Hasta hace relativamente poco tiempo, tenía una gran importancia para los primeros consumidores de tabaco centroamericano que el dueño, master blender o creador de una marca fuese originario de Cuba, y que preferiblemente esta persona hubiese escapado de la isla en condiciones infrahumanas, para compartir con el resto del mundo su pasión. Aunque hoy en día no es lo común, y para muestra de ello está Drew Estate y el hecho que tiene una de las fábricas más grandes del mundo, el hecho es que Plasencia cumple todos los requisitos. Nestor Plasencia es el patriarca de la marca, exiliado cubano y artífice de una marca que ya lleva su quinta generación de trabajadores del tabaco. Desde su salida de Cuba, la familia ha tenido operaciones en América Central, incluyendo fincas en Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, así como fábricas en Honduras y Nicaragua. Esto ha llevado a Plasencia a ser uno de los mayores productores de tabaco en el mundo y uno de los dos más grandes de Nicaragua (junto con Aganorsa).

Pero Plasencia mantuvo su status de únicamente proveedor de hojas para marcas como Rocky Patel, Crux, Quesada, 1502, Alec Bradley, entre muchos otros hasta que comenzaron a hacer sus propios cigarros también, y habiendo fumado el Reserva Original hace casi 3 años, la verdad es que no quedé con muchas ganas de repetir, hasta que la gente de San Luis Cigars me ofreció algunos de ellos para probarlos. El cigarro tiene una apariencia imponente, destacada, muy buena presencia y una capa bastante oscura, venas grandes y una textura rugosa. En la capa tiene aromas de tierra dulce y notas florales, mientras que la calada en frío presenta pan de frutas, tierra húmeda, refresco de cola, papel mojado y chocolate.

El Alma Fuerte comienza con notas bastante fuertes desde la primera calada, quizá el más fácil de identificar de estos sabores es la pimienta, pero no por ello quiere decir que sea el más fuerte. Tiene bastantes notas de crema, chocolate y café muy dulce, con un tiro ligeramente más apretado de lo que quisiera, e incluso más apretado que en la calada en frío. Pero algo que me llama bastante la atención es que los sabores parecen variar bastante entre cuando le doy caladas largas o más cortas y esto se debe al calor que general el cigarro. Las caladas más cortas generan sabores de café, crema, mineral y un manto dulce en la fumada, mientras que las más largas muestran sabores a pino, anís, pimienta y eucalipto.

Aunque el cigarro es bastante oscuro y se vea como una experiencia cargada, la intensidad está entre media y media alta, pero con muchísimo sabor, que en este tercio destaca también notas cítricas y un sabor de pimienta más puro y más frontal que en el tercio anterior. Quizá por esto los sabores más secundarios y sutiles no se sienten tanto, incluso variando la duración de las caladas. Los sabores se sienten más minerales en este tercio, con algunos que me recuerdan a cemento mojado y otros que se sienten más como de tierra o musgo. Al superar la mitad del cigarro se sienten notas de frutos secos con chocolate, que me hacen pensar en Nutella, cacao en polvo y anís.

Al último tercio se le suman notas florales y especias asiáticas que no alcanzo a determinar, pero se siente mucho más robusto el sabor, como más denso y más matizado, con notas de café, chocolate, pan tostado y regaliz. En este último tercio siento que la intensidad bordea entre media-alta y alta, pero nuevamente son los sabores los que me hacen quedar impresionado. Al cabo de dos horas y 20 minutos, dejo los 2 centímetros que quedan del Alma Fuerte en el cenicero.
La familia Plasencia deja bastante claras sus intenciones de ser una de las grandes marcas en el corto plazo, y el Alma Fuerte realmente es un de los grandes cigarros. Este que me fumé es quizá el más normal de las vitolas que han creado para esta liga y ya con solo los diseños se han destacado bastante. Incluso, con eso, estamos hablando de una fumada bastante variada con casi dos horas y media de duración. Se nota a leguas la atención que Plasencia le ha puesto a este cigarro y la inclusión de hojas muy selectas resulta en una cantidad de sabores increíbles y casi únicos. El único aspecto negativo que le he encontrado es el precio, pues se trata de un cigarro con un precio que ronda los $20 y eso lo excluye de muchos presupuestos. Esto ocurre porque gran parte de las vitolas de la presentación son de cepo grande, pero idealmente podrían crear uno más delgado con un precio más amigables, especialmente luego que esta liga gane más fama, pues ha estado en las listas de mejores cigarros de varias páginas.

El tiro apretado, en mi caso, afecta de manera importante la experiencia de la fumada. Me da la impresión de no poder descuidarlo porque tendría que estarlo prebdiendo.
¿Tuviste que retocarlo o encenderlo en el ínterin de esas más de dos horas?
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No. El tiro apretado es relativamente común en muchos cigarros, pero la mayoría de ellos mejora una vez entran en calor. Cuando el calor no lo corrige denota mala construcción y eso es casi imperdonable.
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