Room 101 – Fudo Myoo

Nuevamente un obsequio de un seguidor, esta vez se trata de lo que llamaríamos un «bate». Es un cigarro hondureño de vitola salomón y un nombre inspirado en la cultura budista, de la cual Matt Booth es ferviente seguidor. Fudo Myoo (o El Inmóvil) es una de las deidades poderosas conocidas como los Cinco Brillantes Guardianes en la cultura budista, y como cada uno de estos caballeros, Fudo asume una figura intimidante, con una espada en su mano derecha y una cuerda en la izquierda, sentado y rodeado del fuego que purifica el mal. Traduciendo esto a un cigarro se trata de uno que contiene una capa Habano ecuatoriana sobre capote San Andrés mexicano y tripa de Honduras y Nicaragua, con unas medidas bastante intimidantes de 8 pulgadas de largo por 50 de cepo en su parte más delgada y 60 en la más gruesa. El nombre de la vitola sí que es completamente anti-budista: Chingón.

Sin duda hay que reservar al menos un par de horas y seguramente algo más antes de dedicarse a fumar este ejemplar, que en su capa tiene aromas de madera, cuero y un ligero toque achocolatado, que se hace mucho más intenso en la calada en frío. Quizá impresiona más que pese a su tamaño y su pie tan pequeño, el tiro no se siente apretado cuando le doy las caladas, sino con un buen flujo de aire. La capa tiene varias venas y eso puede ser visto como un defecto, pero también indica que contienen más sabor, o al menos lo ha sido en mi experiencia. Así que lo enciendo con una sola llama rápidamente, a fin de no quemarlo de más, cosa que me sucede demasiadas veces con estos cigarros de pie reducido con respecto al resto del cañón.

Efectivamente, logro que encienda de manera uniforme y me impresiona que en ningún momento se desvía la quemada, ni al principio, ni cuando llevo un buen rato fumándolo. Los sabores son abundantes, muchos más de los que esperaba en un cigarro de estas dimensiones e incluye notas de buena intensidad a leña y cuero, con una cantidad moderada de pimienta y retrogusto de nueces. Para un cigarro de este cepo, sentir sabores de tanta variedad e intensidad es ciertamente difícil, así que sin duda es un gran logro, pero también impresiona que quema bastante lento y con un cigarro de 8 pulgadas de largo no sería sorpresa que cada tercio tenga una larga duración, pero realmente no esperaba que el primero me durara 40 minutos.

El Fudo Myoo dejó caer la ceniza cuando estaba comenzando el segundo tercio, lo cual resultó ser un tiempo bastante largo para una ceniza y por estar experimentando su temperatura me puse a tocarla y rápidamente se dejó caer. No obstante, comenzó a desarrollar la ceniza del segundo tercio perfectamente, sin soltar mayor parte. Sorprendentemente, luego de la intensidad de sabores del primer tercio, en el segundo se sienten mucho más suaves, al igual que pierde el sabor de cuero pero desarrolla un sabor a chocolate que al no tener la intensidad que tuvo antes, me deja un poco con las ganas. En términos técnicos, el cigarro quema bastante bien y aunque el anillo de combustión no es perfectamente recto, todas las imperfecciones que demuestra se corrigen solas y el humo es abundante en cada calada, al punto que incluso le doy caladas más cortas para que no salga tanto humo, pero no ayuda a desarrollar más sabores. Me toma 35 minutos superar el segundo tercio, quizá porque el cepo se va haciendo más pequeño.

Antes de comenzar el último tercio dejé caer la ceniza a propósito, principalmente porque siendo de cabeza figurada, aunque tiende a concentrar los sabores también se estaba apretando un poco y desarrollaba un sabor amargo, por lo que opté por hacerle un nuevo corte. Es relativamente normal esto en cigarros de estas dimensiones, pues cuando son fumadas tan largas, incluso si eres el mejor fumador, la saliva y las caladas van a concentrar mucho humo en la cabeza y la perilla tiene que ser más fuerte, y después de ese nuevo corte fuma perfectamente otra vez. Los sabores no varían mucho, por no decir nada, presentando los mismos de madera y chocolate, pero perdiendo las facultades que le da la nota picante, por lo que el último tercio se sintió más largo por carecer de algo que lo hiciera sentir interesante. La fortaleza durante toda la fumada fue media, aunque en el primer tercio hubo algunos momentos de fortaleza media-alta. Pero la verdad es que después de dos horas y 35 minutos, el Fudo Myoo finalmente terminó.

Es normal que los cigarros de estas dimensiones tengan sabores suaves y fortaleza media y no mucho más, y el problema con eso para mí es que son inevitablemente aburridos en la mayoría de los casos. Precisamente, son pocos los cigarros de tamaños grandes que te mantienen entretenido durante la fumada y este no fue una excepción, aunque sí las hay. El Fudo Myoo comenzó muy bien y terminó muy normal, pero eso era lo que esperaba y por lo mismo sería injusto decir que me decepcionó, pero lo que sí le hubiese aumentado la puntuación final sería que los sabores fuesen más refinados o más ricos, cosa que no fueron y en un cigarro en el que cada calada hace que el cepo se reduzca un poco más, es exactamente lo que esperaba. Pero si por $6 puedes fumar durante más de dos horas y no es un cigarro del todo aburrido, eso compensa.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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