En los últimos meses he hecho nuevos amigos de tabaco, algo que me encanta de ser fumador, pues realmente cuando tienes más de 40 años es más difícil hacer amigos, pero gracias al tabaco he conocido a varias personas que me han caído de lo mejor en su mayoría y hemos cuadrado reuniones y conversas. Uno de estos nuevos amigos me obsequió este cigarro proveniente de Uruguay, que no estoy del todo claro si lo compró allá o si se los trajeron, pero tenía una caja y este era quizá el penúltimo de ella, que decidió darme. De entrada me dijo que era un poco suave y por el color de la capa me cuesta contrariarlo, pero le dije que con gusto lo probaría, aunque confieso que no era algo que me llamara demasiado la atención, pues realmente nunca había oído de los puros de Uruguay, aunque siempre he sabido que los hacen.

Comencemos por la marca: Don Juan Capurro. La fábrica/marca tiene página en internet, aunque la última actualización fue en enero de 2007, y teniendo en cuenta que hay varias secciones que no funcionan porque eran en Flash, pues me llamaría la atención si siguen haciendo los cigarros, que por cierto queda en una zona llamada Santa Lucía, que queda a unos 65 kilómetros al norte de Montevideo. Afortunadamente aparece la descripción de los tamaños del cigarro pero no aparece la composición de las hojas, pero voy a asumir que son todas de Uruguay, o quizá la capa es ecuatoriana, gracias a la cercanía. Todo serían conjeturas, porque ni siquiera las noticias de la página abren. Pero el cigarro se ve muy bien construido, con una capa bastante lisa que desprende aromas a madera, cuero y una nota frutal que me recuerda al helado de tutti frutti, o a ese sabor que existía en los años 80. En la tripa se aprecia simplemente madera y luego de picarlo puedo apreciar madera vieja y una nota salada.

¿Pero qué es esto? Honestamente, esperaba un cigarro excesivamente suave y falto de matices, tipo los Hoyo de Casa mexicanos, que incluso en lancero les cuesta desprender sabores. Pero el Don Juan Capurro comienza con una intensidad media, notas picantes destacadas con fuerte infusión de madera en ellas, es decir que le dan potencia a la madera, pero no es necesariamente un cigarro picante. También se sienten notas más secundarias a azúcar morena, arcilla y una sensación cremosa increíble en el humo. El retrogusto es principalmente de pimienta suave, pero también se sienten notas de madera aquí. En temas técnicos, pues esa ceniza lo dice todo, un anillo de combustión perfecto y el humo es abundante y denso.

Al segundo tercio sigue manteniendo las características técnicas en muy buena forma, con una ceniza que se sigue manteniendo (yo la dejé caer por costumbre), con un color bastante blanco en ella y muy pocos indicios de que el cigarro se trate de una capa Connecticut. Más bien podría pensar que es un Habano claro o algo por el estilo. En sabores la madera sigue siendo el principal, pero le acompañan cuero y notas minerales que se aproximan hacia la arcilla pero también incluyen grafito y matices de tierra. La pimienta se ha fortalecido tanto en el paladar como en el retrogusto, siendo un segundo lugar bastante cercano al primero, pero sin duda que dejando claro que el tabaco uruguayo no debe ser ignorado.

Al último tercio los sabores son parecidos a los del tercio anterior, en el sentido que la madera y el cuero se mantienen precisamente en ese orden, aunque la pimienta sí se ha reducido un poco, quizá al nivel del cuero. Lo más resaltante es que aparecen notas florales en segundo plano, sutiles pero que le dan un toque perfumado a cada una de las últimas caladas del cigarro. A mediados del último tercio también hay notas de vainilla, que también colaboran a que no quiera que el cigarro se termine. El anillo de combustión varía un poco en este tercio, pero un ligero retoque lo controla y un trocito de capa que se había roto por encima de la anilla amenaza con llevarse el resto de la hoja consigo, así que le doy un corte con tijera para evitar mayores daños. Al cabo de una hora y 40 minutos, el Don Juan Capurro llega a su fin.
¡Bravo Uruguay! Este cigarro me sorprendió bastante, primero porque es mucho más fuerte de lo que esperaba, pero también porque fue mucho mejor. La variedad de matices de madera es interesante, pero las notas minerales también dejan bastante qué hablar, sobre todo por su riqueza en distintos toques de tierras, destacando la mojada, seca y arcilla, pero también notas ligeras a grafito. Además, tiene pocos detalles de construcción, aunque sí me gustaría saber tanto qué hojas hay en él como algo de la fábrica, historia y demás. Pero definitivamente este hobby tiene múltiples muestras de lo que puede hacer la gente en tantos lugares con tantos recursos. Sin duda un cigarro que me encantaría probar de nuevo y un maravilloso regalo.
