Hay gente que incluso sin conocerlos, apenas los veo me caen mal. Entiendo que uno debe ser maduro y no juzgar a un libro por la portada, pero hay cosas de la apariencia de tipos como Guy Fieri que simplemente no me gustan. Fue por eso por lo que hace un par de años, cuando vi que Fieri estaba sacando un cigarro, pensé que sería una tontería. No obstante, Fieri es una figura pública y hace trabajos benéficos de gran renombre, pero nuevamente, es su apariencia la que me cae mal. Pero hace como un año vi una buena oferta de uno de los cigarros que hizo, el Knuckle Sandwich Maduro y decidí probarlo. Mi sorpresa fue cuánto me gustó. Le di 94 puntos y estuvo entre mis mejores experiencias del año pasado. Pero en las listas de mejores cigarros de distintas revistas, el Knuckle Sandwich Habano apareció siempre entre los mejores. Los amigos de Vitola Cigar Shop en Maracay (Venezuela) lo vendieron y de inmediato los contacté y adquirí algunos.

Luego de permanecer unos 4 o 5 meses en mi humidor, finalmente le di fuego al primero. El cigarro tiene una capa Habano ecuatoriana y, al igual que su versión de capa madura, es fabricado por AJ Fernandez en su fábrica San Lotano de Nicaragua. Visualmente es un tanto más oscuro que la mayoría de las capas Habano que he visto recientemente y aunque se nota bastante mate, sí siento una propiedad oleosa en las manos. Sus aromas son de madera mojada y pimienta, que se repiten en mayor escala en la tripa, sobre todo la pimienta. También hay notas suaves de fruta deshidratada y manzana verde, pero no llamaría al cigarro algo afrutado. La calada en frío se siente considerablemente suelta, pero esto es algo que sucede con muchos de los productos de Espinosa, aunque este no es fabricado directamente en La Zona. Los aromas son similares a los de la tripa, pero algo más secos, con una mayor influencia de la madera y mucha menos pimienta, aunque las notas dulces de frutas están más o menos al mismo nivel.

El Knuckle Sandwich Habano me levanta infinidad de sospechas desde las primeras caladas, pues en papel pinta como un cigarro de fortaleza considerable y que, como muy básico, tendrá un inicio cargado de pimienta. Pero no es sino hasta la cuarta o quinta calada que los favores comienzan a aparecer y esta vez sí son de pimienta pero también con humo abundante y cremoso, que al cabo de unas caladas adicionales incluye madera también. La pimienta en el retrogusto ciertamente está ahí, pero es más fuerte en el paladar. No hay mucho más en términos de sabores en este primer tercio, pero al menos la ceniza se sostiene bien y el humo es abundante, aunque el anillo de combustión no sea tan consistente. La fortaleza es media-baja, con una intensidad media.

La pimienta se mantiene relativamente suave en el segundo tercio, por lo que pruebo el retrogusto de manera regular y siendo un tabaco con todos los nombres y origen que tiene, eso sonaría atrevido en casi cualquier caso. Madera seca y crema son los sabores que predominan en este segundo tercio, pero también hay sabores secundarios de buena intensidad, que incluyen frutos deshidratados y tierra mojada. Sin embargo, estos no terminan de dar el paso hacia una mayor intensidad, incluso cuando se siente que vendría siendo un buen momento para una transición en el punto medio. La fortaleza es media, con una intensidad media-alta, y aunque la construcción ha sido soberbia hasta el momento, la ceniza es algo escamosa y el cigarro se siente un poco esponjoso, lo cual espero no continúe.

Los sabores de madera toman un matiz de madera quemada en el último tramo del Knuckle Sandwich Habano, mientras que la pimienta se siente más, aunque no más fuerte. Esto me lleva a probar más veces el retrogusto, buscando esa intensidad que no pareciera presentarse del todo. Esa tendencia esponjosa efectivamente sigue siendo parte de la fumada y cuando todavía quedaba un rato de fumada, se hacía imposible aguantarlo y darle caladas consistentes, por lo que al cabo de una hora y 25 minutos, tuve que dejar el cigarro de lado. Precisamente, aunque no se hacía más intenso en sabores, sí se sentía que la forma del cigarro iba cambiando y por tanto, las caladas no llevaban el humo correctamente y habían secciones donde no probaba lo bien que podría ir. Aparte de ese tema, la construcción se mantuvo decente.
En general los Knuckle Sandwich me gustan y las anillas me parecen admirables, quizá porque no tengo que verle la cara a Guy Fieri ni leer su nombre. No obstante, si no investigara sobre el cigarro, Fieri no pasaría por mi mente y para alguien que está entrando a la industria como él, creo que debería protagonizar más en alguno de esos aspectos. Pero los cigarros patrocinados por celebridades suelen ser mucho ruido y poco contenido, aunque este Knuckle Sandwich en su versión maduro me gustó, pero este de capa Habano no me parece que esté a la altura, pero también pienso que un poco más de guarda en los que tengo en el humidor pueden hacerme cambiar de opinión.
