El pasado mes de julio tuve la oportunidad de ir al Exclusive Festival 2022. Entre los varios stands que habían, se encontraban mis amigos de Caracas Cigar Lounge y Caracas Cigar Store, quienes importan directamente esta marca dominicana llamada Linga Cigars. Sin embargo, mi búsqueda de información sobre los productos ha sido un poco infructífera, pues en la página web de la marca, lo que aparece como productos son en realidad accesorios de fumador y no tabacos. Fue en una entrevista de Humo Latino en donde pude descubrir un poco más sobre la marca: Linga Cigars es una sociedad liderada por Jonathan Almánzar en República Dominicana, fundada en 2019, y que actualmente comercializa siete blends. Algunas de sus líneas rinden tributo a quienes trabajan con el tabaco, como este Buncher, que es la persona que reúne y hace un «rollo» con las hojas de la tripa y las envuelve en el capote, que luego será puesto en un molde y posteriormente encapado. El Buncher tiene una capa Habano ecuatoriana sobre un capote ecuatoriano y tripa dominicana.

El Buncher es un cigarro que no llama mucho la atención, al menos creo que el marrón claro de la capa y el amarillo de la anilla no hacen un gran contraste y eso puede hacer que se pierda un poco, especialmente en el anaquel con tantos otros productos que destacan más. Recuerdo cuando lo vi en el stand de Caracas Cigar Store y lo descarté porque no me llamó la atención. Fue solo después de conversar con los del stand que me lo recomendaron. Pero en la mano se siente como un buen ejemplar, con un peso considerable y aromas muy agradables en la capa, a azúcar morena, pasas y cáscara de limón amarillo. Me llevo el pie (del cigarro) a la nariz y aprecio notas cítricas pero también algo más almidonado, como cartón. Lo pico con la doble hojilla y la calada en frío me da notas especiadas varias, cartón y una nota dulce.

Comenzamos muy bien, con humo abundante, sabores densos y atractivos, y una construcción aparentemente perfecta. Los sabores son a cuero y café quemado como principales, pero al cabo de unos minutos, aparece un muy agradable sabor de turrón y almendras que me cautiva. En efecto, la fumada se hace dulce y los sabores densos, en donde cada calada aporta mayor nota de frutos secos y turrón y hacia el final del tercio, comienza a incluir notas de maple también. Hay una marcada ausencia de pimienta, lo que la da una sutileza muy notable al Buncher, siendo de intensidad media y fortaleza baja.

El segundo tercio del Buncher mantiene una construcción impecable y la misma fortaleza baja en la fumada. En esta sección, el sabor de turrón y almendras se convierte en el principal, aunque ya venía con esa tendencia desde el primer tercio. No obstante, en este se mantiene durante todo el tramo e incluso ese sabor de almendras a veces se confunde con mazapán, gracias a una nota dulce abundante. Precisamente, esas notas de tendencia dulce le dan al Buncher sensaciones que me recuerdan al chocolate blanco. El resto de los sabores que aprecio en menor escala incluyen canela, aserrín y un regreso del café quemado. El retrogusto es de almendras y café.

El último tercio pareciera que puedo dividirlo en dos, con una primera parte que parece más bien una continuación del tercio anterior, pero con una mayor fortaleza, pero luego de unos minutos, el Buncher pareciera perder esa fortaleza que, aunque baja, iba fortaleciendo lo que pintaba como un gran final, con sabores adicionales a nuez moscada y un cítrico adicional en el retrogusto. Pero, hace exactamente lo contrario y los sabores se sienten mucho menores, más apaciguados e incluso neutros, por lo que gran parte del último tercio del cigarro era simplemente una máquina de humo y quemada torcida. No sé si el tema de la quemada fuese causal de los sabores tan apagados, pero lo cierto es que el último tercio fue la debacle de un cigarro que iba muy bien. Justamente, el anillo de combustión desvaría mucho, el humo sigue siendo abundante pero ni siquiera lo fumé hasta el final. Bastaron 85 minutos para fumarlo.
No suelo ser una persona a quien le gusten las fumadas suaves sin previo aviso. Es decir, de un cigarro con capa Connecticut, espero una fumada mayormente suave y de un cigarro de capa Habano espero una fumada principalmente fuerte, o al menos medio fuerte. Cuando un cigarro de capa Connecticut es fuerte, muchas veces me ha sorprendido alegremente. Pero cuando un cigarro de capa Habano es suave, la sorpresa no suele ser tan alegre. Han habido sus excepciones y estas se dan con la calidad de los sabores, cosa que el Buncher logró durante los dos primeros tercios y si el cigarro hubiese llegado hasta ahí, esta sería una gran experiencia. No obstante, ese último tercio derrumbó gran parte de lo que me había gustado y sorprendido este cigarro. Pero no sería justo juzgar toda la fumada por el comportamiento en una sola sección. La puntuación final refleja el total de la experiencia.
