Oliva – Serie V Melanio

El Melanio es uno de esos cigarros a los que me cuesta resistirme. Cuando voy a una tienda o estoy viendo algún humidor, el Melanio es un cigarro que cautiva mi atención y siempre me voy a ir hacia él. Por eso mismo fue que cuando los amigos de San Luis Cigars me contactaron para reseñar algunos de sus productos y me dejaron escoger cuáles cigarros, en lo que vi que estaba el Melanio les dije que ese era el único no negociable. En 2016 este cigarro en esta vitola se ubicó en el puesto #8 del Top 25 de Cigar Aficionado, y aunque no es esta mi revista ni mi preferida sino que opto por el consenso de Halfwheel en vez, pues CA es la revisa con más seguidores y la gente referencia de mucha gente.

También me parecía apropiado probarlo de nuevo, pues la última vez que lo probé para reseña fue en enero de 2017 y sigo con mi idea que los gustos cambian y el paladar se va afinando y que los 92 puntos que le di al torpedo hace casi 4 años podrían variar del robusto que probé hoy. La capa Sumatra del Melanio es una de las que menos aromas desprenden en mi haber de tabaco, pues siempre me cuesta apreciar aromas de ella, sobre todo esta que no le he quitado el celofán desde que lo recibí. Sin embargo, sí aprecio frutos secos como nueces, chocolate y una sensación dulce que lleva tendencia hacia el café, que también se aprecian en la calada en frío, aunque con el adicional de notas de frutas.

El Melanio en robusto produce humo en gran cantidad, con una intensidad media y la sensación que lo estoy fumando más rápido de lo que debería. Los sabores de son de chocolate, tierra y dulce, con unas ciertas notas florales y frutales en el retrogusto. Estas notas florales desaparecen rápido en el primer tercio, por lo que quedo con esa sensación general de frutas sin definir una como principal. El cigarro quema muy bien y aunque lo recordaba quizá con más sabores, siendo un robusto puede que en el segundo tercio se hagan más presentes.

En el segundo tercio la intensidad sigue siendo media y los sabores son muy parecidos, aunque con una nota cremosa que los envuelve y hacia la mitad del cigarro es acompañada de nueces, pimienta y café, que es donde radica el parecido que había sentido con la versión anterior y la manera en que el cigarro guarda tan buenos recuerdos para mí. Ese sabor a café muestra distintos matices, incluso dentro de la corta duración del segundo tercio, aunque es el cigarro entero el que tiene corta duración y la mitad del cigarro llega luego de media hora fumando, apenas.

En el último tercio el Melanio es de intensidad media fuerte, con tendencia a seguir aumentando si el cigarro fuese más largo, sin duda. En este tercio aparecen sabores nuevos a regaliz negra y anís, pero mucho más complejo y con mayores matices en los sabores de tierra y chocolate, lo que hace que se sienta muy rico y sea en este tercio donde realmente me enamore del cigarro nuevamente y confirme mi acecho por el Melanio cada vez que vaya a una tienda. La duración es bastante corta para lo que esperaba, quizá porque últimamente estoy fumando más lento y es posible que con este haya regresado a mi tendencia de fumadas rápidas por lo sabroso que estaba. El tiempo total de fumada apenas si alcanzó una hora.

Entre todas mis fumadas del Melanio esta es la primera que es un parejo, o al menos que la perilla no es puntiaguda, siendo doble perfecto y torpedo los que más había fumado. Puedo confirmar que hay diferencias en la intensidad y aparente concentración del cigarro, aunque también puede ser el cambio del gusto. También pasa que tenía altas expectativas porque siempre me había ido bien con él, y aunque estas expectativas fueron predominantemente cumplidas, creo que esperaba más precisamente porque los robustos tienden a guardar un poco más de intensidad. No obstante, su calidad, sabor e intensidad son tan buenos como recordaba.