El ron de Haití no es uno por el que sienta un gran afecto, quizá por lo difícil que es. Mis experiencias han sido básicamente con dos marcas: Barbancourt y el Clairin de Casimir que Velier lanzó hace unos años. Para este ron de Providence, una submarca de Velier, decidieron entrelazar los estilos propios de ambas marcas.
Barbancourt parte de Louis Barbancourt, quien emigró de Burdeos en 1765 hacia Saint-Domingue, que en ese momento era una colonia francesa y ahí se hizo dueño de una plantación de caña de azúcar. En 1862, sus descendientes fundaron la destilería Barbancourt en Puerto Príncipe. Posteriormente, la esposa de uno de los descendientes manejó la empresa junto con un sobrino llamado Paul Gardère. Este último es el apellido de quienes aún llevan la empresa hoy en día.
Sin embargo, la familia Barbancourt por su parte continuó produciendo rones, aunque cuando los trataron de llamar por el mismo nombre, surgió un litigio por el uso de la misma marca. En 2018, la destilería de Puerto Príncipe nace de una colaboración entre la familia Barbancourt-Linge y La Maison & Velier, una empresa conjunta entre La Maison du Whisky en Francia y Velier en Italia. Dirigida por Herbert Barbancourt-Linge Jr., su alambique de cobre con una capacidad de 1500 litros fue construido por Müller Pot Stills, con sede en Alemania y diseñado por el maestro destilador italiano Gianni Capovilla.
Este ron sin añejamiento es destilado usando jarabe de caña de azúcar y añadiendo dunder, también conocido como vinaza y es el residuo de la destilación por alambique. El uso del dunder es muy típico de algunos rones de Jamaica. Precisamente, este ron es de un perfil de un Clairin de Haití mezclado, por así decirlo, con el típico aroma y sabor del dunder de Jamaica.
La fermentación del ron se hace con levaduras seleccionadas y vinaza (dunder) de destilaciones previas. El mosto obtenido por esta fermentación es destilado en dos pasos, en un alambique cuyo calor proviene de agua caliente. El destilado resultante tiene un grado alcohólico que ronda el 73% y es progresivamente reducido (hidratado) hasta 56% para el embotellado. La producción total es de 1533 botellas.

El líquido contenido en la botella es perfectamente transparente, sin partículas en suspensión ni el más mínimo indicio de haber pasado pero ni una hora en barricas. Efectivamente, en el tema visual no hay mucho que ver.
En nariz es donde este ron se destaca y, al igual que me sucedió con el Clairin, es un ron que puedo oler durante mucho tiempo, porque esto alarga el tiempo que pase antes de probarlo en boca. Tiene un fuerte aroma a jugo de caña, como esa versión que (al menos en Venezuela) se vende en las autopistas y carreteras. De hecho, los carritos más tradicionales muelen la caña directamente en el puesto y le colocan algo de limón. También aromas a guayaba, miel y azúcar morena, casi al punto de quesillo.
En boca efectivamente la primera impresión es desagradable y amarga. Pero también hay una nota ahumada, frutos rojos almendras y muy herbáceo. Pero esa nota amarga es fuerte y dominante, al punto que no es un ron que quisiera repetir, pero sí es algo que con mucho gusto probaría de nuevo a fin de aprender las distintas formas en que se puede destilar un ron.
La influencia del dunder es muy marcada, pero el Clairin de por sí es dominante, lo que hace que ese dunder sea más como un toque al final que una nota abundante en el ron. La manera en que lo toman en Haití es con azúcar y limón, aunque yo creo que con algo de soda sería más pasable, pero es porque su nota es demasiado fuerte. He probado rones con mayor contenido alcohólico que no pegan tanto en el paladar. Pero como experiencia, es tremendo.
Ficha Técnica:
Fabricante: Distillerie de Port-au-Prince
Nombre del Ron: Dunder & Syrup Haitian Single Rum
Marca: Providence
Origen: Haití
Edad: Cero
Precio: $58
Densidad alcohólica: 56%
Puntuación: 81