La marca Foundry ha ido y venido de múltiples dueños prácticamente desde su creación en 2012, pero en 2016 Michael Giannini, su creador original, tenía un nuevo proyecto con la marca llamado Time Flies, que terminó siendo el último proyecto juntos, pues Giannini salió de General Cigars un par de meses después. La liga de este cigarro fue hecha por nadie más que AJ Fernandez y también es fabricado por él, marcando otro proyecto más donde Abdel tiene la mano metida y donde apenas mencionarlo en un cigarro prácticamente desconocido me hizo inclinarme por él. También pasó que por temas de precio un amigo compró una caja y le pedí uno, pues fui yo quien se la trajo.

La anilla del Time Flies tiene imágenes algo extrañas sobre ella, destacando lo que parecería ser una calavera pero en detalle son dos círculos, que bien podrían ser los ojos, y bajo ellos un corazón con una flecha pasándole, al más puro estilo del símbolo del amor. Sobre estos hay lo que parece ser un engranaje, así que no me queda claro exactamente qué es. Pero la capa del Time Flies es llamativamente lisa y oleosa pero no lo que llamaría delicada y con fuertes aromas a establo, tierra y cuero, con unas notas más suaves de frutos secos. Pero en la calada en frío es completamente distinto, destacando madera mojada, pimienta, chocolate y notas suaves de maní.

Comenzando el primer tercio me recibe una fuerte nota de pimienta que supera cualquier otro sabor que pueda existir en este momento. Me toma completamente por sorpresa porque no había nada en la calada en frío que me hiciera espera esto, incluso esperaba algo más delicado y complejo. Pero afortunadamente esa intensidad picante desaparece al cabo de unos minutos, dejando en su estela notas dulces de canela, almendras, madera y cuero. El anillo de combustión es prácticamente recto, con un humo denso y abundante, aunque la ceniza no es dada a mantenerse mucho tiempo y poco después de hacer la foto, se cayó.

Entrando al segundo tercio del Time Flies, los sabores especiados son bastante ricos, destacando la canela sobre ellos, pero también mostrando notas fuertes de almendras, madera y algo de cuero viejo en el fondo, que lo hace muy interesante. La quemada sigue siendo bastante buena y su propensión de dejar caer la ceniza antes de tiempo también, por lo que he hecho un par de desastres que luego tengo que soplar. Los sabores de fondo tienden a confundirse un poco en este tercio, como si se diluyeran y dejaran de sentirse por momentos, pero los sabores de canela y madera son los principales.

En el último tercio se sienten notas más suaves, pero el cigarro quema tan bien que no quiero dejarlo y el humo es abundante y rico. Las especias siguen siendo parte de los sabores principales, pero dejan muy poco para los sabores secundarios, por lo que el cigarro se simplifica bastante. Sin embargo, como dije, lo disfruto y siento notas significativamente picantes que aparecen y desaparecen al tiempo que las notas más dulces parecen perder su valor. Al cabo de una hora y 40 minutos, el Time Flies llega a su fin.
Pocas veces he fumado un cigarro que se sienta tan diferente entre la calada en frío y el primer tercio, pero el Time Flies, como buen producto de AJF, no dejó de sorprenderme, con una buena cantidad de pimienta y sabores llamativos que hicieron de los dos primeros tercios una experiencia sublime, incluso aunque el último tercio se haya sentido algo plano. La falta de solidez de la ceniza me llamó la atención, pero en realidad no tengo ni idea de porqué esto puede haber sucedido. Por lo demás, es un cigarro que con gusto volvería a fumar, e incluso a comprar algunos para consumo repetido.
