El Natural de Drew Estate es uno de los productos con mayor trayectoria de la marca que, originalmente, comenzó precisamente con este tipo de cigarros saborizados/infusionados. Efectivamente, este es uno de esos cigarros, así que si no son lo tuyo o no te interesan, esta reseña la puedes pasar. Pero llegó un momento en que Jonathan Drew, el dueño de esta marca, contrató a Steve Saka como CEO y a Nicholas Melillo, quienes además de respetar esa tendencia de la marca hacia cigarros saborizados o infusionados, también se esforzaron porque crearan cigarros «de verdad». Sin embargo, precisamente porque su nombre puede ser confundido con otros cigarros que no son maduros, eventualmente la marca decidió cambiarle el nombre a este cigarro, también para sacarlo de la mira eventual del FDA por anunciar algo que posiblemente no sea cierto. El nuevo nombre del cigarro sin duda fue producto de un derroche de creatividad absoluto: Larutan (Natural al revés).

El cigarro fue un regalo de un amigo, el mismo que me obsequió los ACID, quien insiste que en este ámbito hay muchas ofertas buenas, aunque yo sigo prefiriendo los cigarros «de verdad». Este Natural está compuesto de tabacos de origen sirio, turco y de algunos países sudamericanos, combinados con hojas nicaragüenses de Drew Estate. Sin embargo, no hay una descripción del contenido del tabaco dividido por capa, capote y tripa. Pero sí puedo ver que la capa es bastante moteada, irregular y venosa, pero nada que parezca que dará problemas y a la altura de la calidad de construcción que Drew Estate demuestra en cada cigarro. En frío tiene aromas fuertes sobre la capa, que realmente dominan los aromas que puedo percibir en cualquier otro sitio, así que identifico notas herbáceas, de chocolate y la calada en frío me demuestra que la perilla está bastante azucarada, con lo que parece ser azúcar morena, al punto que no me permite apreciar mucho más.

Son pocas las críticas técnicas que se pueden hacer sobre un cigarro que quema así de bien, con una ceniza así de blanca y así de sólida. En sabores es excesivamente dulce gracias a esa perilla, pero también presenta notas de chocolate, azúcar morena y notas más suaves de frutas y vino moscatel. Ciertamente es demasiado dulce para mi gusto, pero en términos técnicos es perfecto gracias al tiro y al humo denso, pero hacen de él un cigarro que querrás (o deberás) fumar solo, pues los aromas del humo o el room note, como lo llaman, es muy intenso y podrá molestar a cualquiera que te esté acompañando.

El segundo tercio sigue siendo tan intensamente dulce como el anterior, aunque el tiro sí se aprieta un poco, pero sigue quemando muy bien y el humo es igualmente denso. La intensidad es menor que en el tercio previo, comenzando en media-alta pero ya en media-baja para cuando comienza este segundo tramo. Para este momento los sabores frutales desaparecieron, pero el cigarro se siente como el propio café que te servías a los 12 años: muy dulce, con bastante chocolate (si conseguías) y apenas una nota suave de café. Quizá por ese exceso de dulce en la perilla, tiendo a producir más saliva y eso hace que la cabeza del cigarro se sienta más pesada y en las fotos se vea peor, por lo que regularmente trato de corregir eso.

Contrario a cualquier descripción sencilla, los sabores del Natural en el último tercio incluyen más picor en la lengua, que no es pimienta, solo esa picazón, pero la intensidad del cigarro es menor y casi que lo puedo llamar un cigarro suave. El sabor frutal del primer tercio desapareció en el segundo, aunque el sabor de vino se mantuvo y ese llevaba una esencia frutal con sí mismo, pero ya en el último segmento ha desaparecido por completo, siendo apenas los sabores de chocolate, azúcar moreno y café, este último más intenso, los que se mantienen en este tercio. La construcción sigue a la altura y en ningún momento tuve que darle siquiera un retoque. Me tomó un poco más de una hora terminarlo, no porque quemara rápido, sino porque parece mucho más pequeño de lo que realmente es.
El Natural/Larutan no deja de ser un cigarro saborizado/infusionado y aunque hay variaciones de sabores y el tabaco utilizado puede bien ser premium y constituir una fumada con algo de complejidad, ciertamente no es mi estilo. La fumada fue interesante y variada, con una construcción excepcional y humo bastante denso, pero no es una experiencia que haya disfrutado de por sí, sobre todo por esas sensaciones excesivamente dulces de la fumada y la apariencia «falsa» de esos sabores. Aunque entiendo y comprendo que hay muchos fanáticos de este tipo de cigarros, no me cuento como uno de ellos y realmente creo que hasta me molestaría si alguien decide fumar uno en mi compañía, pues su aroma es tan invasivo que no podría disfrutar de una fumada por mi cuenta, poniéndolo incluso más intenso en ese room note que un ACID.
