, mientras que el cigarro quema muy bien y tiene un tiro casi perfecto.

En el último tercio los sabores se simplifican y se hacen más lineales, destacando pimienta, madera, tierra seca y notas herbáceas, pero no hay acompañamiento de matices como en tercios previos, sino que es, precisamente, una fumada predecible y sin sabores nuevos. Al cabo de una hora y 15 minutos, este cigarro de gran calibre llega a su fin, con una sensación ligeramente esponjosa en las últimas caladas, que puede hacer que uno lo deje de lado antes de lo que quiere, o que simplemente esa sencillez en los sabores haga que te canses más rápido de él.
Casa Trianon es una marca que, aunque tiene ya unos cinco años, todavía está empezando. En Venezuela es difícil comenzar fuerte desde el primer momento, así que todo es un aprendizaje y una evolución constante, y antes de utilizar estas capas importadas estaban atados a unas capas muy rústicas y de no muy buena calidad, de producción local y de la misma ubicación de donde era el resto de las hojas. Si bien esto le da un aspecto más artesanal al cigarro, también sufría el consumidor final porque el último tercio era casi infumable, por consistencia. Pero estas nuevas capas son un paso en la dirección correcta, haciendo al cigarro más atractivo visualmente, con mejores sabores, pero con la misma intensidad y el problema al final ya no es de resistencia sino de falta de cambios. En próximas ocasiones yo buscaría mayor evolución durante la fumada, o que el último tercio incluya esa evolución, pues el último tercio se siente como una versión simplificada del segundo. Pero sin duda que hay una mejoría que se debe aplaudir y solamente les puede ir bien a partir de esto.
