Gratamente recuerdo cuando comencé a fumar, que no tenía un gusto establecido ni desarrollado por los cigarros, que me emocionaba cada vez que alguien decidía regalarme un cigarro o un paquete de ellos. Sin embargo, con el pasar del tiempo y el desarrollo del paladar he preferido que la gente no me regale cigarros. Si quieren regalar algo, que sean accesorios, encendedor, cenicero, guillotina o cualquier cosa por el estilo, pero el problema de regalar cigarros es que no puedes decir que no te gustó… bueno, educadamente no puedes decir eso de ningún regalo, pero cuando los cigarros te los regala alguien que no sabe de cigarros, estás relativamente obligado a fumarlos y decir lo buenos que son. Por eso siempre pido que no me regalen cigarros, a menos que sea algo desconocido, difícil de conseguir o que ya lo haya probado y me haya gustado, lo cual no siempre es el caso. Pero así sucedió hace dos navidades, cuando mi suegro me regaló un 5-pack de estos cigarros. En el momento me cayó muy bien porque estábamos en Panamá y no había llevado suficientes cigarros para el viaje, por lo que terminé fumando 4 de ellos, dejando este para la reseña, cosa que no me llamaba demasiado la atención porque se trata de un cigarro por demás suave.
Y así fue cómo llegué a tener este Perdomo, un cigarro lanzado en 2008 para conmemorar los 10 años de Tabacalera Perdomo, originalmente disponible en dos capas: criollo y maduro, aunque este cigarro como tal fue lanzado poco tiempo después con una capa Connecticut triple fermentada. Esa es toda la información que pude conseguir de la capa, pero luego de probar cinco de ellos puedo decir que no es un cigarro para ignorar, incluso si lo tuyo no son los Connecticut. Puede ser un gran cigarro como el primero de una tarde de fumada, aunque en sí me gustaría más en una vitola más delgada. Visualmente el cigarro se ve viejo, con una capa muy delgadas y varias irregularidades de consistencia por todo lo largo, y largo sí que es. La capa tiene aromas dulces, cremosos, tipo marshmallow y un poco de pasas y quizá algo de pimienta. Una vez picado el tiro se siente bastante suelto y la verdad es que con estas dimensiones espero que lo sea, mientras que el único aroma que le siento en la calada en frío es madera.
Una vez encendido el humo es abundante y denso con sabores bastante sencillos, siendo básicamente madera y cuero con un toque de pimienta, mientras que en el retrogusto se siente un toque cítrico, como de… aquí me van a decir que estoy inventando, pero hace poco compré un producto llamado Bittermilk, que es una base para cocteles, y este Bittermilk es bastante ‘creativo’ en su combinación de sabores, siendo de cáscara de toronja (pomelo) tostada con sal marina; muy bueno para cocteles y el cigarro tiene el retrogusto de esa cáscara de toronja tostada. Pero el cigarro demuestra esa sencillez de sabores desde el principio.
A los 20 minutos de fumada la línea de quemado es bastante recta y el tiro continúa ideal, con una buena cantidad de humo. Los sabores no han variado mucho en intensidad, pero sí han cambiado en el sentido que el sabor de madera parece haberse convertido en uno de tierra seca, y el cuero sigue presente e incluso también algo de almendras. La pimienta que se percibía parece haber desaparecido y en el retrogusto también cambió, desapareciendo el sabor de cáscara de toronja, sustituido por un toque suave de pimienta, canela y madera.
En el segundo tercio el Champagne tiene una combinación diferente de sabores, gracias a que se hace más cremoso y eso le da una nueva dimensión y matices a los sabores, mostrando madera, tierra, cuero y merey (anacardo), mientras que en el retrogusto la pimienta parece tomar una mayor dimensión. Mi esposa está cerca y me dice que el aroma del humo le recuerda a la canela, así que el Perdomo Champagne parece estar mostrando más de lo que esperaba de él al principio y sin duda demostrando que la guarda le ha hecho bien, puesto que lleva más de un año en el humidor. La construcción del cigarro sigue siendo perfecta, sin defecto alguno.
Una hora de fumada y llego a la mitad del cigarro y el único cambio con respecto al punto anterior es en el retrogusto, donde la pimienta mantenía un punto interesante, en este punto se ha colocado en el fondo de los sabores y la delantera la lleva el aroma de canela que sentía mi esposa en el humo. La intensidad del cigarro se ha mantenido en baja desde el inicio, pero a partir de la mitad aunque no llega a media, sí sube un poco y en cada calada los sabores me llenan la boca y despido una cantidad considerable de humo, así que no está mal. Sin embargo, hacia el principio del último tercio pareciera que toda la variedad de sabores a apreciar en el retrogusto simplemente se desvanece y se convierte en una nube de humo que no deja nada al ser soltada.
El cigarro duró 5 minutos menos de dos horas, y al final ya estaba bastante neutro en todos los sentidos, incluyendo la cantidad de humo en cada calada, aunque la construcción y línea de quemado se mantuvo perfecta hasta el final. Si eres un fumador experimentado, quien está acostumbrado a sentir y apreciar distintos sabores en un cigarro y siempre buscando más, es muy posible que el Perdomo Champagne 10th Anniversary no sea el cigarro más indicado porque simplemente no te va a gustar. Pero si te gustan los cigarros suaves, con sabores básicos y sencillos, este cigarro los tiene con una construcción perfecta y un tiro extraordinario, por lo que realmente no puedo penar al cigarro por ser como es y no tuve problemas con sabores ni partes que no me hayan gustado, sino que simplemente me parece que le faltó sustancia. No es un cigarro aburrido, aunque quizá en una dimensión más reducida tenga mayores cambios. Para un fumador novato es una excelente opción porque ofrece varios sabores sin demasiada intensidad que aturde, aunque en lo particular sí pasé un buen tiempo tratando de descifrar sabores, pero eso es más que nada porque así soy y suelo fumar bastantes cigarros.
Estos los fueron adquiridos en Chile por Boris Chiffelle representante de Perdomo en Chile… una maravilla.
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