En la larga lista de nombres inapropriados para un cigarro, especialmente si pensamos en Venezuela en done casi todo puede ser malintepretado, siempre estarán cigarros como El Chiquito, el Huevo de Oro e incluso el Leche de Mamá; aunque este último ahora es superado por la versión de hoja madurada. Pero no pensando como un venezolano mal intencionado sino como alguien que aprecia un buen tabaco, siempre me pareció que el Leche de Mamá era un cigarro difícil de mejorar en su rango de precio y su estilo, siendo uno de esos cigarros de producción ultra limitada y con poca publicidad y cobertura, partiendo de una de las ligas casi privadas y exclusivas de Cigar Federation.
Al igual que con su versión natural, el Leche de Mamá Maduro tiene una producción muy limitada, a 400 unidades en este caso. Aunque esos números tan bajos son suficientes para no merecer una reseña, el hecho es que Cigar Federation regularmente saca de nuevo las ligas cuando consigue suficiente material. Así que aunque la producción de esta edición en particular puede haberse terminado, es muy posible que vuelvan a crearlos. Por supuesto, Cigar Federation promete que esta versión es mejor que la natural, y eso es lo que quiero ver. Por lo pronto, en la capa se sienten aromas a cuero y café, no muy fuertes pero con una cierta permanencia. En la tripa no se aprecia mucho gracias a que está cerrada por la capa, pero sí hay un toque obvio de pimienta. Finalmente la calada en frío presenta café y vainilla, con un adicional de pimienta.
Aunque se trata de un cigarro 5×50, que es un típico robusto, aunque la marca lo llama Short Toro, el cigarro se siente pesado e imponente, y no solo por su color. El anillo de combustión comienza torcido y con miras a no corregirse desde el principio. Tiene sabores a cuero húmedo, granos de café y pimienta, mientras que el retrogusto es pura pimienta con vainilla, muy aromático y llamativo, con un humo denso y abundante.
El anillo de combustión parece corregirse un poco hacia el final del primer tercio, aunque nunca estuvo completamente recto y perfecto, sino que se comportó como en un cigarro tan artesanal y limitado como lo es. A lo largo de este primer tercio el cuero se siente como más seco, mientras que el sabor de granos de café pasó más a ser un sabor en el retrogusto que otra cosa. En el paladar ese café fue sustituido por sabores de nueces de macadamia y canela, mientras que en el retrogusto la pimienta parece haber estado más dispuesta a compartir su liderato con la vainilla, pero esta se trajo un poco de caramelo para que le ayudara. El tiro y la cantidad de humo se mantienen muy bien, así que por lo pronto el único problema del cigarro es su nombre.
Pero entrando en el segundo tercio, el Leche de Mamá Maduro cambia considerablemente, pues el sabor de café del tercio anterior parece desaparecer y es sustituido por chocolate, mientras que el sabor de caramelo sigue en su posición secundaria pero esta vez amenazando aumentar mucho más. El anillo de combustión se mantiene ligeramente más recto pero, como mencioné, nunca fue algo ejemplar. Para ser un cigarro tan pequeño, de verdad que lleva distintas variaciones e intensidades interesantes de sabor.
Para la mitad, el Leche de Mamá Maduro pareciera equilibrar la mayoría de estas variaciones de sabores con algo de madera, que le da una cierta neutralidad a los sabores y permite apreciar una diferencia entre ellos. Por lo mismo este sabor a madera carece de matices de leña o distintos tipos de madera, sino que simplemente le da una cierta neutralidad y más nada.
En el último tercio el Leche de Mamá Maduro pone unas notas de toffee que son las que reemplazan otros sabores que pueden o no ser parte del toffee, como caramelo, toques dulces y el chocolate, pero también se simplifica bastante y apenas si aporta este sabor con algo de pimienta, que es más fuerte que en el tercio anterior pero también reduce un poco su intensidad en el retrogusto para mostrarse más potente en el paladar. Al cabo de unos 70 minutos, el Leche de Mamá Maduro llega a su fin, con una intensidad que siempre estuvo fija en media, aunque los sabores llegaron a estar en medio-alto.
Un aspecto interesante de estas ediciones de Cigar Federation que me preguntaba un amigo cuando se lo recomendaba era porqué no hacen algo más ‘serio’. Es decir, algo con una mejor anilla, mayor producción, anillas más profesionales, etc. Creo que la respuesta a eso es para precisamente no darle seriedad a estas producciones; Cigar Federation es parte del consorcio dueño de Ezra Zion, quienes también realizan producciones limitadas y únicas de ciertas ligas, y eso les ha permitido convertirse en un centro del tabaco boutique, a un punto que es increíblemente selecto, pero muy gratificante. No creo que quieran ser más comerciales, pues siendo lo que son cubren su nicho perfectamente. El Leche de Mamá Maduro es sin duda un buen cigarro, pero no puedo decir si es mejor o peor que el natural, pues simplemente se siente muy diferente. Más dulce y menos cremoso.