Fuerte y Libre – Avalanche

La octava liga de esta marca tan singular llamada Fuerte y Libre se llama Avalanche y fue lanzada el año pasado. Según la marca, el lanzamiento de nuevas ligas no es algo periódico, sino que responde más a sus propios deseos y de cómo el mercado y los tabacos les «hablan». En sus palabras, cuando vio que todos en la fábrica y sus socios estaban asintiendo al probar esta liga en particular, se dio cuenta que estaba lista para ser lanzada. El Avalanche lleva una capa Connecticut ecuatoriana sobre capote y tripa dominicanos, y fue parte del sampler que la marca me obsequió hace unos meses. Al igual que sus otros productos, es hecho en la fábrica El Hoyito, en Tamboril, RD. La marca lo describe como un cigarro de fortaleza baja y de intensidad media.

El que voy a reseñar es de medidas 5 x 52, descrito como un robusto. Es el tamaño ideal y recuerdo cuando hablaba con la marca y le pedía que no por favor no incluyeran cigarros con cepos de 60, aunque en su momento me pareció que estaba imponiendo un criterio ajeno al suyo, pero igualmente agradezco mucho que lo hayan hecho. Efectivamente tiene los aromas típicos de una capa Connecticut ecuatoriana, que incluyen madera, paja y una cierta nota que va de ácida a cítrica. En el pie tiene más notas cítricas que me hacen pensar que ese aroma de la capa posiblemente tenga más que ver con su interior que con la capa en sí, pero también hay notas de pasas, melaza, madera y un toque suave de pimienta. Lo pico con la doble hojilla y me encuentro con una calada que tiene aromas nuevamente cítricos, pero esta vez más identificables como de mandarina, pero también pimienta y madera. Escogí la noche para fumar este cigarro, o más bien fue que en la noche tuve la ocasión de disfrutarlo en paz.

Como me sucedió con el Sun Country, que también tiene capa Connecticut, el Avalanche comienza con una fortaleza considerable. Es menor que el Sun Country, pero no es un Connecticut suave per se. Sin embargo, la intensidad que tiene no es por pimienta, sino por esos sabores cítricos que realmente son muy agradables en la fumada. Los sabores son a nueces, frutos rojos, melocotón y madera, pero ese melocotón es en almíbar y bastante fresco, con un retrogusto intensamente cítrico y notas suaves de pimienta, que invitan al retrogusto regular. El Avalanche quema bien, produciendo buena ceniza y humo blanco abundante en cada calada. El hecho que estoy fumando al lado de una lámpara acentúa la cantidad de humo en cada calada y se ve muy bien, además.

En el segundo tercio los sabores de melocotón siguen presentes, pero ya han tomado un segundo puesto que se va diluyendo conforme va avanzando la fumada. Pero afortunadamente son reemplazados con otros sabores, como nuez moscada, frutos rojos y galletas de soda, mientras que el sabor cítrico del retrogusto ya viene a formar parte de los sabores del paladar, y es en el retrogusto donde los sabores ahora son de nueces y un toque de madera. El Avalanche está sorprendiendo y el hecho que el tiro es perfecto le ayuda mucho, así como el anillo de combustión y la tendencia a mantener una ceniza de buen tamaño. La intensidad es menor a la del tercio anterior, pero la coloco en media, con una fortaleza media-baja, lo cual lo hace ideal para una fumada nocturna, al menos para mí.

En el último tercio la capa sufre algunos accidentes, aunque cuando le quité la anilla salió perfecta pero sí se notaba que había algo de presión en ella, que bien puede ser por el calor del cigarro vs. la delicadeza de la capa. Los sabores son parecidos a los del tercio anterior, pero más simplificados, con las mismas notas de nueces y galletas de soda y el retrogusto de nueces. No obstante, en este último tercio el Avalanche se hace más dulce y en esa nota hay un matiz como de marshmallow al fuego, con todo y la nota tostada tan característica. El cigarro lo fumo hasta que prácticamente me quemo los labios y si pudiera lo hubiese fumado más. En ningún momento se tornó desagradable, aunque sí hubo una sensación picante en el último tercio, aunque fue más como una picazón en la lengua y esta fue causada porque el humo ya venía muy caliente, lo que hizo que la intensidad se mantuviera igual en media, pero la fortaleza aumentó y no por bien. Me tomó una hora y 15 minutos fumar el Avalanche hasta el final.

