Este cigarro ha sido una especie de némesis para mí. Siempre me ha gustado y siempre que he podido lo he comprado, pero de las únicas tres veces que me han dado «pálidas» fumando tabaco, dos veces han sido con los Double Ligero de La Flor Dominicana. Casualmente, la tercera fue con un producto de la misma marca, pero diferente: El Limitado V. Una pálida es cuando no estás en las mejores condiciones para fumar y al hacerlo se te baja la tensión, sudas frío y sientes que te vas a desmayar; en la mayoría de los casos esto sucede cuando fumas con el estómago vacío o el cigarro es muy fuerte. En mi caso, creo que fue una mezcla de las dos. Por lo mismo, a este cigarro le he tenido mucho respeto siempre y lo tenía en el humidor y cada vez que lo abría lo veía con un cierto temor, especialmente porque este es el maduro, y aunque estoy claro que eso no significa que sea más fuerte, sí sé que la intensidad de sabores es distinta.

Como si fuera poco, la vitola de este es la DL-700, que es un 6 x 60, así que me esperan por lo menos un par de horas de fumada. Porque la capa es básicamente la misma de la versión natural, pero ligeramente más madurada, el cigarro no se ve tan diferente a los demás con excepción que la capa es más oleosa y brillante. Tiene aromas a paja, chocolate (bastante) y tierra mojada, mientras que en el pie se aprecia chocolate negro, café, especias varias y una sensación dulce. Lo pico con la doble hojilla y ahora que lo pienso quizá la guillotina en V le hubiese venido bien, especialmente porque tengo tiempo sin usarla, pero la calada en frío me hace pensar que tomé la decisión correcta gracias a sus aromas a pimienta y cuero, con un toque mucho más suave de chocolate.

Para todo el miedo que le suelo tener a estos cigarros, en verdad el Double Ligero Maduro no comienza tan fuerte como esperaba, especialmente con los nubarrones de humo abundante que deja salir cada calada, pero claro eso era para hacerme entrar en confianza y al cabo de un par de minutos aparece el golpe de intensidad de pimienta roja que caracteriza al cigarro. Ciertamente porque sus dimensiones sean de 6 x 60 no quiere decir que va a ser más diluido. Se le añaden sabores a chocolate, nueces, dulce, cuero y un dejo sutil de café, que me impresiona más porque puedo sentirle sutilezas que otra cosa. El retrogusto es de pimienta y después de un par de intentos desisto de tratar de buscarle más, pero hacia el final del tercio me atrevo y encuentro café, como cuando abres una bolsa sellada de café.

Me toma alrededor de 45 minutos superar el primer tercio, pero lo superé sin mayor problema. Claro, mis problemas con este cigarro suelen llegar en el último tercio, cuando la nicotina se concentra. Pero los sabores ciertamente son lo que destaca en este punto, con notas fuertes de chocolate negro, cereza, miel, melaza, caramelo y cuero, rico y complejo en cada calada y de eso hay bastante. La intensidad es alta, de eso no hay duda, pero la fortaleza es media-alta, que no es que no sea tan fuerte, sino que simplemente se siente que hay mucho más de ella por delante. Técnicamente se ha comportado de maravilla, sin requerir toques y en ningún momento me ha preocupado, pero sorprende lo lento que quema.

Es entre el punto medio del cigarro y el inicio del último tercio que realmente comienza su intensidad mayor y la fortaleza se dispara, pero hoy estuve bien preparado y el efecto es que no puedo operar maquinaria pesada pero igual puedo seguir disfrutando de la experiencia. Los sabores se hicieron mucho más intensos y mantienen esta intensidad hasta el final, pero sin incluir sabores nuevos, salvo una sensación mineral que bien puede ser la intensificación de un sabor a tierra mojada que nunca fue protagonista ni secundario, solo algo que estaba ahí. La nicotina también ataca, pero no es tan fuerte y es posiblemente lo único en el Double Ligero Maduro que no es tan fuerte. Marcando dos horas y 15 minutos, decido dejarlo aunque le quedaba poco tiempo, pero básicamente porque si se fijan bien en la última imagen, sobre todo comparada con las anteriores, vienen unas nubes negras que dejaron caer un torrencial aguacero y aunque para ese momento ya estaba bajo techo, ya la experiencia no estaba tan agradable.
El temor que sentía por este cigarro no es de gratis, pero creo que es el propio cigarro para fumar después de una comida copiosa y grasosa, como fue una buena carne a la parrilla que comí antes de fumarlo. Pero el cigarro en realidad no es más fuerte que otros Double Ligero que he fumado, solo que dura más. Es un cigarro que me gusta tanto en su versión natural y este de capa madura no ha defraudado en lo absoluto, siendo la mayor diferencia los sabores a chocolate, pero lo que más me gusto de este creo que fueron sus transiciones y cada cambio de tercio era una experiencia que es casi imposible de escribir, sino algo que simplemente te deja saboreando cada cambio. Tengo otro Double Ligero Maduro en una vitola llamada Digger, que es un 8,5 x 60 y a ese es al que le tengo miedo ahora.
