Hace cosa de 10 o 12 años comencé a trabajar en una agencia de publicidad que constituyó un punto clave en mi carrera, no solo por las cuentas y el cargo, sino también por las personas que ahí conocí, entre las que cuento amigos que, incluso 8 años después de haber salido de ahí, todavía converso con ellos por lo menos una vez a la semana y con quienes fumo cada vez que se puede, teniendo en cuenta que en esa época no fumaba. Uno de estos amigos es hijo de un cubano y a veces usaba un insulto que siempre me pareció sumamente original, pero que luego descubrí que es muy cubano: Animal con ropa. Por supuesto, cuando vi que existía una marca con ese nombre, lo primero que pensé fue en este amigo, pero resulta que es una marca dominicana con fabricación, según he podido conseguir, a manos de Davidoff. No tengo completamente clara la liga y hasta la fecha de publicación no me han respondido (aunque confieso que les escribí hace unos 3 días), El cigarro fue un obsequio de un buen amigo con quien fumo muy a menudo y no está relacionado a los otros dos que mencioné.

El cigarro tiene una apariencia ligeramente rústica, pero comprensible al ser vendido en Venezuela por un tercero a quien mi amigo se lo compró, por lo que en cualquier caso ha pasado por varias manos y no tenía celofán. No obstante, las imperfecciones que tiene no son necesariamente en la capa o por la ausencia de celofán, sino una diferencia más notable entre secciones de la capa, pero sus aromas a madera, frutos rojos y nueces sobre ella realmente me hace dejar de pensar en imperfecciones y apreciarlo bastante, junto con notas a pimienta y madera en el pie. Lo pico con la doble hojilla, especialmente porque lleva un «moño de señora» en la perilla y la calada en frío me da notas de madera, paja y una cierta nota perfumada floral.

El Mal.Cri.Ao enciende bastante parejo y comienza desde la primera calada a producir humo abundante, incluso con su forma particular. Los sabores comienzan con una cantidad considerable de pimenta, que realmente es inesperada en un dominicano, seguido de notas más dulces y menos agresivas que incluyen café y a mediados del primer tercio ese sabor dulce comienza a tomar una sensación como de dulce de leche que realmente me obliga a fumar más lento y disfrutar más de la fumada. El tiro no se hace más suelto, por lo que puedo dosificar bastante bien un tiro que se comporta de maravilla y por el que me toma casi 25 minutos superar el primer tercio.

Para el segundo tercio las sensaciones en el Mal.Cri.Ao no son muy distintas al primero, aunque ese sabor a dulce de leche tiene un matiz menos cremoso y hace que parezca más como el jarabe de caramelo que tienen los sundaes de McDonald’s y menos el dulce de leche que venden en cualquier lugar. La pimienta sigue estando bastante presente, aunque no necesariamente sea el sabor más dominante en la fumada, mientras que un sabor a nueces se siente que cubre la lengua, en el mismo estilo que si comieras nueces y sintieras la lengua cubierta por esa sensación oleosa. En términos técnicos, el cigarro sigue quemando bastante bien y lleva la tendencia a quemar recto, aunque por sus mismas dimensiones se siente más esponjoso.

El sabor de caramelo es el que toma la nota dominante en el último tercio, más que nada porque la pimienta parece desaparecer por completo, mientras que los sabores de nueces y madera se mantienen durante largo rato en esta sección final. En términos de construcción sí comienza a perder facultades, en gran parte por el gran cepo y sección más fina del cigarro, que simplemente no parecen coordinar, pero los sabores parecen mantenerse en buena forma, incluso si el cigarro se calienta de más. Al final, luego de una hora y 5 minutos de fumada, es esa temperatura que va agarrando el cigarro la que me obliga a dejarlo de lado, pues también tiene que ver que la quemada comienza a desviarse por ese mismo calor desmesurado, pero en realidad el Mal.Cri.Ao ya dio lo que iba a dar.
Ya fuese por la marca Animal con Ropa o por el nombre del cigarro «malcriado», este cigarro me llamó la atención desde que lo probé. No lo había hecho porque me parecía algo caro (en Venezuela) pero ya que fue un regalo decidí darle la oportunidad, teniendo como referencia su precio afuera. En cuanto a su sabor, es bien sabido que los cigarros dominicanos tienden a tener menor contenido de pimienta que los nicaragüenses y muchas veces los cigarros dominicanos tratan de emular el sabor más fornido de los nicaragüenses incluyendo más pimienta pero a menudo parecen concentrarse en eso y a explorar poco más. El Mal.Cri.Ao tiene más pimienta (o mayor sensación picante) que muchos dominicanos, pero afortunadamente no se concentra en eso y da también sabores complejos de caramelo, nueces y notas cremosas, que me han hecho disfrutarlo bastante pero quedarme con las ganas de disfrutar más, lo cual espero resolver pronto.