Con estas marcas pequeñas siempre hay un tema de creatividad que, cuando es bien manejado, puede tener resultados grandiosos. Con otros pasa que se pueden pasar y hacer un producto que tiene mucho de algo y poco del resto, lo cual termina siendo un bodrio. Pero también hay que tener en cuenta que cuando una marca ya lleva 8 productos distintos, los más nuevos tienen que tener un aspecto diferenciador. En varios aspectos, el Avalanche es un cigarro muy distinto a los demás, y aunque la tendencia de los Connecticut fuertes es algo que me gusta, en muchas ocasiones cuando las marcas apuntan a un cigarro de capa Connecticut que no es fuerte, tienden a irse al extremo y hacerlo sorprendentemente plano o unidimensional. Pero una vez más Fuerte y Libre me sorprende con su producto, haciendo un Connecticut que no es fuerte, pero que tiene sabores muy agradables y de intensidad moderada. El Avalanche ciertamente es un cigarro que recomiendo ampliamente, especialmente si los cigarros más fuertes no son lo tuyo.

Foundation Cigar – Olmec Claro

Si eres usuario de Instagram y sigues a Nicholas Melillo, el creador de Foundation Cigar, te darás cuenta que es una persona que se interesa mucho por los orígenes de la humanidad. En muchas de sus publicaciones se le ve con el primer ministro de Etiopía, siguiendo lo que asumo son sus raíces, aunque cómo alguien con apellido Melillo puede trazar su origen a Etiopía es un misterio para mí. No obstante, en muchos de sus productos destaca no solo la historia sino las creencias históricas de la humanidad. Siguiendo esta tendencia, su producto Olmec rinde tributo a la primera civilización de Mesoamérica, los Olmec, quienes vivieron en lo que hoy es Tabasco y Veracruz (México) entre 1600 y 400 a.C. Esa área incluye el valle de San Andrés, donde hoy en día crece el tabaco de ese mismo nombre y según la historia botánica, es uno de los tabacos más antiguos del mundo. No obstante, los historiadores también han encontrado indicios del uso del tabaco en Estados Unidos, en la región que hoy ocupa el estado de Utah y que datan al año 10.000 a.C.

En cuanto al cigarro, Foundation Cigar creó el Olmec en dos versiones distintas, ambas con capa San Andrés mexicana pero visualmente distintos. El Claro usa una capa más clara que el Maduro, que es más oscura. Capote y tripa son nicaragüenses, principalmente de Estelí y Jalapa, añejados al menos tres años antes de torcerlos. Sea Claro o Maduro, cuestan lo mismo y son fabricados por AJ Fernandez en Nicaragua. Este Claro tiene matices ligeramente rojizos en la capa, con múltiples venas como casi todos los tabacos mexicanos y sus aromas son igualmente típicos con notas de tierra y establo. En el pie se sienten notas de madera, pero también algo como producto para limpiar madera y tierra mojada, pero casi al punto de barro. La calada en frío es considerablemente distinta a los aromas del pie y la capa, destacando pimienta, madera, nueces y chocolate.

Fiel a su fabricante y su país de origen, el Olmec Claro comienza con una fortaleza pronunciada y mucha pimienta, pero también notas intensas a tierra y notas más suaves de chocolate, que durante el tercio van produciendo también notas de madera y una sensación cremosa que casi me recuerda a la nata. El retrogusto es intenso de madera y tierra, con notas más suaves de cacao y pimienta. Pero también da matices de distintos tipos de pimienta, principalmente negra y roja, durante gran parte del tercio y lo que me gusta llamar sabores híbridos, como una madera achocolatada o una tierra con pimienta. Esa nota de pimienta roja en el retrogusto tiene su toque herbáceo que lo hace aún más interesante y hacia el final del tercio es tan intensa que casi opaca los sabores de chocolate. La intensidad es alta y la fortaleza media-alta, con una construcción excelente y humo abundante en cada calada.

