Romeo y Julieta – 1875 Nicaragua

En realidad pareciera que cada 15 días aparece un nuevo cigarro de Altadis con la marca Romeo y Julieta, H. Upmann, Montecristo o alguna otra de origen cubano y de poco movimiento. Ante el relativo poco movimiento de estas marcas hace unos 8-10 años, es increíble como en años recientes parecen haber múltiples productos con nombres muy parecidos y ligas distintas, que si bien pueden ser buenos, a veces son confusos. Solamente con el nombre de AJ Fernandez en la línea H. Upmann hay como 3 productos y en Romeo y Julieta hay como 4. Curiosamente, este no es de AJ Fernandez, pero es un puro nicaragüense y es hecho en la fábrica de Plasencia Cigars en Estelí. Precisamente, todas las hojas que lo conforman son Habano de Nicaragua.

Este cigarro me lo consiguió la gente de Vitola Cigars Shop, ubicados en Maracay (Venezuela) y desde el principio dudé si se trataba de un cigarro de capa Connecticut, porque por supuesto no fue sino hasta que lo encendí que investigué un poco sobre él. También pasa que en Venezuela estamos en época de sequía y la grama del jardín no tarda mucho en ponerse amarilla, lo cual contrasta muchísimo con los tonos verdes oscuros que teníamos hace unos meses. Esta grama amarilla se refleja en el cigarro y al haber menos contraste, se nota más clara. Pero el cigarro tiene una construcción aparentemente muy buena, con una capa casi lisa, con excepción de pequeñas protuberancias y venas, pero notas muy sutiles de madera, que se repiten en el pie y le añaden apenas algo de musgo. En la calada en frío hay notas suaves de pimienta y canela, pero algo más fuertes de madera.

Aunque el 1875 de Romeo y Julieta ha estado en el mercado durante muchos años, ya su fórmula original ha entrado un poco en desuso, con varios fanáticos que todavía apuestan por él, pero una gran cantidad de nuevos fumadores que piensan que su liga es demasiado básica y en realidad no sabía qué esperar antes de encender este cigarro, pensando que mantendría un perfil similar al del original o si era algo completamente nuevo y desde la primera calada tampoco quedo muy convencido de qué se trata, pues tiene una buena cantidad de pimienta que hace que me pique la garganta, pero no mucho más. A lo largo del tercio sí aparecen notas adicionales, un poco más dulces pero no tan protagónicas y notas suaves de café y paja. La intensidad durante el primer tercio es media, con una fortaleza de suave a media.

En el segundo tercio no hay grandes cambios de sabor, pero los existentes toman un toque algo más tostado, lo que hace que ese sabor dulce que se hacía cada vez más intenso en el primer tercio, adquiera una nota como de caramelo en este segundo segmento. En este tercio los sabores son más intensos y cremosos, en parte por esa nota tostada que le da mejores matices, pero también porque la fortaleza aumenta un tanto y empuja la intensidad de los sabores de crema, caramelo, café, grama y algo de madera que viene desde el fondo y es a partir de la mitad que se hace plenamente notable, y la sensación de piquiña en la garganta ya parece haber desaparecido. Con excepción del anillo de combustión, el 1875 Nicaragua se está comportando muy bien.

En el último tercio el cigarro se me cae un poco, no porque lo haya dejado caer, sino porque la emoción y expectativa que tenía por él parece desvanecerse un poco. Los sabores dulces desaparecen y con ellos la mayoría de la intensidad de sabor, y para más inri, la nicotina se hace mucho más presente, lo que hace que la experiencia no sea tan agradable y termine espaciando más cada calada y, a su vez, el cigarro simplemente se apague solo. Cuando marco una hora y 20 minutos, este 1875 Nicaragua llega a su fin, con buena ceniza aunque no tan buen quemado, que seguramente fue porque no le estaba dando las caladas que debía.

Cuando un cigarro tiene tanto tiempo en el mercado como el 1875 de Romeo y Julieta lo tiene, es normal que sea pasado por alto por consumidores que buscan algo distinto, especialmente si tenemos en cuenta que ese original es de esos que crearon en República Dominicana con sabores que imitaban al tabaco cubano original. Los consumidores actuales ya buscan otros sabores y no están tan pendientes de un cigarro que imite el sabor de otros, pues con la disponibilidad relativamente fácil de tabaco cubano, pues no hace falta otro. Seguramente teniendo esto en cuenta, Romeo y Julieta creó un nuevo producto bajo la línea del 1875 que recree el estilo de intensidad y fortaleza media del original, pero con el nombre y las hojas de Nicaragua, que parecen ser las que gran parte de este nuevo público están buscando. El resultado es un cigarro similar al 1875 en su suavidad y sutileza, que no tiene los sabores tan típicos del tabaco nicaragüense, pero que funciona como una alternativa al 1875 original. Me parece acertado no hacer otro cigarro típicamente nicaragüense con toneladas de pimienta y más parecido al original, aunque la mayoría de quienes lo prueben posiblemente se sientan defraudados por esa diferencia. Solo espero que primero lean esta reseña para saber qué esperar y qué no.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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