Quizá algo que no sabe todo el mundo es que en materia de la fabricación de tabacos, cada vitola tiene su estilo y su nivel de torcedor que la puede hacer. Vitolas como robusto y toro son relativamente sencillas y vitolas como lancero y perfecto son las últimas que un torcedor aprende a hacer y las más difíciles de perfeccionar. No todos los torcedores pueden hacer un lancero o un perfecto o un salomón y las marcas que los tienen suelen enorgullecerse mucho de ellos y por lo mismo son un poco más caros. Pero parece ser que también en esas vitolas el sabor es el mejor y fue precisamente por eso que mi primera prueba de este Reserva Original en perfecto no fue tan buena como esperaba de Plasencia. Hace un par de meses me contactó la gente de Vitolas Cigar Shop en Maracay, Venezuela para que probara algunos de los productos que comercializan, así como su servicio. Entre los que me enviaron, estaba este Reserva Original, que probé con algo de renuencia, en robusto.

Mucho de lo que se habla en la página de Plasencia sobre este cigarro sobre lo orgánico que es y lo importante que eso es para la industria. En términos reales, me importa muy poco que sea orgánico o no, pues lo que voy es a fumarlo. Gran parte de esa literatura menciona que las técnicas que utilizan en la siembra de sus tabacos son las mismas que existían hace 500 años, aunque hace medio siglo no se hacían tabacos como ahora, pero insisto, prefiero fumarlo. Tiene aromas muy agradables en la capa, que ya incluye un toque picante pero también de nuez moscada, mientras que en el pie se aprecian mosto, caramelo y canela. En la calada en frío hay caramelo, canela y jengibre, muy aromático y me llama la atención darle fuego lo antes posible.

El primer tercio del Reserva Original comienza con notas florales y húmedas, como de una flor blanca, con notas dulces y envolventes de madera y una sensación cremosa que se funde en el paladar y el retrogusto. Estas notas se mantienen durante gran parte del tercio, con una gran intensidad que llega a media-fuerte y notas picantes a partir de mediados de esta primera sección. La ceniza se sostiene muy bien y es hacia el fin del tercio que la dejo caer a propósito. La fortaleza es media y el humo abundante me asegura un disfrute pleno de la fumada.

La triple anilla del cigarro hace que sea un poco confuso el momento ideal para quitarla, al menos la más grande y me hace perderme un poco en la división de los tercios, quizá porque las transiciones no son del todo claras en el Reserva Original. Hay notas más fuertes de tierra mucho más adelante de lo que consideraría como el inicio del segundo tercio y fue eso lo que me confundió un poco, pero no es el único sabor y hay una sensación a mosto de uva que me llama bastante la atención, aunque no es lo principal. Son los sabores de madera los más resaltantes en el segundo tercio, principalmente porque hay matices para más de uno: roble, sándalo y aserrín, mientras que en el retrogusto se siente pimienta y nuez moscada. La intensidad es media-alta y la fortaleza media, y ya puedo confirmar que la experiencia en este robusto es superior a la del perfecto de hace unos 5 años.

El sabor más intenso en el último tercio es el de tierra seca, pero con una sensación casi mineral, sumada a los distintos matices de madera que siguen muy presentes y en un segundo lugar muy cercano, sobre todo el de roble. El sabor de madera de sándalo se siente más presente en el retrogusto, donde acompaña a la pimienta, aunque la nuez moscada va desapareciendo y para mediados de esta última sección, ya es inexistente. Al cabo de una hora y 40 minutos, el Reserva Original llega a su fin, en esta última sección con una intensidad media-alta y una fortaleza media, tal como fue durante toda la fumada.
Espero haber podido transmitir lo compleja que fue esta fumada, pues el Reserva Original no solo tiene una buena cantidad de sabores, también tiene matices muy interesantes. Además, los sabores son pegajosos y de larga permanencia en boca, con un tiro fenomenal, ceniza muy bien formada y un comportamiento que fue decayendo un poco cuando superé la mitad del cigarro, sobre todo en materia de anillo de combustión. No soy mucho de maridajes que vayan más allá de destilados, pero creo que este cigarro, aunque es considerablemente fuerte, podría combinar muy bien con una champaña o un brandy que no sea muy complejo. No obstante, con un Cardenal Mendoza estoy seguro que irá de lo mejor también. En caso que no sea tuyo el destilado, un café espresso creo que le iría bien, aunque no lo probé así.
