Definitivamente la vida es un círculo. Cuando estaba en la universidad me dijeron una frase bien importante que he tratado de aplicar en mi vida: cuidado con los pies que pises en tu presente, pues pueden estar conectados a las nalgas que debas besar en el futuro. No aplica exactamente aquí, pero me explico para que vean cómo todo está conectado: En mi reseña previa del ron Veroes, dije algunas cosas que podrían no ser bien tomadas por todos. Para ahorrarte el viaje al otro post, mencioné que era el ron obligado en varias fiestas, y como en ese momento yo era un inconsciente que seguramente le ponía coca cola al ron sin medida, al día siguiente siempre culpaba al ron y que por eso le había cogido idea.
Por las casualidades de la vida, el dueño del ron llegó a la publicación y tuvimos una pequeña discusión por fuera del post. Yo, con el ego por las nubes, por un lado estaba orgulloso que el dueño de la marca me escribiera y por el otro, en absoluta confianza de que estaba diciendo la verdad. Insisto, en el moment no sabía que existían dos versiones del ron y yo estaba probando el de 2 años sin saber que en las imágenes aparecía el de 6 años. Nuevamente, mi ego haciéndome creer que tenía la razón. Pero en verdad pensé que ahí había acabado el tema.
Aproximadamente tres semanas después de este incidente era mi graduación del diplomado de ron. La persona encargada de entregarte el diploma es el presidente de la DOC Ron de Venezuela, cargo que cambia cada dos años y se va alternando entre el representante de cada marca. Toda esta introducción apunta a lo obvio: el encargado de darme el diploma era el dueño de Veroes.
Luego de reírnos un rato fuimos lo suficientemente adultos para conversar y quedar en reunirnos alguna vez. Algo que realmente nunca sucedió hasta hace cosa de un mes, que me llamó y me dijo que estaba haciendo una línea de cigarros y que le gustaría que los probara (próxima reseña), y que pasaría a dejarlos por mi casa. Una vez llegó a casa tomé la decisión adulta y lo invité a pasar, para probar juntos el cigarro y el ron.
Cuatro horas después seguíamos conversando, ambos muy complacidos de habernos atrevido a ser adultos y conversar y limar asperezas. Descubrimos que tenemos varios conocidos en común y quedamos para repetir la ocasión a la brevedad posible, que dentro de esta pandemia es bastante incierto cuando eso pueda ser, pero sin duda que la ocasión fue tremenda. Afortunadamente, me dejó algo de la botella (lo que dejamos) y aprovecho para hacer la reseña del ron Veroes que tiene hasta 6 años de añejamiento.
Ron Veroes es una empresa pequeña y familiar, con apenas dos productos en el mercado y, posiblemente, un tercero en el horizonte. Quizá el mayor tema con ellos es que ambos productos son de botella transparente, lo cual hace que sea confuso a la hora de comprarlos pero que, tengo entendido, será solucionado pronto. Su producción es modesta y tiene dos centros de añejamiento: uno en San Felipe y otro en Carupano. Para quienes están fuera de Venezuela, esto se traduce a que uno es en una costa y el otro es entre montañas y alejado del mar, por lo que el blend incluye destilados de ambas localidades y la mezcla hace que se destaquen distintas notas interesantes.
El ron Veroes ha sido reconocido por la DOC Ron de Venezuela y es embotellado a 40% de alcohol.

El ron Veroes en copa se trata de un líquido amarillo con toques más claros pero destellos cobrizos. Ciertamente se ve claro y creo que la botella no es de gran ayuda para ubicarse en el renglón de rones en el que quiere estar. La densidad es media alta, deteniéndose con relativa rapidez en la copa luego de unos giros, pero manteniendo algo de movimiento interno (olas, por ejemplo). Las lágrimas se toman un buen rato en comenzar a formarse, tiempo que alcanza unos 10 a 12 segundos y posteriormente se notan bastante aglutinadas, descendiendo lentamente por la copa. No tan lentas como rones más antiguos, pero no es algo que puedes ver cada gota bajar, sino que es más como una hilera en donde todas bajan sin apuro.
Recién servido se aprecian aromas a azúcar morena, madera, cuero, pasas, cáscara de naranja y esa nota ahumada que he relacionado con los rones envejecidos en la costa. Al cabo de unos minutos alejado de la copa, me acerco a ella nuevamente y la volatilidad del alcohol ha desaparecido y puedo apreciar con más fuerza las notas de madera, cáscara de limón amarillo y cuero joven. La intensidad alcohólica en nariz no es muy fuerte, pero sin duda tiene presencia.
En boca se siente una intensidad media alta, con una largura que alcanza la parte baja de la garganta, y una permanencia larga. Se sienten inicialmente sabores de pulpa de naranja, pasas y la sensación en boca cuando tomas un jugo de naranja en el que parte de la cáscara ha sido triturada también… entiendo que es algo bastante específico, pero hay ocasiones cuando tomas jugo de naranja en que parte de la cáscara parece estar en el líquido también, y es esa sensación.
También se sienten sabores de azúcar morena, madera, cuero y almendras, con un retrogusto de piña, limón amarillo y una sensación muy suave de pimienta.
Casualmente Veroes está haciendo un tabaco que supuestamente combina perfectamente con el ron. Esta semana debería publicar la reseña del cigarro y probé un par de veces combinarlo con el tabaco, así que te recomiendo esperar esa reseña para confirmar. En cuanto a mi experiencia con el ron, esta reseña la hice antes de fumar y no la vez que me senté con el dueño de la marca.
Es un ron que fácilmente se puede tomar solo gracias a que su toque dulce no es muy marcado, así que no llega a empalagar. Lamentablemente no me quedó más, pero me encantaría probar un Old Fashioned con él, pues creo que la combinación puede ser ideal.
Ficha Técnica:
Fabricante: Veroes
Nombre del Ron: Veroes (no identifica el ron)
Marca: Veroes
Origen: Venezuela
Materia prima: Melaza
Edad: 2 a 6 años
Precio: N/D
Densidad alcohólica: 40%
Puntuación: 85
Hola Diego, gracias por tu amable opinión que sigas cosechando éxitos
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Estimado, unas líneas de esta entrada me hizo recordar a mi padre, que se bebía media botella de ron, y se comía un maní, y al dia siguiente la culpa de su malestar era, por supuesto, el maní. Espero poder probar ese ron. Gracias por sus publicaciones
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Exactamente! Hay quienes hasta culpan al hielo!
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