Las múltiples vueltas y diatribas y cambios por los que tuvo que pasar la marca previamente conocida como Casa Fernández para ser actualmente conocida como Aganorsa no fueron fáciles ni sencillas. Esto ocurrió, creo yo, por varios motivos que hoy en día son fáciles de identificar, pero quizá en el momento y en la confusión, no lo eran. El primero era porque en ese momento Aganorsa, la finca y la fábrica, hacían productos para distintas marcas más conocidas, incluyendo la marca de la casa: Casa Fernández. La segunda es que en medio del cambio de nombre, muchos cigarros comenzaron a llevar el nombre de Aganorsa junto con Casa Fernández y luego el nombre del cigarro, que no era muy llamativo ni provocativo, como Reserve, Signature o Connecticut. La tercera es que quisieron eliminar la marca Casa Fernández y al poco tiempo, cuando apenas si nos estábamos acostumbrando al nuevo nombre, asimilar otra marca de la casa bajo el mismo paraguas: JFR. JFR era una línea de bajo costo y crear líneas dentro de la marca que tiene productos de alta gama y de baja gama, y ponerle nombres nuevos a cada uno, facilitó la confusión para el consumidor que presta poca atención a estos pequeños cambios.
No obstante, pareciera que este año 2022 es cuando la marca y el consumidor finalmente calcen en su identificación del producto. Una parte importante de esto ha sido la línea Guardian of the Farm, y esta nueva extensión llamada Cerberus. Esta línea siempre ha rendido tributo a los perros que cuidan las fincas, comenzando con el Guardian of the Farm original, luego el Nightwatch por los que vigilan en la noche. Finalmente, con un aporte más fantástico y religioso, Aganorsa le rinde tributo al perro que cuida las puertas del inferno para evitar que los muertos regresen a la tierra, en la mitología griega: Canserbero. Como tantos otros productos de la marca, se trata de un puro nicaragüense en el que todas las hojas pertenecen a la finca, esta vez disponible en cuatro vitolas. Su capa es Corojo 2012, un nuevo varietal creado por la marca, que comenzaron a usar el año pasado en tripas y esta es la primera vez que usan en una capa.

Por el mismo diseño tan variado y lleno de relieves en la anilla, esta sobresale del cigarro y le da un aspecto como de 3D, o habrá quien piense que es un defecto… y quizá lo es, pero se ve muy bien. En realidad, después de fumar muchos cigarros de distintos tamaños, no recuerdo haber visto esto suceder, así que no sé qué tan defecto sea. La capa se ve bastante irregular en superficie, pero oleosa y brillante, con aromas a pasas, tierra y toques salinos. En la tripa son un poco más difíciles de apreciar los aromas, pues incluyen una fruta confitada como esa que lleva el turrón de frutas, que no es fácil identificar cuando tienes años sin probarla, notas de pan y pimienta. Lo pico con la doble hojilla y esa nota frutal confitada vuelve a aparecer, notas de chocolate y cuero también. El tiro se siente un poco raro, aunque no diría que está apretado, pero no es fluido tampoco y no voy a tratar de definirlo más allá de que no es el ideal.

El tema con el tipo de lente que uso en la cámara (o el efecto en el teléfono) es que me deja mucho más borroso de lo que espero el fondo. Pero porque el cigarro se llama Cerberus y el clima que aparece en el fondo es de una tormenta, esperaba que se notara más y fuese más llamativo. No es el caso, pero al menos quedó bien la foto. Los sabores son fuertes de nueces y tierra, que incluye luego madera a lo largo del tercio, chocolate negro, pimienta y crema, mientras que el retrogusto es de cuero, crema y pimienta. La intensidad de los sabores es media-alta, razón por la que agradezco esta vitola, mientras que la fortaleza también es media-alta, nuevamente gracias a la vitola. El tiro no me da ningún problema después del encendido y el anillo de combustión se comporta de maravilla, en verdad. El humo es abundante en cada calada y este clima lluvioso y ventoso no hace que mantener el humo in situ sea muy sencillo.

En el segundo tercio los sabores de madera se colocan como protagonistas, más específicamente sabores a cedro. Le acompaña una nota cítrica de cáscara de limón que hace que el cigarro se sienta más picante en nariz, que junto con los sabores de tierra, nueces y notas herbáceas, hacen de esta experiencia una muy agradable. El retrogusto es igualmente variable, con notas de madera y pimienta, y algo de tierra. Esa pimienta aumenta considerablemente cuando supero la mitad del cigarro, pero también incluye notas tostadas o ligeramente más ahumadas. En realidad no son abundantes los cambios en el segundo tercio, pero sí se siente más agradable la fumada, con los mismos sabores que el tercio anterior, salvo la cáscara de limón, pero el hecho que hay cambios en el orden de intensidad hace que se sienta como una experiencia con más matices. Fuerza e intensidad se mantienen en media-alta, con una quemada que no es del todo recta, pero tampoco es problemática y produce abundante humo.

No hay grandes cambios en relación a los sabores del último tercio, pero sí hay un nuevo orden en ellos e incluso llegan a aparecer notas suaves de algunos nuevos, que incluyen un nuevo matiz de ese sabor tostado que se siente más como mantequilla quemada, e incluye cedro, pimienta y tierra. Hay algunas notas de especias tostadas, como de nuez moscada horneada, sin querer ser demasiado específico pero sí que es como cuando hay una torta de especias en el horno. La intensidad de los sabores llega a alta y la fortaleza a media-alta, pero la experiencia realmente agradable y gratificante, especialmente al marcar una hora y 45 minutos en un cigarro que esperaba finalizara unos 30 minutos antes.
Leyendo algo de otras reseñas sobre este cigarro, las cuales siempre reviso especialmente para saber (y transmitir) un poco de su blend y su historia, veo una consistencia preocupante en problemas de quemado del cigarro, especialmente en aquellas publicadas entre marzo y mayo de este año. Yo estoy publicando esto en agosto, pero sería fácil asumir que el cigarro proviene de la misma producción, pues su tiempo de guarda es mucho menor al mío. Dicho eso, me siento afortunado que mi cigarro quemó muy bien y solo tuve que reencenderlo una vez, y fue porque me alejé de él un rato. La experiencia fue muy positiva pero si bien Aganorsa fácilmente puede quedarse con la mejor parte del tabaco a la hora de distribuirle a otras marcas, pareciera que deben mejorar algunas cosas en su control de calidad. No obstante, juzgar un cigarro por la experiencia de alguien más no es justo. Mi experiencia con el Cerberus fue muy positiva.
