La verdad es que me han hablado tanto de Davidoff y de las maravillas de la marca, que en muchos casos me cuesta bajar las expectativas a la hora de fumar un cigarro. Lo que no me han dicho en muchos casos es que la marca tiende a hacer cigarros más suaves y que es solo en los últimos años que se han atrevido con más opciones más fuertes, que siempre han habido, pero ahora están haciendo mayor revuelo.
El Aniversario No. 2 que tengo llegó como «bono» adicional en una compra que hice de Small Batch Cigars, que realmente no recuerdo con exactitud qué incluía, pero SBC siempre tiene ofertas así de que si gastas X cantidad te incluyen un cigarro. Lo tengo en el humidor desde diciembre. Fue lanzado originalmente en 1986 para celebrar los 80 años de vida de Zino Davidoff, fabricado en la República Dominicana con capa Connecticut ecuatoriana.
El cigarro es gigante, siendo un Churchill, un poco más grande de lo que estoy acostumbrado y de lo que me agrada. Tiene aromas abundantes de madera en la capa, pero no de mucho más. En la tripa se aprecia la misma madera de la capa, probablemente haya permeado hacia allá y un toque suave de tierra mojada. Lo pico finalmente y la calada en frío me da aromas de madera, ahumado, nueces y un toque suave de pimienta.
El cigarro comienza con los sabores suaves que esperaría de un cigarro de estas dimensiones y con esta capa, en este caso con sabores a chocolate, nueces y cuero, suaves pero dominantes. Como para demostrar una vez más que no estoy acostumbrado a estas dimensiones, me tropiezo el cigarro con el vaso de agua mientras lo paso de una mano a otra y se me cae… y cae con el pie primero. Luego de hacerle unas revisiones y retoques, finalmente lo recupero bien y solamente noto un pequeño problema en el pie, que espero quemar pronto.
Afortunadamente la quemada como tal se encarga del resto y los sabores no se ven afectados y en el segundo tercio se hacen todos bastante cremosos, aunque bastante sencillos de por sí, contando con el mismo chocolate, nueces y cuero, pero también se siente en el fondo una serie de sabores que vienen acrecentándose y que pareciera que van a dar indicios más fuertes de lo que son pronto, pero por lo pronto se siente simplemente esa crema con toques suaves de vainilla, pimienta y café.
Más hacia la mitad del cigarro estos sabores de fondo sin duda ya están casi en la puerta y, si bien los sabores como tal no son muy diferentes, los matices de esos sabores sí me llaman la atención. Por lo tanto, aunque siento un sabor suave a vainilla, en verdad se siente como se funde con la crema y parece más como un helado de vainilla. También se siente cáscara de limón y nueces, estas últimas son quizá el sabor más predominante del retrogusto, pero a partir de la mitad se siente un acompañamiento de pimienta también.
Superada la mitad y acercándome al último tercio, creo que esta es la ceniza más larga que logré en el cigarro, que no sé si es un efecto de haberlo dejado caer o que simplemente siendo un Churchill no mantiene grandes cenizas. Lo que sí es cierto es que es una fumada de larga duración, contando 75 minutos para llegar a este punto y con una quemada que parece que se va a hacer más lenta. Aparecen sabores de cereza en este punto, pero en el sentido de una transición marcada no se ha sentido mucho, sino más como sabor sobre sabor sobre sabor, en una cadena en donde los sabores simplemente aparecen y desaparecen. No sabría si decir que se trata de muchas transiciones o simples cambios.
Hacia el último tercio se sienten toques perfumados, nueces y pan tostado, pero la verdad es que se siente mucho más intenso de como comenzó, al punto que podría decir que se trata de una intensidad media, con toques de pimienta que le dan una fuerza intermitente, pero que también te llevan a fumar más lento, cosa que no cuesta nada pues ya llevo más de dos horas con este Aniversario No. 2.
En verdad cuando me disponía a encender el cigarro no sabía muy bien qué esperar de él, aunque en el primer tercio creía que sabía exactamente lo que iba a pasar durante la fumada, cosa que no sucedió y realmente no esperaba esa tendencia a hacerse más fuerte, precisamente porque la impresión del cigarro era que sería una fumada suave. Pero más en detalle sobre eso, en mi mente Davidoff es una marca que apela al fumador de habanos que lo hace con motivo de una actividad de lujo y opulencia, por lo que en el cigarro esperaba una apariencia principalmente y un sabor muy secundario. Pero es más que eso, aunque no mucho más, pero muy particularmente por las dimensiones… el hecho que no tenga muchas transiciones sino que sea como un grupo de sabores en cada tercio hace que el cigarro se sienta que no tiene fin, y cuando este llega es como un finalmente. Sin duda, un tamaño al que no me acostumbro.