Aunque el Olmec Claro destaca en su anilla y su historia a parte de la humanidad que vivió en México, el perfil del cigarro es ineludiblemente nicaragüense, aunque en el segundo tercio la pimienta cede su liderato de sabores como la tierra, pero básicamente lo que hace es permitirle compartir esa nota frontal, porque nunca deja de ser principal. Las notas de madera también evolucionan y en momentos se sienten como los de una madera de fogata y más adelante en el tercio aparecen sabores de pan recién horneado. El retrogusto incluye notas variadas agradables, que si bien siguen siendo lideradas por la pimienta, también incluyen notas de limón y del mojo que normalmente se le pone al pollo a la brasa. Fortaleza e intensidad se colocan en alta durante todo el tercio, con un tiro que sigue siendo perfecto, humo abundante y una ceniza que no se sostiene mucho, pero que atribuyo al hecho que el cepo es 48 y en estos más pequeños no es fácil lograr cenizas marcadas.

La pimienta sigue liderando en el último tercio, pero los sabores se vuelven más dulces, mientras que los sabores de madera en fogata y la tierra siguen siendo muy participativos y esa tierra adquiere el matiz del barro que sentía en frío. En el retrogusto se siente el origen de esos sabores dulces y es de miel, pero le incluyen las notas de pan de un pretzel y una nota más genérica de tierra. El problema es que la pimienta es tan intensa en el retrogusto que siento como si hubiese comido pimienta con la nariz y aunque la intensidad y la fortaleza se reducen un poco en el último tercio, hay momentos en que dudo si se trata más que los sentidos están adormecidos por la frecuencia a la que los he sometido hasta el momento, pero gracias a que el cigarro no ha requerido retoques y que sigue quemando perfecto, pues tampoco quiero dejar pasar la oportunidad de seguirlo probando. Me toma una hora y 45 minutos fumar el Olmec Claro, para un cigarro de vitola corona, creo que es un número respetable.

Al igual que West Tampa Tobacco, me gusta mucho como el Olmec existe en dos versiones que son variaciones de la misma especie de planta en la capa, pero con distinto color. Pero al mismo tiempo, el Olmec Claro no es un cigarro particularmente balanceado y esto hace que no sea para todos, especialmente quienes no estén acostumbrados a experiencias tan agresivas, pero muchas veces pasa que estás fumando un cigarro balanceado (equilibrado sería una descripción más acorde) y quieres más de un sabor, y el Olmec Claro es de esos. Afortunadamente hay sabores secundarios que a veces se convierten en primarios, pero siempre compartiendo esa posición con la intensidad de la pimienta. Pero no me sorprende que las reacciones de amigos que los han fumado sean tan polarizadas entre quienes les parece demasiado fuerte y quienes simplemente lo disfrutaron. En lo particular, me gustan casi todas las intensidades, pero siempre aprecio un cigarro fuerte, especialmente cuando está tan bien construido como este.

Whiskey: Teeling Small Batch

Con más de una sorpresa me he topado a la hora de probar los productos de Teeling, esta marca de whiskey irlandés que tiene la primera destilería en 125 años en la ciudad de Dublin. Habiendo fundado otra destilería en Irlanda previamente, llamada Cooley, los hermanos decidieron concentrar sus esfuerzos en la capital y llevar la destilación de whiskey de regreso a donde nació.

La destilería Teeling abrió sus puertas en 2015 y desde entonces ha estado combinando productos de gran añejamiento de Cooley con nuevas producciones propias para crear una serie de whiskeys distintos y muy novedosos.

Entre esos me encontré con esta versión llamada Small Batch, que se vende a un precio muy amigable, que alcanza los $25 en Estados Unidos y los $30-35 en Venezuela. Aunque es un producto relativamente básico en precios y añejado, no deja de ser interesante. Es un NAS y en ningún lado consigo un aproximado de su edad, pero sí confirman que las barricas son ex-bourbon. También menciona que es finalizado en barricas que anteriormente contuvieron ron y que eran de América Central. Algunas páginas aseguran que es de Nicaragua y, por tanto, podríamos asumir que eran de Flor de Caña, aunque esta última parte es conjetura. Adicionalmente, es embotellado a 46% de alcohol y no es filtrado en frío.

