Durante la pandemia, mientras estaba encerrado en casa, hice algo que no pensaba hacer. Entrevisté a través de Instagram Live a diversas personalidades del mundo del tabaco. Nunca lo pensé hacer porque siempre he pensado que no tengo ese carisma, pero la pandemia nos llevó a tantas personas a hacer cosas distintas, que pensé por qué no. Entre estas personas que entrevisté, en junio de 2020 fue con Julio Fuentes, quien además de no tener relación alguna con la gente de Arturo Fuente, es el dueño de René Cigars, una marca que llamó por el nombre de su padre. Julio es de origen salvadoreño pero vive en República Dominicana desde hace muchos años, dedicado principalmente a la industria del turismo. En esa ocasión hablamos de que me enviaría un sampler de la marca, pero no hemos coincidido más, así que no nos hemos puesto de acuerdo. Pero hace unos meses en el Exclusive Festival me encontré con mi amigo D’Caché Cigars, que los vende en Venezuela y le compré varios ejemplares que quería probar, entre ellos este Julio IV.

El Julio IV es fabricado por Villa González en la República Dominicana y viene en vitola toro 6×50 con una capa San Andrés mexicana, bastante tosca y con múltiples venas y protuberancias. Tiene alrededor de 3 meses en mi humidor, por lo que ya debe estar listo para fumar. Aprovecho que la humedad está alta y cae una ligera lluvia para probarlo como debe ser y descubro en la capa aromas a naranja vieja, como cuando las dejas mucho tiempo esperando en la cesta de la cocina, pero también tiene pan tostado y un aroma lácteo medio ácido que me recuerda al yogur. En el pie tiene aromas de madera vieja y una nota herbácea húmeda que identifico como musgo. Finalmente lo pico y la calada en frío repite la naranja, pero esta vez es su cáscara además de madera y salsa Worcestershire (inglesa, en Venezuela). En frío se siente muy apretado, por lo que le doy un segundo corte, pero la verdad es que sigue apretado. Espero que el encendido lo mejore.

El encendido parece no tener mucho efecto en el tiro y sigue siendo considerablemente apretado. La intensidad de los sabores está entre suave y medio, con notas muy presentes a regaliz negra, frutas cítricas y manzana acaramelada. La pimienta es inexistente, por lo que promete (hasta el momento) ser una fumada suave, En el retrogusto aprecio notas de aserrín, algo ligeramente cítrico como cáscara de naranja pero también una nota dulce interesante y pegajosa en todos los sabores, que identifico como gomitas (gominolas en España). El anillo de combustión tiende a ser bueno, pero como la capa es tan imperfecta, no quema del todo recto. La fortaleza es baja y la intensidad, como mencioné antes, entre suave y media.

En el segundo tercio continúan los problemas con el tiro apretado, al punto que me toma alrededor de 40 minutos llegar a la mitad del Julio IV y no es que el cigarro se me haya apagado, pues ni un retoque he tenido que hacerle, pero sí le he dado candela un par de veces a ver si el tiro mejora, sin resultados favorables. El sabor a regaliz negra es el dominante en la fumada, pero es seguido de cerca por las notas cítricas y cuando supero la mitad del cigarro aparece un sabor herbáceo muy singular que me recuerda al enebro, o al sabor de la ginebra. El retrogusto es de regaliz únicamente. La intensidad y fortaleza del cigarro siguen igual, siendo media-suave y baja, respectivamente.

En el último tercio se simplifican los sabores, algo que no esperaba para este cigarro pero que me pareció inevitable por como se venía comportando. Las notas de regaliz prácticamente desaparecen y las cítricas aumentan y realmente no hay mucho más que agregar. El tiro siguió siendo un problema y hay veces que el cigarro supera lo que está haciendo que el tiro se sienta apretado, que a veces puede ser un «nudo» en el torcido o alguna imperfección, pero hasta la última calada que le di, el tiro fue difícil. El tiempo total de fumada fue de una hora y 40 minutos.
Tanta expectativa para finalmente probar el cigarro y al final quedé defraudado. En realidad estoy seguro que es un problema de torcido y si bien podríamos argumentar que se trata de un exceso de humedad en mi humidor, el hecho que lo tenía a 67% de humedad durante tres meses y que ningún otro cigarro del humidor parece sufrir de esto lo desmiente. No obstante, estoy claro que este cigarro no está hecho para fumar así por lo que felizmente le daría otra oportunidad. Por otro lado, lo suave que es hizo que la fumada no fuese placentera, pues darle caladas más largas con el fin de sacar más humo y así más sabor resultó fortuito.
