Llegando al modelo No. 12 de Alec Bradley que he fumado en mi haber, creo que puedo decir con fundamento que es una marca que me gusta; rara vez me ha quedado uno mal y viendo por encima los puntajes que les he concedido, creo que está entre las marcas más consistentes que he probado. Este The Lineage responde más a la tradición de la familia de torcedores que hacen la marca, y cómo los nuevos torcedores siguen los pasos de sus padres para mantener el nivel de calidad de la marca. Por eso, el cigarro no es solo un Alec Bradley, sino que incluye un sufijo de ‘Family Blend’.
El cigarro es bastante oleoso y tiene una multitud de venas minúsculas, el rabo de cochino en la perilla es perfecto y bastante diferente a la mayoría de los otros productos de la marca. En la capa tiene pocos aromas, pero con 15 meses de humidor no esperaba que estuviera bombeando aromas tampoco. Una vez lo pico sí se sienten aromas fuertes de cacao y madera, y quizá un toque de nuez moscada. Pero ya es hora de darle fuego, pues casi un año y medio de guarda lo amerita.
El cigarro se siente muy cargado de tabaco, tanto que hasta tiene ciertos problemas de tiro, pero suelta humo en cantidades casi industriales, por lo que lo masajeo un poco a fin de soltarle cualquier nudo que pueda estar evitando el buen tiro. Las primeras caladas son buenas de sabor, con toques dulces y de pimienta. La intensidad es media desde el inicio y es alrededor del punto de la imagen que los sabores comienzan a florecer, incluyendo pimienta, tierra, dulce, cítrico, madera y cuero.
El segundo tercio comienza y es aquí cuando los sabores empiezan a estallar, con sabores cárnicos y cremosos… una combinación que no me llamaría mucho la atención fuera de un cigarro, pero aquí se sienten deliciosos, pero además le acompañan sabores cítricos, de madera y de cuero. El cacao del principio simplemente desapareció y durante el segundo tercio también se sienten sabores de caramelo.
Más hacia la mitad del cigarro y se sienten los sabores mucho más complejos, con distintos matices de dulce y una amalgama del dulce con el sabor cítrico y afrutado de principios del segundo tercio, que le dan una nueva dimensión. También aparece un sabor de café a partir de la mitad que no estaba ahí antes, mientras su intensidad sigue en media, aunque no me sorprendería que dé un salto a más fuerte alrededor del último tercio. Quizá una cosa que me gusta de Alec Bradley, que he notado en la mayoría de sus productos, es que aunque tienen ligas buenas y que llegan a ser muy complejas, sus precios se mantienen casi siempre por debajo de los $10. Los sabores hasta este punto son: dulce, afrutado, caramelo, café, el cacao volvió a aparecer, madera y cuero.
Hacia el último tercio el cigarro realmente no aumenta su intensidad, pero sí muestra una nueva dimensión de sabores, lo cual no esperaba. Sumamente cremoso y dulce, con una línea de quemado que se ha mantenido perfecta y sin necesidad de retoques durante toda la fumada, mientras que el tiro, habiendo superado ese traspié del principio, ha estado a la par del resto del cigarro. También se siente un fuerte componente de nueces en este punto, que con la cremosidad del cigarro le da un matiz de mazapán que es espectacular. Quizá en los últimos centímetros aumenta su itensidad, pero no por mucho, y lo mejor es que no le añade nicotina. Este The Lineage es un Alec Bradley tan bueno como los mejores de la marca, así que no debería estar fuerta de una buena compra, aunque sea por probarlo.

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