La conjetura de que las barricas que anteriormente contuvieron este ron eran de Flor de Caña son porque en nariz este Teeling definitivamente me recuerda a Flor de Caña, principalmente porque en un principio no huele a casi nada, al igual que el ron. Los aromas son esquivos y lejanos a frutos deshidratados, toffee, banana y un suave toque de albaricoque. En cierto modo es similar al whiskey irlandés tradicional en esa suavidad en nariz, pero las notas de frutas oscuras y con semilla como ese albaricoque marcan una diferencia.

En boca es igualmente suave y esquivo, con notas que en ningún momento son fuertes, ni siquiera en ese 46% de alcohol. Son sabores de miel diluida, pan de banana, caramelo, frutas deshidratadas y vainilla. Al igual que sucede en nariz, está por un lado esa nota tradicional de whiskey irlandés suave y sutil, y por otro lado esa nota de frutos «negros» como ciruelas o pasas, pero con esa nota sutil tan característica. El retrogusto incluye pan de banana y azúcar morena.

Como elemento adicional del whiskey irlandés y esta nueva ola de opciones distintas que, en mis impresiones ha sido liderada por Teeling, este es una opción diferente y muy singular. Pero este Small Batch combina los elementos suaves del ron de Nicaragua con los elementos igualmente suaves del whiskey irlandés, y entre los dos no se potencian sino que parecieran suavizarse aún más. Con todo y que tiene 46% de alcohol no se siente más fuerte que un whisky de 40%, por lo que creo que podría soportar más fuerza, sea en alcohol o en concentración de sabores.

Ficha Técnica:
Fabricante: Teeling Distillery
Nombre del Whiskey: Small Batch
Marca: Teeling
Origen: Irlanda
Edad: NAS
Precio: $35
Densidad alcohólica: 46%
Puntuación: 84

Ozgener Family Cigars – Bosphorous

Si hay algo que caracteriza la industria del tabaco es que la gente rara vez se va. Aunque este blog no es de noticias, anualmente aparecen artículos sobre personas que han pasado mucho tiempo en la industria y deciden retirarse, solo para regresar al cabo de un par de años (como mucho) con una nueva marca o un nuevo producto o una nueva fábrica. Pero una de las personas que aparentemente sí se fue, o al menos durante un largo tiempo fue Tim Ozgener, quien fuera uno de los fundadores de CAO hasta que ésta fuese absorbida por General Cigar en 2007. Ozgener mantuvo su posición de mando en CAO hasta 2010. Su padre era Cano A. Ozgener y fueron las iniciales de su nombre las que le dieron el nombre a la marca. Este retiro desde 2010 le duró hasta 2022, cuando creó una empresa llamada Ozgener Family Cigars y ese mismo año lanzó dos nuevos productos bajo un mismo nombre: Bosphorous. El nombre proviene del Estrecho de Bósforo, de donde la familia de Ozgener proviene, en el noroeste de Turquía. Esta versión lleva capa Sumatra ecuatoriana sobre un doble capote de Ecuador (Connecticut) y Nicaragua (Jalapa), sobre tripa de tres regiones nicaragüenses.

Aunque la anilla se ve increíblemente abundante de letras y colores, y la verdad es que Ozgener Family Cigars ocupa bastante espacio y además decidieron ponerlo dos veces, una en cada anilla. Pero me parece que se ve diferente y llama la atención. El cigarro tiene un ligero box press que más bien parece como si fuera un cigarro ovalado que se apretó contra los demás en la caja. No tiene mucha oleosidad en la capa así que no hay un brillo aparente, pero sí se notan algunas venas y el tabaco se siente algo suave y hasta esponjoso. La capa tiene aromas de establo y cuero, mientras que en el pie se aprecian establo y café en granos. Lo pico con la doble hojilla y la calada en frío me presenta aromas de establo, nueces, tierra y un ligero chocolate. El tiro en frío se siente considerablemente suelto y eso no es una buena señal.

