Hace poco más de tres años probé este Nica Puro y mi experiencia no fue buena. Sin duda fue por un mal torcido, pero no le volví a dar la oportunidad al cigarro, sea porque tenía otros cigarros por fumar o porque simplemente no me llamó la atención probarlo de nuevo. También los gustos cambian, y hace tres años los Alec Bradley eran cigarros que me gustaban casi todos y hoy en día los fumo y me parece que no todos están a la altura. Si bien he visto como muchas ligas han cambiado (como el Prensado, por ejemplo), creo que he afinado un poco más mis gustos, sobre todo en vitolas. Pero el hecho es que un amigo compró un 5-pack de ellos y me regaló uno porque sabía que mi experiencia previa no había sido grata y quería que le diera esa nueva oportunidad.
Creo que también tiene que ver cómo disfruta uno el cigarro con el gusto y, aunque el clima no era el mejor (34°C y 90% de humedad), al menos me tomé el rato para disfrutar de este cigarro luego de un largo viaje en avión y en carro. Al igual que el original que fumé, se trata de un cigarro muy bien hecho, muy bonito, con una capa hermosa y con pocas venas. Los aromas de la capa son de cuero como principal y un poco de manzana y canela en el fondo. Luego de picarlo los aromas principales son de madera seca, cereza y pimienta.
El cigarro comienza quemando muy bien y con una densidad de humo perfecta y con sabores que van apareciendo desde el principio e identifico como una mezcla de madera, tierra mojada y café, con un toque de pimienta en el fondo, en el retrogusto la pimienta se siente mucho más. Aunque la cereza de la calada en frío no se siente en los sabores, sí hay como un aroma a cereza en el aire, así que me termina agradando. El mayor problema de mi fumada previa fue el tiro, pero este cigarro parece no tenerlo, así que lo estoy fumando muy bien.
En el primer tercio los sabores no varían mucho con respecto al principio del cigarro, siendo quizá el aspecto cremoso de la fumada la mayor variable y una variación en el sabor del café, que ahora se siente menos genérico y más como un sabor de café recién colado. También se siente un toque de canela muy suave en el retrogusto, pero no mucho más durante este primer tercio. La línea de quemado ha sido perfecta y el cigarro va quemando muy bien. La humedad del ambiente no es lo que más disfruto, pero al menos el cigarro lo hace más disfrutable.
En el segundo tercio el sabor de canela del retrogusto se convierte en parte del sabor que se aprecia en el paladar, mientras que el sabor de madera parece haber desaparecido y el cigarro es prácticamente una combinación de tierra mojada con café. La intensidad del cigarro es media, aunque hay una buena cantidad de sabor en cada calada, lo que hace que pueda disfrutarlo sin problema en cada momento.
Mitad del cigarro y con unos 45 minutos invertidos en él, los sabores no han variado mucho desde el inicio y la madera ya está completamente desaparecida. La tierra sigue presente y el café también, mientras que el sabor a canela se ha fortalecido un poco más y fundido con el café, haciéndome pensar en esa mezcla que se hacía antes de café negro con canela en polvo.
En el último tercio el cigarro sigue la misma tendencia de sabores que lleva desde el principio, que incluye tierra, café y esta vez un toque dulce. Sin embargo, el sabor a café en este tercio se vuelve más genérico y con menos matices, e incluye un toque de cuero al final. El sabor de canela vuelve al retrogusto con la pimienta. La intensidad del cigarro sigue en media, pero con una marcada tendencia a hacerse más fuerte, pero no tanto como para sobrepasar el límite actual, sino ser media-media-alta, si quisiéramos ser así de detallistas. En general el Nica Puro mantiene un perfil casi fijo desde el principio hasta el final, y aunque este afortunadamente quemó perfecto y sin necesitar retoque alguno, los sabores tampoco fueron algo del otro mundo. No hubo una gran transición, pero es algo que se puede recomendar como una experiencia agradable.
Humo y Tabaco 