Siempre digo que no voy a reseñar los cigarros propios de Cigar Federation, particularmente porque son ediciones muy limitadas y para el momento en que los fumo no suelen estar disponibles. También porque no son el tipo de cigarro que puedes ir a una tienda a comprar, sino que están disponibles solo a través de ellos. Pero luego pruebo el cigarro y me doy cuenta que sería un pecado no compartirlo, porque la mayoría son deliciosos. El Blonde Bombshell no es una excepción.
El Blonde Bombshell recibe su nombre por la misma suerte extraña que los cigarros de CFT son llamados, que no responde a nada más allá de ser lo que a la gente de la marca le pareció que sonaría divertido. Esto es lo que les ha llevado a llamar cigarros Project 7, McLovin, Minx, Whipped Cream, Leche de Mamá, entre otros. Este Blonde Bombshell es un puro nicaragüense con una producción limitada a 525 unidades y tiene capa Corojo 99 con 6 años de envejecimiento, sobre hojas de varias regiones de Nicaragua. Esos seis años de añejamiento le han desarrollado aromas de suero de leche, chocolate y un toque de vainilla, mientras que en la tripa se aprecia suave de pimienta y frutos secos. Pero me sorprende que en la calada en frío apenas si se aprecia café suave y un toque de nueces.
Afortunadamente cualquier duda de la calada en frío es aclarada en las primeras caladas del cigarro, donde desprende sabores ricos y pegajosos a chocolate oscuro y café recién colado, sabores que por momentos se sienten hasta malteados, mientras que la quemada es perfecta y el tiro un poco hacia lo apretado, pero nada preocupante ni que me haga pensar que no voy a tener suerte.
Efectivamente, el primer tercio es rico y pegajoso en temas de texturas y sensaciones, pero en sabor se mantiene el chocolate, aunque el café baja un poco su intensidad. Pero también van apareciendo sabores de diversas intensidades y permanencias, que incluyen vainilla, merey y pimienta, esta última no es tan central en el retrogusto como pensaría en un cigarro nicaragüense, sino que se mantiene como dándole intensidad al cigarro solamente y combinando con avellanas que también se sienten en el retrogusto.
En el segundo tercio el cigarro mantiene su base de chocolate muy bien fundamentada y pareciera que va a ser el sabor dominante de la fumada, pero siguen apareciendo toques aquí y allá, en este caso con más merey y menos vainilla, y retrogusto cambiante también, que incluye toques de canela y maple. Como dije, el cigarro no es algo que puedas conseguir en cualquier lugar, pero esta variedad de sabores funciona como un gran aprendizaje y sería pecaminoso no compartirlo. Quizá te llama la atención, visitas la página y los ves y… y bueno, a mí no me dan nada si los compras, así que puedes hacer lo que quieras.
Superada la mitad del cigarro y los sabores, aunque mucho menos variados, siguen su ciclo de aparecer y desaparecer, con una nota de chocolate por encima siempre y una de pimienta por debajo, dándole un poco de impulso a cada sabor. El maple y la canela siguen siendo sabores de fondo, pero le dan una dimensión interesante al cigarro y hacen que esos pocos sabores centrales de café y vainilla se destaquen momentáneamente cuando aparecen.
De repente me doy cuenta que se acabó el cigarro y que la experiencia duró un poco más de hora y media. Hacia la mitad del último tercio apareció un toque de nicotina, pero este no afectó la fumada en gran parte, principalmente porque ya varios de los sabores se estaban diluyendo y la fumada ya se sentía que llegaba a su fin, pero la construcción, quemada y tiro nunca desistieron y se mantuvieron a la altura durante la fumada entera.
Realmente el Blonde Bombshell se convirtió en un cigarro que me impresionó, principalmente porque cuando voy a fumar un cigarro sin anilla estoy abierto a que sea cualquier cosa, más allá de lo que Cigar Federation me ha acostumbrado, pero no me cabe duda de que estas producciones tan limitadas valen absolutamente la pena, y que sus producciones tan bajas me hacen agradecer ser parte de su Cigar of the Month.