Efectivamente, una vez que le doy fuego, el tiro se mantiene muy abierto y tengo que hacer un esfuerzo consciente de no darle caladas muy intensas, porque la cantidad de humo que viene en cada calada es abundante. Los sabores son de tierra seca, semillas de girasol y la sensación oleosa que le acompaña, y notas que van de herbáceas a afrutadas. La sensación del cigarro en boca es algo incómoda porque es realmente suave y fácil de deformarse con la presión de los labios, pero van apareciendo sabores agradables como nueces, pimienta, cuero y madera, que acompañan los sabores anteriores. El retrogusto es de notas cítricas de limón, tierra y pimienta, y con el humo abundante, este primer tercio se siente cremoso con una fortaleza e intensidad en punto medio. El tiro suelto es un tema de construcción, pero afortunadamente el Bosphorous mantiene una buena ceniza, aunque algo escamada.

En el segundo tercio los sabores principales son de nueces, tierra y esa nota herbácea que no es del todo agradable y me recuerda a fumar un tabaco que no está en su punto ideal de añejado, o como dicen «le falta». Las notas dulces y de pimienta no se sienten en esta sección, pero sí hay algunas más suaves de cuero, galletas dulces, miel, pan, cuero y tierra, con una nota de frutos rojos al superar el ecuador del Bosphorous. La intensidad es alta, mientras que la fortaleza es media-alta y aunque el anillo de combustión no es problemático, sí se notan claramente los distintos colores en él. La ceniza cayó en dos pedazos al finalizar el tercio anterior y desde entonces no se soporta mucho.

En el último tercio el Bosphorous se suaviza un poco y la intensidad de los sabores baja a media, lo cual contrasta considerablemente con la agresividad del tercio anterior. Los sabores principales siguen manteniendo las notas de tierra, pero las nueces son un sabor secundario y esa sensación de tabaco joven y herbáceo afortunadamente ya no está. Siguen sabores secundarios de madera y pimienta, y el humo mantiene su abundancia y sensación cremosa. Los sabores de galletas dulces aparecen más fuertes cuando estoy llegando al final del cigarro e incluso parecen desplazar las sensaciones de pimienta que habían en él. También hay sutiles toques de la cáscara de limón, pero aparecen cuando estoy casi en el final del cigarro, el cual alcanzo luego de una hora y 25 minutos de fumada, que se fue un poco rápido gracias a ese tiro tan suelto pero gracias a dosificarme la fumada pude mantener durante un tiempo prudencial.

Ya que mencioné el tema de las noticias, Ozgener es distribuida por Crowned Heads, pues Jon Huber comenzó su carrera en CAO y supongo que la relación sigue siendo buena. Pero dada la relativamente reciente noticia de que ACE Prime (hoy Luciano Cigars) cerró su contrato de distribución con Crowned Heads, creo que esto se traduciría en una distribución más agresiva para Ozgener. Curiosamente, estos son hechos por la misma fábrica que hacía los Luciano. En cuanto al cigarro, la verdad es que el tiro tan abierto afectó mucho las sensaciones y la duración de la experiencia y aunque el Bosphorous se siente como un cigarro dinámico, con cambios constantes y que podría ser una fumada interesante, mi experiencia per se no fue la mejor por ese detalle de construcción.

Ron: Papiamento Caribbean Carnival

No sé si han oído, pero en Camboya existe un ron llamado Samai, que es hecho por unos venezolanos. Esta diáspora de venezolanos por el mundo ciertamente ha permitido crear muchas cosas y en la ocasión de esta reseña, se trata de un ron creado por venezolanos en Aruba. En el caso de esta marca en particular, es más bien como un trabajo conjunto de los hermanos Sydow (que te prometo que son venezolanos) en su nuevo hogar en las Antillas Holandesas.

Cualquiera que note un poco sobre la geografía de las Antillas Holandesas, o las Islas ABC, como también son conocidas (porque son Aruba, Bonaire y Curazao), se dará cuenta que estas islas son prácticamente desérticas y tiene mucho sentido porque geográficamente se parecen más al estado venezolano de Falcón, que es algo desértico y tiene médanos, que a lo que muchos en el mundo consideran una isla tropical.

