Un obsequio reciente de un buen amigo, quien trabaja para el momento del obsequio trabajaba en Kukenan Tobacco, el único distribuidor autorizado en Venezuela por Habanos SA para la importación de habanos, por si hiciera falta confirmar la originalidad del producto. En lo particular me estoy cuidando mucho a la hora de reseñar un habano, pues viendo un poco mi historial con ellos, he dado cuenta que varias de las reseñas que he hecho, al menos muchas de las más antiguas, probablemente fueron falsificaciones. Por ello ahora solo fumo lo que tiene una originalidad comprobable y es precisamente eso lo que reseñaré. También iré borrando las reseñas antiguas de falsificaciones.

El mencionado amigo me había sugerido precisamente este cigarro para una cata previa, pero la organización de esas catas últimamente se ha visto mermada por un aumento en las responsabilidades y tiempos de dedicación de mi trabajo, por lo que se siguen organizando pero en algo más colaborativo con otras personas. Pero en cuanto al cigarro y la reseña, que por eso estamos aquí, H. Upmann se ha convertido para mí en una referencia del habano bien hecho y de fortaleza media, muy bueno para una fumada agradable y sin sorpresas desagradables. El hecho que durante un buen tiempo Habanos SA haya decidido mantener la marca en una existencia de pocos productos y sin mucha innovación es algo que no terminaba de entender, pero en los últimos 10 años se han visto nuevos productos y nuevas líneas en la marca. En términos de referencia, este Magnum 46 es equivalente a un toro, con un largo de 5,625 pulgadas y un cepo de 46. Dado que las capas cubanas no son conocidas por impartir una gran cantidad de sabores al cigarro, es de esperarse que no sean las capas lo que más aromas muestren en frío, aunque este Magnum 46 tiene notas interesantes de chocolate en polvo y madera, mientras que la calada en frío tiene toques más fuertes de madera y canela.

Desde las primeras caladas el Magnum 46 me da sabores a tierra mojada y notas cítricas, pero no tarda mucho en mostrar más sabor, con notas de cuero, madera, dulce y un retrogusto de caramelo y son estos sabores los que llevan la pauta del primer tercio, sin añadir ni eliminar nada durante toda su duración. La ceniza se sostuvo de manera muy decente, pero curiosamente parecía tener un cepo mucho más pequeño que el del cigarro, por lo que se cayó fácilmente mucho antes de finalizar el primer tercio. El anillo de combustión no es recto, pero al menos en este primer segmento no requiere que le dé retoques y la quemada es constante. La fortaleza es media-baja, con una intensidad media.

Los sabores en el segundo tercio son básicamente los mismos, pero tiene también notas de canela y las nueces son más intensas y son lo que le da un matiz de frutos secos y sensación muy cremosa, como si el humo mismo fuese oleoso. La intensidad se vuelve media-alta, con una fortaleza media-baja, lo cual aprecio bastante porque aunque cada calada tiene sabor abundante, no aturde cuando suelto el humo. La ceniza se desprende en momentos inesperados y el anillo de combustión está lejos de ser el mejor, pero en términos generales el Magnum 46 se comporta muy bien y hasta el momento los únicos retoques que le he dado son dos para corregir quemada y no para avivar el fuego.

Para el último tercio, aunque la intensidad de los sabores ya está casi en alta, pero no durante todo el tercio, sí pasa que se ha simplificado en sus sabores y estos apenas son de cuero y nueces, mientras que en el retrogusto es donde se sienten esos toques dulces y de madera, específicamente de cedro. También han habido instancias muy cortas con un sabor a café que fue agradable, aunque muy corto. Han sido varios los temas de combustión y esto ha hecho que el Magnum 46 ha requerido dos retoques más, de los cuales el último fue más largo, pero en términos generales se trata de un habano que disfruté bastante durante la hora y 15 minutos que duró.
Sin caer en discusiones estériles sobre habanos y no habanos, las cuales realmente me tienen cansado, el Magnum 46 se trata de un buen habano de fortaleza media-baja y alta intensidad de sabores, en parte gracias a su cepo. Efectivamente, es gracias a ese cepo y eso, junto con una cantidad decente e incluso baja de ligero, se traduce en un cigarro agradable, de un precio decente (para ser un habano), de duración respetable y algo que definitivamente recomendaría fumar más, especialmente si buscas algo diferente al catálogo habitual de habanos. Puede que sus sabores sean típicos de ese renglón, pero es muy común que un fumador se vaya por Magnum 54 o 56, especialmente cuando la tendencia de habanos va hacia los cepos más grandes, pero cigarros como este en cepo 46 se aprecian bastante. La puntuación hubiese sido mejor si no fuera por esos retoques.

Un poco retórico y platónico. Que las capas cubanas aportan poco sabor o poca variedad de sabores?
Discrepo con usted y le sugiero adentrarse más en el tabaco cubano. cómprelo en cuba o cerciórese muy bien que compra tabaco 100 porciento original.
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Lea bien Alexis, no dije que aporten poca variedad de sabores. Dije que el habano en general no aporta tantos saborea como los de otros orígenes… es de esperarse porque no hay tanta variedad de tabaco. Por otro lado, siempre he defendido que la capa del cigarro aporta sabores (tengo otros artículos que hablan solamente de eso). Sin embargo, precisamente adentrándome en ese mundo me enseñaron en un curso de Habanos Sr. dictado por alguien avalado por Hababos SA, que la capa no aporta sabores. Quizá le impresionaría saber que en Cuba también venden falsificaciones.
¿Por qué será que cualquier contexto que no celebre al habano por todo lo alto es tomado como un error por parte del fumador?
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Hola Diego,
Que tal?… espero que el próximo Magnum 46 que pruebe esté mejor. El anterior estaba un poco verde y tenía amargos poco agradables. Los otros dos los tengo «castigados» en el humidor a la espera que mejoren un poco. Soy un apasionado de los Habanos , pero eso no quita que critique muchos aspectos negativos de Habanos S.A. como problemas de construcción, madurez y precios abusivos. Aparte de esto, no se ha desarrollado innovación en la industria cubana del tabaco. Todo esto lo digo sin ser un experto. Sólo es la opinión de un simple fumador.
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Mucha suerte Lorenzo. Yo procuro «castigarlos» un par de meses, aunque este que me fumé tenía como uno y estaba muy bueno. Creo que mencioné, pero fue un obsequio de un amigo que es distribuidor autorizado por Habanos SA, así que ya tenían guarda y además su origen estaba garantizado (me regaló otros también jejeje).
Por lo que mencionas de su crítica, creo que se trata de ser justo. Si pagas una cantidad de dinero equis por un habano es natural exigir que cumpla con las expectativas mínimas. Cuando no las cumple es que entramos en problemas.
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