En 2019 Altadis decidió crear un cigarro para su marca VegaFina que celebrara el año de creación de esa marca: 1998. El cigarro solamente estaba disponible en Europa durante ese año, pero en 2020 fue lanzado de este lado del charco. Al igual que la gran mayoría de productos de Altadis, es fabricado por Tabacalera de Garcia en La Romana, República Dominicana, y está disponible en tres vitolas: VF50 de 4,5×50, VF52 de 5,25×52, and VF54 de 6,125×54, siendo este último el que me envió Cigar Hustler en su paquete mensual. La liga del 1998 tiene un blend de 5 países, incluyendo una capa ecuatoriana Habano HVA, sobre capote Java de Indonesia y tripas de República Dominicana, Nicaragua y Colombia, de los cuales todos, según la marca, tienen un mínimo de 4 años de añejado.

El color de la capa es lo que se conoce como un colorado, o al menos ligeramente colorado, con múltiples venas y una carencia de sensación lisa. Esta tipo de capa es, según los entendidos, más fiel al carácter cubano del origen, por lo que tiene esa nomenclatura HVA en su nombre que lo identifica como Habano Vuelta Abajo. La capa tiene aromas especiados, como una combinación magistral de especias dulces que incluye una combinación de ellas, sin definirse en ninguna, pero puedo mencionar clavo, nuez moscada y vainilla, así como una ligera sensación picante. En el pie incluye esas mismas notas, quizá más diferenciadas y un toque fuerte de chocolate. Cuando lo pico, la calada en frío presenta notas dulces, así como tierra mojada y pimienta.

Son las notas de tierra mojada las que me reciben al encender el cigarro, con un fuerte componente adicional de pimienta, que tiene poca duración pero me deja la lengua ligeramente lacerada y me doy cuenta que aunque tiene un cepo de buen tamaño (54), debo darle caladas suaves y no porque el tiro esté mal, porque está fenomenal. Esta tierra mojada tiene una nota mineral dominante, pero que le acompaña una nota de crema pastelera a mediados del primer segmento y el retrogusto incluye pimienta, madera de cedro y más de esa nota mineral. Hacia la frontera con el siguiente tercio se pueden apreciar notas de pan tostado y té verde.

El segundo tercio tiene una transición interesante, partiendo de esos dos sabores que aprecié en la frontera, pero incluyendo también sabores más fuertes de madera, cuero, nuez moscada, canela y chocolate negro, y un fondo esta vez de esa nota mineral. El retrogusto es de pimienta roja y la misma nota de madera del tercio anterior, esta vez sin mineralidad. El cigarro sigue quemando muy bien, produciendo una ceniza blanca y casi sin imperfecciones, aunque el tiro sí se aprieta un poco, pero luego de darle un par de retoques de soplo, algo que me enseñó un amigo y consiste en hacer como si lo fueses a encender (pero ya está encendido) y soplar en vez de calar… a veces se produce una llama azul en la punta del cigarro y la idea es soplar hasta que se apague o te quedes sin aire. Al cabo de esto, el cigarro comienza a quemar perfectamente y el tiro mejora, en la mayoría de los casos, y este no fue excepción. La verdad es que cuando sale bien (casi siempre), el resultado es muy positivo para seguir apreciando el tabaco.

La nota mineral regresa en el último tercio, con menor intensidad que en el primero, pero muy presente entre los sabores principales del cigarro. Le acompaña esa crema pastelera que le da un sabor dulce a la fumada y una nota… pues, cremosa y madera de cedro. También hay notas fugaces de chocolate y café, que no se mantienen hasta el punto de ser parte de la fumada, sino como momentos de complejidad mayor a la ya mostrada por el cigarro. El retrogusto es de canela y madera, un perfil que mantiene hasta las dos horas y 15 minutos, que es cuando el cigarro finalmente ya es vencido y muere con dignidad.
Revisando un poco mis reseñas, realmente me impresiona que esta sea mi segunda instancia con un VegaFina, pues anteriormente me gustó y este también, y la marca no se caracteriza por productos caros. Quizá sea porque comienza por V y normalmente cuando estoy comprando cigarros voy en orden alfabético, lo que explica mi gusto por los AJ Fernandez. Pero creo que los voy a poner en pendientes, mientras que este cigarro, aunque sea mi última reseña de 2021, la voy a poner entre los cigarros de 2022, especialmente porque ya publiqué mis preferidos del año. No creo que alcanzara al Top 25, pero no me cabe duda que lo disfruté bastante.

Este, en formato VF50 suelo tenerlo y es selección habitual en los momentos en los que la oportunidad y el clima acompaña. Una relación calidad precio que me parece insuperable.
Saludos y feliz año!
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Sí, en realidad me pareció muy bueno para tenerlo en rotación constante. Feliz año!
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