Precisamente, en un ambiente tan desértico, es muy difícil que crezca la caña, especialmente porque como especie de planta pertenece a las gramíneas y como tal, necesita mucha agua para sobrevivir. Es por ello que Bodegas Papiamento es exactamente eso: una bodega. El ron embotellado proviene de Panamá y es añejado y embotellado en Aruba.

Hasta el momento tienen tres productos: un vodka, el ron Reserve que fue su primer producto, y este Caribbean Carnival, que es su producto más reciente pero uno que también ha ganado premios en el London Spirits Competition de 2023, en donde obtuvo incluyendo medallas de oro y el premio de Best in Show.

Este Caribbean Carnival promete ser un ron que celebra el espíritu carnavalesco del Caribe. Su etiqueta destaca los animales y colores más representativos de las islas ABC y el líquido se trata de un blend de rones añejados de 3 a 8 años en barricas ex-bourbon y embotellado a 40% de alcohol.

Si bien ya sé que un ron no se puede evaluar por el color del líquido, sí me impresiona lo claro que se nota, principalmente porque los rones con poco envejecimiento tienden a tener colores que van hacia el amarillo pajizo y los de este van hacia el naranja claro. En aromas es pronunciadamente alcoholado, con notas suaves a canela y miel, pero algo de cítrico e incluso notas de flores blancas.

En boca lo primero que pienso es que este blend de rones de 3 a 8 años tiene una inmensa mayoría de rones de 3 años y apenas unas gotas de ron de 8 años. Se siente extremadamente joven, muy alcoholado y volátil, con sabores tenues (en comparación con el alcohol) a canela, chocolate en polvo, cáscara de limón amarillo, una cierta nota salina e incluso mucho más suave de madera. El retrogusto destaca más la madera, pero es nuevamente alcoholado y ligeramente cítrico.

Las competencias y los resultados suelen ser temas que me importan poco. Si bien entiendo que un producto pueda tener mayor reconocimiento e idealización mediante galardones y sé que son parte esencial del mercado y de quienes hacen destilados, muy personalmente valoro más mi gusto que el de un jurado. Pero como he leído algunas cosas interesantes en relación a la marca, decidí picar el anzuelo y probar el ron.

En lo particular no me parece el mejor y me sorprende los premios que ha ganado, aunque estoy seguro que son bien merecidos. Me parece un ron muy alcoholado y con una juventud muy obvia, y aunque el ron «se deja colar» y ciertamente no es un producto para tomar solo, en coctelería hay otras opciones que me gustan más. No obstante, de esta misma marca probé el Reserve y ese sí me gustó bastante, pero en otra reseña hablaré de él.

Ficha Técnica:
Fabricante: Bodegas Papiamento
Nombre del Ron: Caribbean Carnival
Marca: Papiamento
Origen: Aruba (ron de Panamá)
Materia prima: Melaza
Edad: 3 a 8 años
Precio: $35
Densidad alcohólica: 40%
Puntuación: 78

Ramon Allones – Specially Selected (recatado)

Viendo un poco hacia atrás, me doy cuenta que esta es mi segunda prueba oficial del Specially Selected de Ramon Allones, un habano que siempre ha sido de mis preferidos y que muy lastimosamente admito que no siempre he fumado original. Estoy muy claro que cuando comencé a fumar no tenía ni el conocimiento ni el interés de saber si me estaba fumando un habano original, y esto eventualmente me llevó a ni siquiera ocuparme en buscar un habano original, sino prácticamente asumir que todo lo que compraba era falso y, por tanto, no comprarlo. Pero hace un tiempo un amigo me regaló algunos habanos que sé que son originales, pues son vendidos y autorizados por Habanos SA a este único distribuidor en Venezuela, del que este amigo es parte. Fue así como llegué al Specially Selected nuevamente y que hoy, después de 7 años, me dispongo a reseñar de nuevo.

