El cigarro que mayor puntuación le he dado. En 2018 lo probé por primera vez y le di 98 puntos, que no solo es la puntuación más alta, es el único cigarro en mi haber que lo ha merecido. En 2019 lo vi en una tienda en República Dominicana a buen precio y decidí comprarlo con el fin de guardarlo un tiempo y ver cómo se comporta con una buena guarda, y con el pasar del tiempo decía que lo fumaría en alguna ocasión especial. Soy de los que guarda pocos cigarros para «ocasiones especiales», básicamente porque pienso que la ocasión es especial cuando la acompañas de un cigarro y porque en esos momentos emblemáticos de la vida, o no estoy pensando en fumar, o son la conclusión de un día muy chévere y a veces ya fumé. Hace un par de semanas vi un video que me confirmó esta idea, porque un tipo decía porqué no guarda cigarros para momentos especiales y su postura es que si se muere mañana, no quiere que alguien que no sepa apreciar su colección decida qué hacer con ella, con lo cual puedo concordar perfectamente porque si cada cigarro de tu humidor te recuerda a algo y representa algo, es algo muy propio, que los demás no podrían comprender.

Así que le di fuego al Andalusian Bull. Pero lo hice como debe ser. Dicen que los mejores cigarros no son solo por su composición, sino que neurológicamente, es la ocasión, la compañía, la música y el ambiente lo que te hace disfrutar más o menos algo. En esta ocasión fue rodeado de amigos, después de un copioso almuerzo, con una colección envidiable de rones, una ligera brisa, todo el tiempo del mundo y mi cuaderno para anotar impresiones. La construcción de este cigarro es increíble, sobre todo porque su forma no es la tradicional y con medidas de 6,5 pulgadas de largo y un cepo que en su punto de máximo grosor mide 64. En la capa Corojo ecuatoriana se siente un aroma de madera intenso, pero no mucho más. La calada en frío da notas de madera de cedro y algunas notas variadas que me recuerdan a aromas frutales, pero no son específicos.

El Andalusian Bull comienza bastante agradable, ciertamente haciéndome recordar esa experiencia tan agradable que viví con él hace unos años, pero que disfruto ahora con mis amigos. Sabores dulces a caramelo, densos y abundantes, pero también de madera sin definir cuál tipo y pimienta roja en el retrogusto. La quemada no es del todo recta y la ceniza no es del todo sólida y el humo no es del todo denso, pero no ha requerido retoques ni ha amenazado con apagarse. A lo largo del tercio ese sabor de caramelo que describí al principio se une con algo de vainilla y se aproxima a una combinación cremosa de ambos que realmente hace que el cigarro se agradable y que los 45 minutos que dura el primer tercio pasen sin problema alguno.

Los sabores a madera se convierten en probablemente los principales en este segundo tercio y me refiero a ellos en plural porque ciertamente se sienten dos matices distintos, uno de roble y uno de cedro, aunque no al mismo tiempo, o no siempre al mismo tiempo. Pareciera que el de cedro acompaña al cigarro hasta la mitad y después del ecuador le acompaña un sabor que se aproxima más al roble, pero también hay sabores de cuero y tierra, junto con pimienta, aunque esta no está al mismo nivel que los demás. En el retrogusto la pimienta pasó de roja a negra, pero no está sola, siendo algo de cáscara de naranja lo que lo acompaña también. Ciertamente es más complejo que en el tercio anterior y la intensidad es algo mayor en temas de sabores, pero en fortaleza del cigarro sigue siendo medio. Muy para mi sorpresa, la mayoría de mis amigos fumadores presentes están encendiendo su segundo cigarro de la tarde mientras yo me acerco a la mitad de este y, por supuesto, comienzan todos los temas de burla que si no estoy fumando o que el cigarro se me ha apagado, pero ninguna de las dos es cierta. El cigarro simplemente quema bastante lento.

Efectivamente, cuando lo encendí el sol estaba radiante y cuando estoy comenzando el último tercio ya la foto sale oscura. En el último tercio los sabores nuevamente estallan, con notas de cedro, cuero, una fuerte nota mineral combinada con tierra húmeda, junto con la fuerte nota de pimienta negra que acompaña todos los sabores. El retrogusto mantiene los mismos sabores de pimienta con cáscara de naranja, mientras que la intensidad de los sabores y la fortaleza están un poco por encima de lo que estaban hace un momento y mantiene esa tendencia durante todo el resto de la fumada, por lo que las últimas caladas las voy espaciando cada vez más y estas coinciden con las últimas caladas que mis amigos que dan a sus segundas fumadas… y es impresionante que llevando un control perfecto del cigarro, lo encendí a las 4:46 de la tarde y lo dejé en el cenicero casi quemándome los dedos a las 7:46 de la noche, así que tres horas exactas. Le podía dar unos cinco minutos más, pero no era cómodo.
¿Merece 98 puntos nuevamente? Esa es la pregunta del millón. La respuesta corta es no. La respuesta larga es que he afinado el paladar, como lo he dicho en otras ocasiones, especialmente con esto de las recatas. Pero también me pasa que en 2018, cuando fumé este Andalusian Bull por primera vez, mi exposición a otros cigarros de la más alta gama era casi nula y el Andalusian realmente me impresionó. Hoy en día, que he probado una amplísima gama de cigarros de todas las categorías, clases y precios, el Andalusian sigue siendo un cigarro excelente, pero ya no está tan alejado del resto de cigarros que he probado. También me pasó en 2018 que conseguirlo era relativamente sencillo y fácilmente lo podía recomendar por ello, pero en 2021 parece que solamente existe en toro y eso es de una producción muy escasa, por lo que honestamente me pica un poco que no pueda ser una parte regular de un humidor de cualquier persona, y a menos de $15 por unidad, ciertamente merece estar en el humidor de todos.
