Lanzado en noviembre de 2017 y en mi humidor desde mayo de 2018, el Epicure es el primer Crux con capa Connecticut. Su capa proviene de Ecuador, mientras que el resto del cigarro es de Nicaragua. Para los mayores fanáticos y conocedores de la marca la espera ha sido larga, especialmente porque el cigarro fue anunciado en julio de 2016, pero la marca se enorgullece de no escatimar esfuerzos ni costos en pro de cumplir con las fechas esperadas, así que terminó siendo más de un año antes que alguien pudiera probarlo.
El Epicure no se ve como gran cosa, y si nunca has oído de la marca tampoco llama la atención en primera instancia. Una vez lo inspeccionas bien se le ven varias irregularidades en la capa, incluyendo algunos puntos más oscuros pero una oleosidad llamativa, algo relativamente raro para una capa Connecticut. Desde hace un tiempo le he tomado el gusto a estas capas, precisamente por esa suavidad que tienden a tener y el hecho que se pueden apreciar varios sabores que en primera instancia no se creerían de un cigarro suave. Pero los aromas en frío son tan llamativos como la curiosidad que le tengo, luego que mi experiencia con el Guild me haya dejado con más ganas de probar otros cigarros de la marca. Aunque la capa no despide muchos aromas, en el pie se aprecian cotufas (palomitas de maíz para nuestros amigos españoles e innumerables nombres adicionales para el resto de Latinoamérica), mantequilla de maní e incluso frutos tropicales. Una vez que lo pico la calada en frío me da otro aroma llamativo que solo puedo describir como la corteza de un pan y un toque pequeño de pimienta.
Le doy fuego rápidamente y el tiro es espectacular, muy fluido y produciendo una cantidad de humo considerable, destapando aún más ese sabor de pan de la calada en frío y la misma intensidad de pimienta. Pero la verdad es que en principio se siente tan sutil como cualquier Connecticut con unos toques herbáceos que me hacen pensar en las capas candela, casi verdes. Pero luego se siente una cremosidad que embadurna los sabores y los hace más pegajosos.
Hacia el final del primer tercio el Epicure se siente tan complejo como esperaría que un Crux lo sea y mucho más de lo que esperaría de un Connecticut, con ese toque cremoso que ahora adorna un sabor a naranja mientras que la pimienta se coloca en la retaguardia de sabores, apenas perceptible, aunque queda igual de sutil en el retrogusto. La intensidad se pasea entre suave y media, pero en este punto no esperaría más de ese aspecto, y en cambio simplemente lo disfruto y quedo atento a cambios, pero su cremosidad realmente invita a relajarse.
El tiro varía un poco durante la fumada, siendo un poco menos amigable durante el segundo tercio e incluso amenazando con apagarse, pero un toque técnico resuelve el tema mientras mantiene su base de crema y pimienta, esta última siendo un poco más fuerte en el retrogusto al punto que dejo por un tiempo de atreverme a probarlo así. Quizá el tema negativo en este punto es que no evoluciona mucho y para el segundo tercio comienza a aburrir esa falta de transiciones aunque, insisto, los sabores que siento hasta el momento son agradables, pero eso me lleva a probar más con el retrogusto y eventualmente siento un sabor como a cambur (plátano o banano) en él.
El cigarro sigue quemando perfecto y en el último tercio se aprecian sabores como de cereales tipo avena mientras su intensidad se coloca definitivamente en media. El sabor de cambur apreciable en el retrogusto se mantiene pero no se siente en el paladar, por lo que descanso la nariz un momento mientras finalmente le quito la anilla. Para no haber tenido problemas de tiro ni de quemada, el cigarro se siente un poco más brusco en este punto, como si le hubiera dado un par de toques, cosa que no hice, pero igual está muy sabroso.
El tiempo total de fumada fue de 70 minutos, aunque dado el tiro y su tamaño y capa, esperaba que durara unos 45 como mucho. En cuanto a la experiencia general, aunque en el retrogusto siempre se van a sentir sabores y aromas nuevos, la experiencia de retrogusto en el Epicure no fue tan positiva como puede serlo en otros cigarros, quizá porque se trata de un cigarro relativamente suave pero cada vez que probaba el retrogusto se sentía mucho más fuerte, algo que es hasta contradictorio a la hora de disfrutar de un cigarro de capa Connecticut. Tratándose de un cigarro de $10, esperaría que eso no pase.
Humo y Tabaco 