Con un nombre tan característico como Butter, en su versión de capa madura, es difícil ignorar este cigarro, sobre todo porque su empaque y anilla son tan parecidos a los empaques de mantequilla americanos. No es una coincidencia que el cigarro se llame así ni lo es el empaque en el que vienen cuando los compras directo del fabricante en 4-packs. Por pura suerte, buena o mala todavía no lo determino, he encontrado muy poca información sobre este cigarro online. Mucha me apunta al cigarro de capa Arapiraca que simplemente es el Butter, sin el sufijo Maduro. Este sé que tiene capa madura ecuatoriana pero sobre su contenido interno solo menciona que es dominicano y que es hecho en República Dominicana. No quedará más que probarlo.

Pero más allá de lo que conseguí y no sobre este cigarro, creo que fumarlo en un ambiente agradable, en el que está relativamente nublado pero húmedo, va a ser la mejor opción. Por lo pronto la capa madura no se siente tan madura, o al menos sus aromas incluyen fuertes notas de madera, cuero y establo, pero no esa típica nota de chocolate o tostada que suele caracterizarlos. En la tripa se siente nuevamente madera, algo más suave, y más intenso de tierra. Finalmente lo pico con la doble hojilla y me reciben notas igualmente fuertes de madera y tierra, ambas secas, y maní. La capa se ve bastante imperfecta, con muchas venas que son más horizontales que verticales, en realidad… como si hubiesen enrollado el cigarro con las hojas con más detalles.

El Butter Maduro comienza con excelente tiro y una ceniza que se sostiene perfectamente sobre el cigarro. Los sabores no son muy variados, pero con su índice de precio (alrededor de $6 por unidad), no esperaría mucho más. Algo que me impresiona inmediatamente es el poder de la predisposición, y es que si el cigarro se llama Butter, ¿a qué crees que sabrá? La respuesta no es mantequilla, pues ciertamente no es el sabor, pero si alguna vez has comido mantequilla sola, pueden haber similitudes. El hecho es que al cigarro se le siente una nota salada bastante predominante sobre los sabores y hay una sensación oleosa en el paladar y la lengua, como si hubiese comido mantequilla o margarina. Los sabores entonces son de madera seca, un ligero cítrico que se siente más en retrogusto, y esta nota oleosa y salada que domina la fumada.

En el segundo tercio mantiene la nota salada como la predominante, aunque es mucho menor, quizá porque hay notas de pimienta y picantes que casi alcanzan el mismo nivel. A medida que voy avanzando y el sabor salado y la sensación oleosa se van disminuyendo, puedo apreciar otros sabores como un merey tostado, madera y a partir de la mitad la sensación en boca es como de las galletas saltinas, pero como si te hubieses comido como 6 paquetes y estás como sobredosificado de sal y tienes la lengua áspera de la sal. Pero entre todo eso, la sensación es agradable, principalmente porque va cediendo y te permite apreciar estos otros sabores. El retrogusto es de arcilla hasta el punto medio del cigarro, donde se junta con un sabor de merey, como el que siento en el paladar.

No hay grandes cambios en el último tercio, nuevamente por un tema de precio no esperaría una gran transición al final, sino que se trata de una sustitución de los sabores siguiendo la misma tendencia que viene marcando desde el tercio anterior: reducción de las notas saladas, más merey, galletas saltinas o de soda, menor sensación oleosa en boca, y hasta el final mantiene su intensidad media-alta de sabores y fortaleza media. Me duró una hora y 20 minutos, con excelente tiro, abundante humo y un anillo de combustión muy recto.

Pienses lo que quieras de los cigarros de Lost and Found y el hecho que no identifican a la marca que los hizo originalmente ni a la fábrica, la verdad es que las anillas son impresionantes y me parece que muy originales. ¿A quién se le ocurre hace un empaque como de mantequilla? Pues ya existe. Sí me gustaría saber un poco más de quien lo hace, no para comprarles directamente, pero para que la ficha técnica no sea tan escueta. No obstante, el Butter Maduro creo que no es un cigarro para todo el mundo.
Un amigo se compró un 5-pack y terminó regalando tres de ellos luego de fumarse los primeros dos y que no le gustaran. Cabe destacar que este amigo y yo tenemos gustos bastante distintos en los cigarros, así que ciertamente el Butter Maduro es un cigarro que le puede gustar a unos y otros lo pueden odiar. Pero indiferente no te deja y eso es gracias a este diseño tan singular de la anilla.
