El Black Series es el segundo producto que lanzó la marca West Tampa Tobacco, creada por Rick Rodríguez luego de su salida de CAO el año pasado. Ambos productos son fabricados en Nicaragua y aunque ambos tienen esencialmente la misma liga que consiste en capa Habano ecuatoriana sobre capote y tripa nicaragüenses, la capa del Black Series proviene de una hoja más alta de la planta, por lo que recibe más sol y por ende, tiene más sabor. También pasa que el capote del Black Series proviene de la isla de Ometepe y la tripa es de las regiones de Condega y Estelí. Entre mis fuentes informativas de tabaco, escuché y leí tanto sobre este cigarro que cuando descubrí un 5-pack a buen precio, lo adquirí sin haberlo probado, ni el White Series. Contando que la reseña de ese White Series fue hecha en noviembre, diría que estos cigarros han estado en mi humidor desde octubre.

En el caso de este cigarro, voy a probar el robusto que tiene medidas clásicas de 5 x 50. El White Series lo probé en 6 x 60. Más allá de las dimensiones, tanto el White como el Black difieren muchísimo en colores, teniendo en cuenta que son esencialmente la misma capa. Este tiene una cantidad notable de aceites sobre la capa, en parte gracias a su origen y la buena guarda que ha tenido. Esa capa tiene aromas madera, bosta, paja, cuero y tierra, mientras que en el pie se siente una nota más dominante e intensa de madera, nibs de cacao, pimienta y cereza. Luego de un corte recto, la calada en frío me da aromas a madera, café recién colado, pimienta y cereza.

Debido a una falta de atención de mi parte, este es el segundo cigarro de estos que fumo en menos de una semana, porque la vez anterior debió haber sido la de la reseña, pero me distraje con la visita de unos amigos al local en donde estoy trabajando y no tomé notas. Esta vez no dejé de hacerlo y comienzo anotando las fuertes notas de pimienta que me reciben apenas enciendo el cigarro, pero le acompañan notas cremosas de madera y café en polvo como dominantes, mientras que entre las secundarias me encuentro con nuez moscada, guayabita, pan, cuero y una cantidad fuerte de pimienta en el retrogusto. La intensidad es media, aunque la pimienta me hace dudar ese nivel, mientras que la fortaleza es sólida y sin dudas en media. El humo es abundante y por los momentos y la duración de este primer tercio, no requiere retoques.

Gracias al tamaño de la anilla, antes de llegar a la sección media del cigarro ya tengo que quitarla. Es comenzando el segundo tercio cuando los sabores llegan a un cambio y no es una transición sino más como un cambio completo, donde los sabores dominantes son de cuero y madera, pero esta nota de madera pareciera un tipo de madera completamente distinto. Los sabores secundarios son variados e incluyen carne quemada, nuez moscada, nibs de cacao y una nota de tierra que me recuerda más a hongos (champiñones), pero esta desaparece para cuando alcanzo la mitad del Black Series. El retrogusto mantiene la pimienta pero también incluye cerezas y tanto intensidad como fortaleza han aumentado un punto, aunque no diría que sean medio-altos de momento. Hay un par de toques técnicos que le tuve que dar, pero nada preocupante sino más como preventivo, mientras que el humo sigue siendo abundante.

Los sabores son muy similares en el último tercio a lo que fueron en el segundo, destacando madera y cuero entre los principales, mientras que los secundarios incluyen carne quemada, tierra, canela, café y una cáscara cítrica muy suave. También hay notas minerales a lo largo del tercio, que deben ser algún resto del sabor de tierra, mientras que la necesidad de retoques se hace más prevalente. Los sabores alcanzan una intensidad media-alta, aunque la fortaleza se queda en media durante este tercio. Me toma una hora y media fumar este cigarro hasta el final, incluyendo que se me medio apagara cuando le quedaban unos minutos, pero lo volví a encender porque no quería terminarlo.
Para quien se pregunte por qué la marca del cigarro lleva el nombre de la ciudad de Tampa y no Miami, que ha sido más famosa por albergar cubanos y sus descendientes, incluyendo a la familia de Rick Rodríguez en su momento, el hecho es que Tampa fue la capital americana de la fabricación de tabaco antes y después de la revolución cubana, específicamente en la ciudad de Ybor, ubicada muy cerca de Tampa. Siempre he querido visitarla, aunque hoy en día es más una visita turística que la oportunidad de probar nuevos productos y visitar fábricas. En cuanto al cigarro, se trata de una fumada de fortaleza media, que solamente aumenta tanto intensidad como el golpe del humo en el último tercio, pero es en ese punto cuando no se hace ta agradable la fumada, principalmente por temas de construcción. Recuerdo haber fumado uno una semana después que llegaran y esa experiencia vs. las dos últimas han sido considerablemente distintas, aunque pienso que es un cigarro que con gusto volvería a comprar.
