Oscar Valladares – The Oscar Habano

Hace cosa de unos dos o tres meses, estaba viendo samplers en una página que suelo visitar y me encontré con uno de productos de Oscar Valladares. Esta es una marca que comenzó muy, muy modesta, siendo apenas como un proyecto paralelo de un tipo que trabajaba en una tienda en Pittsburgh. Uno de sus primeros productos se llamó simplemente Leaf y no era ni siquiera para él, sino para “Island” Jim Robinson, quien era el dueño de esa tienda donde trabajaba. El gimmick del cigarro era que venía envuelto en una hoja de tabaco y aunque se veía muy atractivo, no era algo espectacular… solamente destacaba un tema artesanal. Luego Robinson se encargó de distribuirlos a nivel mundial y es así como puedes haberlo encontrado. Pero hace un tiempo apareció este producto llamado The Oscar, que no es lo mismo que el Leaf, sino una producción de Valladares que es para su propia distribución. El blend tiene una capa Habano ecuatoriana, capote hondureño y tripa de Honduras y Nicaragua. El cigarro viene envuelto en una hoja candela, que no es para fumarla o al menos yo no lo hice.

El cigarro en cuestión es un 6×60, vitola que no me gusta en lo absoluto, pero debo confesar que he fumado algunos cigarros en ella y han funcionado bien. Incluso, hay algunas ediciones especiales de cigarros que son hechas únicamente en esta vitola. Son dimensiones que le gustan mucho al mercado americano y son ellos su principal consumidor. Este cigarro viene cubierto por una hoja candela, pero a diferencia del Leaf original, en este cigarro esa cubierta ocupa como un 70% de su superficie, vs. el Leaf, que está envuelto totalmente por la hoja. Posiblemente porque esta hoja candela ha pasado tiempo considerable sobre el cigarro, la capa del The Oscar Habano tiene aromas que me recuerdan a los Kentucky Fire Cured, incluyendo una nota de carbón y de madera charreada. En el pie se aprecian notas tostadas, muy similares a las de la capa, pero también una nota suave de caramelo. Con la calada en frío son pocas las notas que se aprecian, pero incluyen frutos rojos y malta sin alcohol.

Efectivamente, desde la primera calada una vez encendido, las notas tostadas estilo KFC están ahí, pero en esta ocasión no dominan la fumada. Hay una ligera nota tostada, pero también hay madera de roble, toques dulces y algo como tiza. Avanzando dentro del tercio y hay notas de canela, pero más como las de un cinnamon roll que la especia como tal, cebada y avena, mientras que en el retrogusto aparecen notas de pimienta leve y nuez moscada. Normalmente suelo fumar los cigarros de reseña sin acompañante, a fin de no alterar los sabores y esta no es una excepción, pero mientras lo fumo creo que le iría bien una cerveza bien cargada de lúpulo. El anillo de combustión no es del todo recto, pero la ceniza se aguanta bien así que no parece que habrá mayor problema. El tiro está muy bien y produce humo abundante en cada calada, dándome una intensidad media y ligeramente por encima de ese punto, y una fortaleza media también.

En el segundo tercio continúan estas notas más hacia sabores dulces y de cereales, pero los sabores se inclinan más hacia notas horneadas, como de galletas, pero también hay un dulce que me hace pensar en refrescos tipo Chinotto (en Venezuela) o Sprite. Siguiendo con las notas inusuales, el toque picante que tiene el cigarro no es tanto como de pimienta sino más como de wasabi, con una nota muy intensa en la nariz y muy leve en la lengua, pero esa calidad de casi destapar la nariz. Aunque estas notas picantes van en aumento durante este tercio, me sorprende como no aumenta la intensidad ni la fortaleza del cigarro, manteniéndose en media. La ceniza ya no se sostiene tanto tiempo sobre el cigarro pero al menos me tomo el tiempo de fumarlo lento y me toma casi una hora llegar a la mitad del mismo.

Es para cuando llego al último tercio, después de casi dos horas de fumada, que los sabores de KFC tan dominantes en frío, reemergen con notas ahumadas y de salsa barbecue. Pero también hay otras notas agradables y notas relacionadas a este Fire Cured, como vainilla, nueces y roble, aunque también hay algunas que han permanecido desde el principio y se funden con lo existente, por lo que ese sabor de Chinotto ahora se siente como otro refresco y algo de pimienta. Esa nota picante de wasabi ahora se siente como de paprika, y aunque suene rebuscado, el punto es que no es de pimienta. Cerramos con notas de canela al mismo estilo anterior y tiza. Ese sabor de barbecue desaparece por completo poco antes de darle los últimos toques al cigarro, dos horas y 15 minutos después de encenderlo. Al final, la intensidad y fortaleza se mantuvo igualmente en media.

La revolución en el mercado que causó el Leaf fue muy singular, tanto por el «empaque» como por el producto en sí, aunque en verdad el producto no era nada innovador pero no usaba dos tipos de hojas que eran constantes en el resto de la industria: capa Habano y tripa nicaragüense, que son las dos hojas que este The Oscar Habano tiene y que no han sido parte de un producto de la marca anteriormente. En esta adaptación a lo normal, The Oscar Habano sigue siendo singular y no esperaba menos. Aunque los cigarros de Leaf no eran gran cosa en sabores, The Oscar Habano impresionó en sus dos primeros tercios, pero más me impresionó que mantuvo ese ímpetu y esa calidad en el último tercio, sobre todo en un 6×60, aunque creo que en robusto lo hará mucho más.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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