En el inmenso mundo del ron, especialmente el ron fuera de Venezuela, pues el local parece ser completamente ajeno a lo que sucede más allá de sus fronteras, existen algunas marcas que han desaparecido ya, pero que sus productos son sumamente buscados y recordados por quienes tuvieron la oportunidad de probarlos o simplemente por la rareza que son. Quizá uno de los más emblemáticos y difíciles de conseguir son los productos de la destilería Caroní.
Al igual que ocurre con algunos productos de Trinidad, Caroni es el nombre de algo que existe en Venezuela, en este caso es uno de los ríos más importantes. Otros ejemplos son el Angostura, un amargo para coctelería que tuvo su origen aquí. Pero eso es solo cosa de nombres, pues los productos de la destilería Caroni no tienen mucho que ver con Venezuela.
La destilería fue creada en 1923 sobre lo que hasta ese momento era la azucarera Caroni. La empresa produjo rones notables por su inmenso contenido pesado, que eran suministrados a la marina inglesa. En 2001 fue vendida por el gobierno trinitario a Angostura y en 2002 sus nuevos dueños la cerraron. En 2004, Luca Gargano visitó la antigua destilería y encontró algunas barricas que fueron la base de la Caronimanía, sumamente buscadas por coleccionistas y curiosos.
Ese carácter pesado del alcohol usado en sus rones y los sabores que se alejan de los típicos frutales y dulces del ron han sido lo que más ha caracterizado a estos productos, pues destacan los aromas y sabores más propios de alcoholes pesados y agresivos. No obstante, este producto fue destilado en 1998 y embotellado en 2013, por lo que tendrá unos 15 años de añejamiento, y está embotellado a 40% de alcohol.

Sorprende lo claro que se nota el líquido y siendo un Caroni creo que esperaba un líquido casi negro y turbio. Pero se ve hasta amable en copa.
En nariz es sumamente ahumado, pero no son notas realmente agradables, como sucede con algunos rones que aunque su sabor no sea del todo agradable, en nariz sí lo son. Los aromas ahumados de este ron no son de madera, sino más bien como químicos que incluyen caucho quemado, esmalte de uñas, solvente de pintura, incluso hasta gasóleo. Se le encuentran notas que llegan a ser agradables, como bosta, leche condensada y caramelo, pero las notas que llamaría desagradables son las dominantes y las más difíciles de obviar.
En boca es igualmente agresivo y hasta desagradable también, aunque no con la misma intensidad. Están los sabores de las distintas variedades de humo y lo que esperaría como notas ácidas y abrasivas, pero afortunadamente no hay tanta variedad, particularmente en el retrogusto. Pero también hay sabores de caramelo, madera y notas cítricas, que nuevamente son opacadas por las distintas variedades ahumadas, pero es más digerible.
Al igual que me pasó con el Port Mourant de El Dorado, este Caroni no me parece tanto un ron para disfrutar y degustar, sino más como una clase de todos los sabores y matices ofrecidos en los alcoholes pesados pero también una ventana hacia un tipo de rones que no conocía y que son infinitamente distintos de lo que siempre tomamos. Pero para acompañar un cigarro o hacer un cóctel, creo que sería uno de los menos indicados.
Ficha Técnica:
Fabricante: Bristol Spirits
Nombre del Ron: Caroni 1998
Marca: Bristol Classic Rum
Origen: Trinidad
Materia prima: Melaza
Edad: 15 años
Precio: $170
Densidad alcohólica: 40%
Puntuación: 86