HVC – Black Friday 2020

Entre todos los eventos, descubrimientos, natalicios y decesos que se celebran año a año, de verdad me llama la atención que exista un cigarro que haga honor a Black Friday, especialmente cuando no se trata precisamente del famoso Viernes Negro, particularmente de la historia económica venezolana, sino del último viernes de noviembre, o el que viene después de Thanksgiving, cuando los precios de muchas tiendas son reducidos y la gente se vuelve loca para entrar y comprar. Posiblemente sea una de las imágenes más crudas y tristes del capitalismo, pero el Black Friday 2020 quizá carecía de la histeria en la que después de la cena de Acción de Gracias las familias pasaban horas revisando los descuentos que aprovecharían al día siguiente. Pero el hecho es que Black Friday es una festividad y por ello HVC decidió hacerle un cigarro que produce anualmente desde 2015, y para 2020 incluso hizo dos versiones: el cigarro principal, que es el protagonista de esta cata, es un corona gorda 5,625 x 46 y una versión llamada Firecracker que es un 3,5 x 50.

Aunque este cigarro tiene una capa Habano ecuatoriana, creo que es de las más oscuras que he visto en mucho tiempo, lo que me hace pensar en una cierta madurez en la capa, pero no especifica nada de eso, así que no voy a inventar nada. Tiene varias protuberancias y algunas venas pequeñas a lo largo, pero con aromas a establo, chocolate negro y toques de cereales, mientras que en el pie se sienten notas más dulces, que incluyen galletas, canela, pimienta y notas de bosta. Finalmente lo pico con la doble hojilla, luego de pasar una media hora buscando el cortador punch y llegar a la conclusión que lo perdí. La calada en frío da notas más frutales pero menos dulces, e incluye té y durazno.

Una vez encendido, el Black Friday 2020 tiene sabores interesantes desde la primera calada, que incluyen nueces, manzana, semillas de amapola y ese aftertaste alicorado que dejan los alcoholes blancos. El cigarro enciende perfectamente y tiene un anillo de combustión casi perfecto, aunque confieso que esa perfección la logré con un par de retoques, que son esperados puesto que estoy al aire libre y corre una ligera brisa. Al cabo de las primeras caladas el cigarro muestra pronunciadas notas de pimienta, tierra, crema láctea y pistacho, con notas más suaves de cuero y un retrogusto de pimienta únicamente, aunque hay un aftertaste de durazno. El retrogusto es intenso, por lo que no me atrevo a hacerlo muy seguido, pero a lo largo del primer tercio lo hago un par de veces más y siento notas de tierra en él también. Hacia el final del tercio aparecen notas saladas en la lengua y la intensidad del cigarro ciertamente se coloca en alta desde el primer tercio, aunque no es una intensidad continua y varía a veces en media-alta.

En el segundo tercio se mantienen los sabores de pistacho, pero también hay un fuerte sabor a madera que aparece, le acompañan notas de pimienta y esa sensación alcohólica de haber tomado un destilado fuerte en boca. Entre los sabores secundarios hay pimienta, caramelo y paja, mientras que el retrogusto se mantiene fuerte y el sabor predominante ahí es pistacho con pimienta, aunque a veces aparecen notas cremosas también. La quemada es un tanto irregular, presentando una que otra sección de la capa que se niega a quemar al mismo ritmo que el resto del cigarro, por lo que hay que retocarlo. La intensidad ahora se coloca en media-alta de manera más consistente, mientras que los sabores son intensos en todo su esplendor. Los sabores secundarios siguen siendo variados, destacando nueces, manzana, cuero, crema láctea, tierra y durazno, más o menos en ese orden.

El último tercio es igualmente complejo, negándose a llegar a este punto con dos sabores apenas, sino combinando notas de nueces, pistacho, cuero y crema, que podría sonar un poco más sencillo que los tercios previos, pero los sabores son más cremosos y afrutados, por lo que se puede decir que tiene más matices, pero también se aprecian estas notas porque tiene mucha menos pimienta, incluso en el retrogusto, lo que me permite también apreciar la extensión de los sabores. El sabor de nueces es más dulces y en el retrogusto se sienten notas más herbáceas y de pretzel. La intensidad del cigarro sigue en media-alta, mientras que los sabores son intensos. El último tercio es eterno y me toma una hora y 50 minutos en total fumar el cigarro, que para una corona gorda es un tiempo muy respetable.

Viendo un poco el historial de productos Black Friday de HVC, esta es la presentación que menos va con el sentido del Black Friday: es la más cara. En 2015 el cigarro costaba $5,40 y en 2017 llegó a costar $4,60, pero el de 2020 cuesta $7,50 pero en ninguno de los casos lo llamaría un cigarro caro. Por ese precio tienes un cigarro de buenos sabores e intensidad muy respetable, con uno que otro problema de quemado que se resuelve fácilmente, y con unos temas de tiro que no parecen tan fáciles de resolver pero no son graves, aunque sí crónicos. El retrogusto es un poco incómodo durante momentos, particularmente porque es demasiado fuerte vs. la intensidad del cigarro, pero para muchos fumadores esto no sería un problema si no hacen retrogusto regularmente o los que simplemente no lo hacen.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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