Originalmente lanzado en 2016, el Pistoff toma gran parte de su nombre de la marca, pero se traduce en un juego de letras que viene de Pissed Off y es una expresión quiere decir muy, muy molesto. La marca lo usó para lo que ellos describen como el cigarro más fuerte de su portafolio y tiene una capa San Andrés mexicana natural, capote de Indonesia y tripa nicaragüense, y actualmente está disponible en seis vitolas distintas. Lo vi en una buena oferta y siempre me ha causado curiosidad, así que decidí aprovechar el precio del 5-pack. No es el primero que me fumo, sino más como el tercero, pero la primera vez que lo probé sentí que le faltaba guarda, así que aquí voy con este que ya tiene unos 4 meses de humidor.

El Pistoff viene muy «mal» empacado, o al menos lo que diría que es rústico, con un pie cubierto por la capa y un rabito en la perilla. La anilla es muy difícil de leer, incluso de día y aunque eso no va en detrimento del cigarro, tampoco le aporta mucho. Se trata en esta ocasión del robusto de la marca, con medidas de 5 1/2 x 54. Se siente algo esponjoso y pareciera que la capa fuese una talla más grande que el cigarro, pues hay mucha flexibilidad a lo largo. Pero para ser una capa San Andrés no tiene tantos aromas como los que estoy acostumbrado, destacando chocolate negro, regaliz y establo, pero todos bastante sutiles. En la segunda ocasión que lo fumé, le di una vuelta de torsión a la perilla, que es como supuestamente se deben picar los cigarros que tienen el rabito, pero como resultado toda la perilla se vino, así que esta vez lo pico con la doble hojilla. La calada en frío tiene notas de cerezas, canela, cereales y madera, pero no esas notas picantes que asociaría al cigarro más fuerte del portafolio.

El Pistoff mantiene encendido esa misma apariencia rústica, con muchísimas imperfecciones y una ceniza en sí que es de varios colores y suelta muchas escamas. Sus sabores son más hacia las sensaciones dulces que picantes, con notas de canela y vainilla, pero en general comienza sintiéndose como un cigarro «barato» de bundle, con cero complejidad, aunque entiendo que estamos todavía en el primer tercio. No obstante, no hay muchos sabores más en este tercio, salvo una sensación ahumada y húmeda pero no mucho más. La ceniza no es tanto que se cae sino más como que se desintegra y se va cayendo en pedacitos y escamas, hasta que finalmente no está sobre el cigarro sino sobre mi ropa. Intensidad media-baja con fortaleza baja.

¿Recuerdas esa sensación esponjosa que mencioné en el cigarro? ¿Como si la capa fuese una talla más grande que la vitola? Es así como se comporta el Pistoff, como si no estuviera los suficientemente lleno, le faltara sustancia y eso hace que queme muy rápido y me toma apenas 15 minutos llegar a este tercio y eso me parece bueno porque el primer tercio fue muy plano, mientras que en el segundo parece haber algo de complejidad. Se siente ligeramente más picante y con sensaciones dulces como canela y vainilla, pero también caramelo y miel. Al superar la mitad estos sabores de caramelo y miel se pierde, siendo sustituidos por regaliz negra y la disminución de la sensación picante. Esto lleva al cigarro a una intensidad media-baja y una fortaleza baja en el segundo tercio, así que en términos generales se mantiene casi igual. La ceniza sigue escamosa y las impresiones son básicamente las mismas, con algunas pero no muchas mejoras.

Realmente no lo fumo completo. Al poco tiempo de quitarle la anilla comenzaron a aparecer unas notas de nicotina intensa y sabores amargos que superaron los otros sabores que tenía hasta el momento. Espaciando cada vez más las caladas y dándome cuenta después de cada una que no iba a mejorar, decidí dejar el Pistoff a un lado. Me tomó 55 minutos fumar el cigarro completo e incluso en el último tercio el anillo de combustión fue problemático y la ceniza escamosa. La intensidad es la misma, pero la fortaleza aumenta solo por ese chute de nicotina, demostrando que un cigarro puede estar más fuerte pero no va a estar mejor por ello.
Hay cosas que muchas veces no entiendo y la verdad es que compré el Pistoff por diversos comentarios que había visto de otras personas. Podríamos argumentar que se trata de un cigarro hecho a mano y que por ello no es un producto que siempre va a estar igual, pero como mencioné antes, no es el primero que me fumo. Cabe destacar que soy uno de los primeros en defender esa irregularidad de lo hecho a mano y estoy casi siempre dispuesto a darle una segunda o incluso tercera oportunidad a un cigarro que no me satisfizo la primera vez, pero luego de tres oportunidades al mismo cigarro, simplemente hay algo malo en la liga. Puede que haya sido religado, puede que ese lote haya sido problemático, pero para eso existe control de calidad y en un tabaco dominicano, es lo mínimo que espero. Incluso unos días después de fumarlo tenía recuerdos de la sensación amarga en el paladar del último tercio. El Pistoff realmente me hace estar pistoff de haber gastado eso en 5 cigarros.