Las medidas del Specially Selected son ciertamente de las más agradables que hay, siendo un casi robusto de 4 7/8 de largo con un cepo de 50 y una apariencia rústica como la de muchos habanos que he visto últimamente, pero con una construcción notable y muy buena consistencia al apretarlo ligeramente por todos lados. En una época en que muchos cigarros son celebrados por ser de fortaleza baja y capas lisas, el Specially Selected parece más bien celebrar la época y tradición de los cigarros de fortaleza alta y capas más venosas. En la capa aprecio aromas de cuero, establo y notas dulces, que se repiten en la tripa, con la adición de pimienta roja, pero ese cuero se siente como más viejo. Lo pico con una doble hojilla y la calada en frío tiene notas de canela, cuero, pimienta roja y dulce. Hora de darle fuego.

Sin ánimos de comparar los habanos con cigarros centroamericanos, aunque quienes me conocen saben que me inclino más por los que no son cubanos, este Specially Selected me demuestra desde la primera calada por qué me gustó tanto cuando lo probé originalmente y coincido desde el principio en las mismas razones: es complejo desde la primera calada, y aunque podría decir que me agradan esas notas picantes iniciales, el Specially Selected no se queda en ellas y rápidamente salta al resto de los sabores que tiene esta primera sección, destacando establo, miel, nueces y un retrogusto de vainilla con caramelo y pimienta, aunque no realmente picante sino más bien como un elemento más de la complejidad. El tiro está perfecto, con un anillo de combustión decente, aunque con sus bemoles y una ceniza que si bien se mantiene sobre el cigarro, es considerablemente oscura y es cuando alcanzo el punto final de este primer tercio cuando esta se cae sola. Con una intensidad media y una fortaleza media-alta, el Specially Selected alcanza el final del primer tercio.

La intensidad aumenta a media-alta en el segundo tercio y los sabores se cobran un mayor protagonismo, lo cual impresiona porque en el tercio anterior sentí que no llegarían más allá. El Specially Selected mantiene sabores de nueces, vainilla y pimienta roja, pero el caramelo del retrogusto desapareció. No obstante, le reemplazan sabores de café y madera que son secundarios en esta sección y es el de café el que acompaña la pimienta en el retrogusto. El humo ha sido abundante y aunque la ceniza sigue con ese tono gris oscuro, es realmente lo único que hasta el momento me ha pintado negativo en la fumada y aclaro que es solo una impresión, pues no parece afectar los sabores ni la consistencia de la fumada. El anillo de combustión es igualmente variable, pero para ser un habano se comporta de maravilla y cabe destacar que no ha requerido retoque alguno.

Hay algo que tienen los habanos y es que la fumada tiende a ser una evolución hacia un clímax que existe en el último tercio. Mientras que cigarros de otros orígenes tienden a lograr ese clímax antes o mantenerlo durante más de un tercio, los habanos parecen ser un camino hacia ese punto y es en el último tercio donde el Specially Selected fusiona un poco sus sabores y presenta una fumada mucho más compleja que antes, pero también más fuerte. El toque dulce es simplemente un detalle, pues los matices y sabores son varios y la dulzura leve de miel simplemente los realza, mientras que mantiene pimienta roja, nueces, vainilla y avellanas. Al cabo de una hora y 35 minutos, este Specially Selected no solo duró mucho más de lo que imaginaba, también me gustó mucho más de lo que pensé que me gustaría.

Hay dos cosas por las que no solo yo, sino mucha gente ha criticado a los habanos. Una es su construcción y la otra es su consistencia. Luego de probar el mismo cigarro con 7 años de diferencia, es una gran sorpresa para mí que este Specially Selected mantenga un perfil de sabores muy similar al de hace 7 años, pero también presente una construcción que no se vea deteriorada ni siquiera problemática. El que fumé en 2016 creo que había sido hecho en 2015, y en este caso no tengo conocimiento de la edad del habano, pues fue un obsequio, pero si bien no dudo que tenga algo de juventud, en el caso de esta fumada, no se siente como un habano «verde» o ávido de guarda. Por el contrario, fuma como un habano de clase mundial, lo cual considero que lo es y por ello lo mantengo como uno de mis preferidos. En esta ocasión me gusta incluso más que la anterior, precisamente por esa consistencia.

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