Este cigarro vendido bajo el manto de My Father Cigars pero con la marca de Don Pepin Garcia, llegó como parte de un sampler de My Father que adquirí hace unos meses. No sé si lo sabes, pero yo lo descubrí cuando estaba revisando información de otros cigarros de esta misma marca, pero Don Pepin Garcia es master blender de origen cubano así como el patriarca de la familia Garcia. Trabajó para diversas marcas desde exiliarse de Cuba, pero fue su hijo Jaime quien creó la empresa en honor a su padre y por eso se llama My Father Cigars. Vegas Cubanas es uno de los primeros blends que realizó Don Pepin a su llegada a USA. No sé si es exactamente el primero, pero sin duda es uno de los que puso a Don Pepin en el mapa. Por supuesto que la fabricación de este, al ser de My Father Cigars, es muy buena pero no tan buena como suelen ser las de la fábrica; es decir que hay imperfecciones en la capa, venas, nudos, perilla un poco accidentada, etc.

La capa de este Vegas Cubanas es Corojo, aunque originalmente era Habano rosado, pero eso fue apenas fue creada la compañía en 2003. Para 2016 eran muy pocos los ejemplares que se producían con regularidad, gracias en gran parte al mayor éxito de los nuevos productos de la marca, y en 2017 decidieron hacer un relanzamiento, que sin duda es parte de lo que tengo en mi mano. Para mi sorpresa, una revisión de impresiones de este cigarro online mencionan que sabe a un Cohiba cubano o que cuando lo fuman es lo primero que les recuerda… yo trataré de alejarme lo más posible de ese tipo de descripciones. Pero en frío la capa tiene aromas que no son los típicos picantes nicaragüenses, sino más bien a paja, flores, tierra y madera, que sí suelen ser aromas típicos cubanos. En el pie se sienten más o menos los mismos, pero incluye algo de chocolate también y en la calada en frío aprecio chocolate, frutos rojos, tierra y pimientos.

Puedo confirmar que desde la primera calada el Vegas Cubanas no se siente como el típico cigarro nicaragüense, pero no puedo decir que sabe cubano. En realidad me recuerda más a un cigarro dominicano, pero con el añadido de sabores de tierra que no son los más típicos de la isla. Le acompañan notas de pimienta (no mucha) y madera, con algo de pimienta roja y nueces en el retrogusto. Incluso, esos sabores a pimienta se diluyen un poco mientras más me adelanto en el primer tercio, llegando a ser completamente reemplazados por notas herbáceas y más madera, de cedro esta vez. En construcción se comporta muy bien, con una ceniza blanca y bastante sólida sobre el cigarro y un buen tiro que produce humo abundante.

En el segundo tercio el Vegas Cubanas se va haciendo más dulce en cada calada, incluyendo también notas cítricas que acompañan la madera de cedro y las herbáceas, que se definen mejor como grama. A partir de la mitad el sabor a tierra comienza a sentirse más escaso, mientras que la pimienta se refuerza un poco más en ese punto también. Sin embargo, no podría decir que la experiencia se sienta compleja, porque no lo es. Solamente son sabores que van apareciendo y combinándose en el cigarro, pero rara vez siento matices entre ellos. Construcción es casi perfecta, con una ceniza que se sostiene muy bien y es a la mitad del cigarro que se cae sola (aunque no le haya hecho foto). Humo abundante, aunque el tiro se siente un toque más apretado.

El último tercio del Vegas Cubanas está lleno de sabores cítricos y de madera, con toques suaves de pimienta y tierra. Mantiene su quemada ideal y sus matices escasos, pero en términos de construcción se comporta que es una maravilla, siendo tan solo el tema del tiro el único que no me encanta. Pero con un tiempo total de fumada de una hora y 35 minutos, el Vegas Cubanas fue un cigarro que sorprendió por diferente y por bien construido.
A menudo sucede que cuando has fumado un cigarro de una cierta marca, ya te predispones un poco hacia lo que va a ser la experiencia con otro de esa misma marca. Me pasa cuando voy a fumar un La Flor Dominicana, que por claro que sea, siempre espero una fumada intensa. Con un Gurkha, que por muchos puntos y descripciones superlativas que tenga, no creo que me va a gustar. Algo similar ocurre con los cigarros de My Father, que siendo nicaragüenses y con la experiencia de la marca, tengo la casi total seguridad que tendrán unos sabores equis y una fortaleza tal. El Vegas Cubanas está muy alejado de esa predisposición con la que lo encendí, y aunque no es ese sabor cubano que prometía o que leí en otras reseñas, tampoco es el típico nicaragüense. La abundancia de sabores cítricos y herbáceos es algo muy ajeno al estilo, pero no por ser diferente es mejor ni peor, sino que simplemente es distinto. No sé si es lo que más me gusta, pero un cambio de ritmo interesante sí que lo es.
